Por Alejandra Ríos

Luego de haber recibido el apodo de “El tigre Celta” durante le década de los ’90 y de la mano de la crisis financiera internacional, la economía de la República de Irlanda se contrajo en un 10% en el 2009 y un tercio de sus ingresos nacionales fueron utilizados para apuntalar los bancos.

Frente a la recesión el gobierno irlandés anunció que va a recortar el déficit - que en la actualidad llega a los 15.000 millones de euros, el doble de lo previsto. Mientras el gobierno dice que la reducción del presupuesto al 3% del PBI a lo largo de 4 años es algo creíble, ya muchos han dicho que dicho plan “no es realista ni alcanzable” y en los organismos financieros de la UE ya hay quienes piden que intervengan las autoridades para facilitar un fondo de emergencia de la eurozona.

Contrario a las afirmaciones del gobierno, en un informe titulado “La espada de Damocles sobre Irlanda’, varios economistas anuncian que el país va a enfrentar serias dificultades y se prevé que el próximo recorte de 6.000 millones golpeará a las familias de menores ingresos y afectará los servicios sociales centrales. Irlanda pasó de ser el Tigre Celta a transformarse en uno de los eslabones más débiles del continente con la perspectiva de ser el escenario de fuertes tensiones y disturbios sociales.

Con esta perspectiva de fondo, decenas de miles de estudiantes irlandeses salieron a las calles la semana pasada para enfrentar los recortes y aranceles anunciados por el gobierno. Los estudiantes ocuparon el Departamento de Finanzas, y el gobierno, temeroso que se expandan las protestas hizo enviar vehículos blindados, policía montada y los escuadrones antidisturbios quienes golpearon salvajemente a los estudiantes.

El gobierno, así como no dudó en salir al rescate de los bancos, no tiene el menor escrúpulo a la hora de reprimir a los estudiantes que se oponen al recorte del presupuesto educativo para los colegios secundarios y el aumento de los aranceles universitarios. La combatividad de los estudiantes puede estar anunciando futuras protestas sociales y es parte de la lucha de las decenas de miles de estudiantes que se movilizaron el 10/11 en Londres en defensa de la educación y convocaron a un día de lucha nacional el 24 de noviembre como parte de su plan de lucha.