Históricamente la industria metal-mecánica ha sido en Tandil el motor del desarrollo de la ciudad, y luego de años de jugosas ganancias produciendo autopartes; valiéndose, además, de numerosos talleres tercerizados que ahora cerrarán sus puertas, hoy la metalúrgica Tandil está a la cabeza de los despidos, comenzó con 27 obreros y además suspenderá la última semana de noviembre y la primera de diciembre a la totalidad del personal, unos 250 trabajadores metalúrgicos. A su vez la empresa encargada de la construcción de 200 viviendas en el Barrio La Movediza despidió 80 obreros.

Por su parte los obreros de la fábrica de ladrillos cerámicos Loimar piden ser reconocidos como miembros del sindicato ceramista Focra de Azul y rechazan pertenecer al sindicato pro-patronal Solma (Sindicato obreros ladrilleros a máquina y anexos) que dice representarlos y sólo tiene un afiliado en la planta y el único en la ciudad. Como parte de este reclamo los ceramistas fueron al paro; la patronal respondió con 20 despedidos y los trabajadores bloquearon la puerta de la fábrica por dos días. La empresa avanzó con otros 48 despidos, si bien tuvieron que retroceder, al día de hoy 13 trabajadores siguen cesantes. Hoy 25 de Noviembre se realizará una marcha por las calles de la ciudad por la reincorporación de los despedidos y el derecho a agremiarse libremente.

Mientras distintos sectores oficiales se reúnen para organizar un Comité de Monitoreo de la Crisis, no podemos permitir que en Tandil, los trabajadores vuelvan a ser la variable de ajuste.