Ante esta situación, los candidatos de los partidos patronales han hecho un verdadero silencio de radio. Y eso no nos extraña, viniendo de quiénes fueron parte de garantizar la impunidad de estos asesinos en estos años. El mismo Luis Juez estuvo a punto de incluir en sus listas al abogado defensor de uno de estos genocidas.

Así como los candidatos de la oligarquía sojera no dicen nada. Tampoco se puede esperar algo más que alguna declaración por parte de los candidatos K, como Nebreda o Acastello. Ellos son los candidatos de un gobierno que se dice defensor de los derechos humanos, pero que apenas ha condenado a poco menos de 50 genocidas mientras miles de represores siguen activos en las fuerzas de seguridad. A esto hay que agregarle la desaparición de Julio López, que no se investigó nunca seriamente por las implicancias de la Policía bonaerense.

Es necesaria la más amplia movilización de los organismos de DD.HH., las organizaciones sociales y políticas de izquierda, los sindicatos combativos y los centros de estudiantes para impedir que se mantenga la actual impunidad. Hay que luchar por la cárcel común, perpetua y efectiva a Menéndez y a todos los genocidas y a sus cómplices civiles.