“Nos juntamos para discutir dos cuestiones. Por un lado la coordinación concreta, en el marco de la crisis internacional y la crisis política que tiene el gobierno y las centrales sindicales, con el resurgimiento además de nuevas fuerzas obreras que están buscando un camino distinto. Y por otro lado la construcción de una herramienta política que recién empieza a caminar.

Las centrales sindicales tienen un ánimo de impotencia, porque ven lo que vemos nosotros también: comisiones internas recuperadas, sindicatos que se están recuperando. La CGT siempre fue contraria a Zanon bajo control obrero. No tenemos ninguna confianza en esas conducciones, ni tampoco en los proyectos que tiene la CTA. Por eso estamos planteando un camino alternativo, desde una clara identidad de clase, con una clara independencia de los partidos patronales, la burocracia y los gobiernos”.