Emprendimientos Ferroviarios (Emfer), es la mayor planta ferroviaria de la Argentina, donde se construyen los coches de la empresa TBA, perteneciente al poderoso Grupo Cirigliano. Los trabajadores, luego de rechazar los despidos, han retomado el plan de lucha por aumento salarial, por encima de lo acordado por el sindicato. Dialogamos con Rafael Artiguez, miembros de la Comisión Interna.

¿Qué está pasando hoy en la fábrica?

Estamos pidiendo alrededor de 500 pesos, por encima de lo que había acordado la UOM. Habíamos empezando a discutir con la patronal, pero ellos rompieron las negociaciones.

Hicimos asambleas y decidimos en un lapso de 3 semanas hacer acciones que van desde el bloqueo de entradas, cortes de vías, una batucada interna, la semana que viene iríamos al Ministerio de Infraestructura y Estación Once, y si no hay una oferta salarial, endurecer las medidas el día 22.

Es una costumbre de los trabajadores de Emfer, que se discuta pero decidimos por asamblea, es un método respetado por la inmensa mayoría.

A pesar de los negocios que hace con el gobierno, el Grupo Cirigliano se niega al aumento...

Este es uno de los grupos chupasangre del Estado, con mucho peso en el transporte, controla TBA, el Grupo Plaza, y fabrica trenes, colectivos. Ellos aducen falta de pagos de parte del Estado. Por eso presentaron un preventivo de crisis y despidieron 75 compañeros, que es cuando comenzó el conflicto con nosotros. Lo despidos los frenamos y volvimos al punto que originó todo, que es el tema salarial.

No sabemos si el Estado les debe o no, pero le paga los subsidios a TBA, que es la que ‘maneja el estofado’. Al margen de eso, nosotros decimos que ellos han acumulado fortunas y tienen guita para disponer un aumento. Queremos una recomposición salarial, por fuera de lo que pacta la UOM.

¿Y qué salida queda ante las maniobras de estos empresarios?

Hay un debate abierto en la fábrica. Hay compañeros que plantean que es una empresa privada y nosotros no tenemos que preocuparnos, pero nosotros sabemos que depende mucho del Estado. Nosotros opinamos que a los trenes los tendría que controlar el Estado, y la construcción de los coches debería ser estatal también, pero es una cuestión abierta entre los compañeros.