Con la presentación formal del proyecto de Presupuesto para el 2005 que hará el propio ministro de Economía, Roberto Lavagna, el Congreso entrará esta semana, y hasta fin de año, en un proceso determinante para el desarrollo de la gestión del gobierno de Néstor Kirchner.
Junto con el comienzo de la discusión del Presupuesto, las comisiones ligadas a las áreas económicas y productivas, también esta semana, recibirán la visita del ministro de Planificación, Julio De Vido, quien deberá defender el proyecto de creación de ENARSA frente a las serias objeciones de un amplio espectro de sectores de oposición, que va desde la izquierda hasta el centroderecha. El proyecto tiene la media sanción del Senado, aprobada con mayoría, pero su tránsito por Diputados se prevé más accidentado, aunque por los números del oficialismo su aprobación final esté descontada.
Más duro todavía, y también más prolongado, será el trámite que deberá afrontar, siempre en Diputados, el proyecto de ley de marcos regulatorios para la concesión de empresas de servicios públicos privatizados.
Con la curiosa concepción de la "seguridad jurídica" que supieron consagrar en los años de hegemonía conceptual del neoliberalismo, los grupos económicos que gestionan esos negocios están dispuestos a desarrollar una tenaz tarea de lobby sobre los legisladores para neutralizar lo que consideran un avance "dirigista" del Estado sobre sus intereses. Las autoridades del propio bloque del PJ reconocen en privado que los argumentos empresarios no dejan de impactar sobre algunos de los integrantes de la bancada. Sobre todo aquellos, o sus compañeros de ruta, que en los 90 no mostraron problemas de conciencia sobre la "seguridad jurídica" que implicaba vender empresas a cambio de bonos que valían un 75% menos que el valor al que fueron aceptados como medio de pago; o que no vieron problemas en asegurar rentabilidad por decreto, o en aceptar criterios de variación tarifaria en función de índices inflacionarios de otros países en medio de la estabilidad del 1 x 1.
Aunque la clave de esta nueva etapa parlamentaria habrá que buscarla en los mecanismos de continuidad de la delegación de facultades legislativas en el Ejecutivo que tratará de asegurarse el Gobierno en la redacción del proyecto de Ley de Presupuesto, o en el esperado proyecto de prórroga por un año de la Ley de Emergencia Económica que rige desde el inicio del gobierno de Eduardo Duhalde.
En todo caso, todos estos proyectos en danza integran la base fundante de la estrategia con la que el Gobierno quiere enfrentar la última etapa de la dura negociación para salir del default, y el inicio de un año electoral al que Kirchner llega con su capacidad de generar consenso bastante mellada.