El miércoles 23 más de 20.000 manifestantes de los principales gremios estatales de Córdoba fuimos al paro y nos movilizamos en oposición al recorte a las jubilaciones que pretende imponer el gobernador Schiaretti. Los estatales cordobeses aportamos un 7% extra para poder terminar la vida con un ingreso digno. A su vez el gobernador aumentó el impuesto “ingresos brutos” y no duda en aplicar “retenciones” a los jubilados, para compensar la rebaja de dinero que le manda Nación como represalia por apoyar “al campo”. Pero esta situación trajo como consecuencias reclamos de la burguesía media o mercadointernista, como alimenticias, carnes, autopartistas y comercio. Estos sectores plantean que se le caen los márgenes de ganancias, y plantean que será el decreto “125” de la provincia, mientras las grandes empresas exportadoras siguen recibiendo subsidios millonarios y no las alcanza el impuesto, como son el caso de VW, Fiat, etc
La dirigencia sindical, hace discursos incendiarios y mientras no denuncia al gobierno nacional. Los militantes del PTS marchamos en la columna del Frente Fucsia, junto a los docentes D-BASE, (PTS e independientes), por donde pasaron más de 150 compañeros exigiendo paro provincial contra el ataque a los jubilados y por la reapertura de la discusión salarial.

Pero para enfrentar este ataque no alcanza sólo con marchas y paros aislados. Es necesario un paro provincial y un plan de lucha unificado, votado en asambleas democráticas y una gran Asamblea provincial de delegados de base. Por la reapertura inmediata de las paritarias y un aumento de emergencia ya en el camino de un salario igual a la Canasta Familiar, efectivización de todos los estatales.

Terminar con los subsidios a las grandes multinacionales y estableciendo un impuesto progresivo sobre las grandes fortunas como la del senador Roberto Urquía, Arcor y el conjunto de los grandes productores sojeros. De ahí saldrá dinero para hospitales y escuelas.

Hoy los recortes afectan a sólo un sector de los jubilados. Pero son miles los que cobran verdaderas miserias y se hallan por debajo de la línea de indigencia. Hay que luchar por una jubilación digna del 82% móvil y universal e imponer un sistema jubilatorio estatal único, administrado por los propios jubilados y por representantes de los trabajadores activos. Sólo así la Caja de jubilaciones dejará de ser el botín que usa cada gobierno y pasará a ser una base seria de fondos para los trabajadores que se han retirado.