“La historia de los obreros que cayeron presos”: así titulaba uno de los diarios de Castelar refiriéndose a los 6 trabajadores que metieron presos en Castelar luego de la brutal represión a los usuarios de TBA. La empresa y el gobierno quisieron dar un escarmiento, encarcelando a estos trabajadores que representan los sectores más bajos de la clase obrera, de los miles que toman el tren diariamente para llegar a sus trabajos precarizados. Pintores, trabajadores de la construcción, vendedores ambulantes como el caso de Cristian Arrigoni cuya defensa toma el Ce.Pro.DH y cuyo sueldo es el sostén de toda su familia y hoy no pueden contar con este, porque la justicia lo sigue manteniendo detenido injustamente.

Nuevamente se ve el carácter de esta justicia, una justicia llena de jueces de la dictadura que protege a los empresarios y condena con toda fuerza a los sectores populares.

Desde el primer momento estuvimos ahí reclamando su liberación y denunciando las condiciones de detención. Estuvieron incomunicados por varios días y sufriendo constantes persecuciones. Al igual que en la dictadura militar lo primero que le preguntaron era si militaban en un partido político.

Un conjunto de organizaciones nos hicimos presentes en los tribunales y nos movilizamos el martes pasado a la comisaría de Castelar . Obtuvimos un primer triunfo cuando el día viernes 2 de estos trabajadores fueron liberados por falta de mérito.

Este sábado realizaremos, a dos años de la desaparición de nuestro compañero Julio López un escrache a la comisaría 3 de Castelar. Esta funcionó como un centro de detención durante la dictadura, donde pasaron decenas de jóvenes estudiantes y trabajadores, y muchos de ellos continúan desaparecidos. Junto al reclamo por la aparición con vida de López y la condena a todos los genocidas, exigiremos la inmediata libertad de los compañeros que continúan detenidos ahí.