Una de las sensaciones encontradas que cruza la huelga apunta hacia la dirección de la STIA (Sindicato de la Industria de la Alimentación) de Chubut. “¿Cuál es la estrategia del gremio?-cuestionan algunos delegados- (...) me parece que hace rato perdió la brújula (...) nos están desgastando”. La huelga desbordó a la dirección del sindicato. “Nosotros se la impusimos”.
Cuentan que la huelga se venía preparando en silencio, y que un par de días antes, una voz orgánica, pasó el dato y las patronales sacaron todo el pescado fresco y lo trasladaron, recomponiendo así su relación de fuerzas.
Se pregunta también: “¿cómo es posible que semejante lucha continué aislada?. Algo pasa”. Cosa “inexplicable” para algunos, la lucha sigue cercada entre los límites provinciales, pese a que Luis Núñez, el secretario regional del STIA, viaja a Buenos Aires todas las semanas a reunirse con la Federación que dirige Daer. Sus promesas se agotan.
El sindicato, a la vez, permitió “como gesto de buena voluntad” ante la Cámara de Comercio, que entren los sectores administrativos para “evitar que se siga profundizando el corte en la cadena de pagos.” Los obreros se preguntaron: “¿y nuestra cadena de pagos?”. La patronal avanzó y quiso recuperar posiciones. Los trabajadores les cortaron el paso, y no entró nadie.
Días atrás, más de 1200 trabajadores marcharon unos 80 km. desde Puerto Madryn al edificio del ejecutivo provincial en Rawson. De la reunión entre los dirigentes sindicales con el gobernador Das Neves salió “un paliativo; una ayuda social”. Se sabe ahora que son unos $90.000; unos $18 para cada uno de los 5000 trabajadores, que están desbordados por los alquileres, cuentas de servicios y faenando guanacos.
Mientras tanto, las patronales imperialistas continúan pescando y expoliando en alta mar. Siguen procesando y produciendo en buques o bien trasladando la materia prima a plantas de Mar del Plata, Santa Cruz y Comodoro. El gobernador Das Neves, empleado de las pesqueras, fue desbordado y apuesta al desgaste.