El 28 y 29 de septiembre se realizaron las elecciones en el gremio de los trabajadores de prensa (Capital y Gran Buenos Aires). Las listas de oposición (la Gremial, la Naranja, el Colectivo y la Violeta), junto a activistas independientes, habían logrado conformar el Frente de Unidad, encabezado por Osvaldo Bayer y delegados de las principales empresas.
La burocracia también “se había preparado”. Los padrones, inflados con colaboradores que no trabajan en medios y emprendimientos del propio gremio, fueron inaccesibles para la oposición hasta el inicio del comicio.
Pese a esta y otras maniobras, la lista opositora ganó en la mayoría de las empresas periodísticas, destacándose Clarín, Canal 13, Crítica, Página 12, La Nación, La Prensa, Perfil, Crónica, ˜ámbito Financiero, Telam, BAE, Diario Popular, Ejes, Publirevistas y las agencias NA y DYN. Ahora, los integrantes del Frente denuncian una serie de irregularidades y reclaman su reconocimiento como minoría, al acercarse al 25 % de los votos.

La elección también ha hecho evidente el rechazo, en la mayoría de los lugares de trabajo, a quienes conducen el gremio desde hace más de 24 años; rechazo que además se expresa en el bajo nivel afiliación existente.
El programa del Frente de Unidad planteaba la convocatoria a paritarias únicas; defensa del estatuto y los convenios; eliminación de la precarización laboral; recuperar la obra social; elección de delegados en todas las empresas; basta de ñoquis, los directivos tienen que trabajar, rotación en los cargos de la conducción; independencia de la UTPBA de las patronales y el Estado; apoyo a los trabajadores de Crítica.

Con estos puntos, los delegados de base y las agrupaciones antiburocráticas del gremio tienen ahora el desafío de organizar a los trabajadores de prensa en los lugares de trabajo.

Lucho, delegado de prensa