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Comunicados de prensa

REVISTA LUCHA DE CLASES N°8

La crisis nacional y el “nuevo conformismo”

El 2 de julio, en el Instituto del Pensamiento Socialista “Karl Marx” de Bs As, Cristian Castillo, Atilio Borón y Eduardo Grüner, presentaron con un debate el número 8 de la Revista marxista de teoría y política Lucha de Clases.

PTS Neuquén

12 de julio 2008

LVO: ¿Cuáles son los aportes que hace esta revista para la comprensión de la crisis política nacional?

Yo creo que, siendo muy esquemático, podemos decir que este nuevo número de Lucha de Clases, ataca los dos mitos principales de ambos bandos en disputa. El de la “defensa del pequeño productor” en el caso de la entidades rurales y el de la “redistribución de la riqueza” en el caso del gobierno. A través de un estudio detallado, demostramos cómo el “pequeño productor” que antes de la devaluación estaba en condiciones pésimas, con el campo a punto de ser rematado, etc, se ha convertido en un pequeño pero próspero capitalista, que incluso en muchos casos arrienda sus tierras a los grandes pooles de siembra o a grandes terratenientes. De ahí que todos, desde la Federación Agraria a la Rural estén juntos en la defensa de la rentabilidad del campo. El otro mito es el de la redistribución de la riqueza que agita el gobierno como bandera. A pesar de la retórica gubernamental, lo grueso de lo que recauda el Estado no va a salarios ni a salud ni a educación sino al pago de la deuda externa, a los subsidios a los capitalistas de la industria y los servicios alineados con el gobierno y a acumular reservas para mantener estable el dólar y bajos los salarios. En este contexto, resultan realmente insólitos los planteos de que estamos en la “etapa de la redistribución”, contra la que se estarían sublevando las entidades patronales del campo. Obviamente, en la revista todo esto está mucho más desarrollado y fundamentado, así que invito a los lectores y lectoras a leerla.

LVO: Ustedes hablan de un nuevo conformismo en la intelectualidad, en particular en los sectores cercanos al gobierno…

Sí, la situación de los intelectuales es bastante particular…

LVO: Ahora parece como que están más involucrados en política….

Claro… uno de los aspectos relativamente novedosos de estos 100 días, fue que sectores de intelectuales se pusieron más activos, intentando influir en la “opinión pública” de una forma un poco más decidida que antes.

Así tomó forma el denominado espacio Carta Abierta, en el cual se agruparon los intelectuales afines al gobierno y otros que no lo son tanto pero que han salido en su defensa por considerarlo el "mal menor" en el enfrentamiento abierto.

Antes de esta situación se fueron dando, en los años previos, toda una serie de serie de realineamientos en el terreno de los intelectuales.

Luego de la crisis del 2001 y con el ascenso del kirchnerismo, entró en crisis el núcleo de la intelectualidad de tipo social-liberal (emuladora de la socialdemocracia europea y partidaria de la institucionalidad republicana) agrupada en la revista dirigida por Beatriz Sarlo Punto de Vista, que este año se dejó de publicar.
 El espaldarazo oficial fue, progresivamente, para aquellos intelectuales provenientes de la JP de los ’70 como Horacio González o Nicolás Casullo, que habiéndose mantenido relativamente al margen del proyecto de la Alianza, o habiéndolo apoyado críticamente y sin mucho entusiasmo, vieron en el discurso de Kirchner una reivindicación de los ideales de juventud, convenientemente aggiornados en tanto pasamos del discurso a la política concreta.

LVO: Volviendo a lo del conformismo…

Sí. El nuevo conformismo consiste básicamente en un sentido común que considera al Estado como el garante del “interés general” contra las reivindicaciones corporativas.

En este marco compartido, hay algunos que consideran al gobierno como el mejor de los gobiernos posibles, otros como el menos malo, otros como el mal menor.

Sin embargo, todos comparten esa idea de que es posible y deseable que los cambios vengan desde arriba por la acción del Estado. Lo que no puede explicar este nuevo conformismo son todos los fuertes elementos de continuidad que mantiene el gobierno respecto de la “herencia” del neoliberalismo: los recursos estratégicos privatizados, los bajos salarios, la continuidad del aparato represivo. Ante estos temas, prima el silencio justificado en “no hacerle el juego a la derecha”. Si tomamos la metáfora famosa de Marx, podemos decir que este sector de intelectuales está viviendo en clave de “farsa”, la repetición de la “tragedia” de la primavera camporista. Y en su afán de que la realidad se acomode a los discursos, no tienen muchas más opciones que imaginarla a medida de sus preferencias.

LVO: El tema sería entonces, qué pasó con el “pensamiento crítico”…

Es un buen punto. Yo creo que, de alguna forma, estamos viendo el comienzo de un “fin de ciclo” de un sector de intelectuales que ha seguido un camino de adaptación a “lo posible” y al status quo imperante. Esto lo digo sin desmerecer en lo más mínimo su producción teórica pasada o presente, que tiene cosas valiosas o interesantes. Pero la opción política ha sido clara y contundente en cuanto al apoyo dado a un proyecto político patronal y antiobrero como el de los Kirchner.

En este sentido, me parece muy sintomática la repercusión que ha tenido la declaración Ni con el gobierno, ni con las entidades patronales del campo, que hemos impulsado activamente y que plantea los fundamentos de una tercera posición, basada en la independencia de los trabajadores respecto de ambos bandos patronales.

Porque el hecho de que más de medio millar de intelectuales, muchos jóvenes y otros no tanto, tome posición en el debate nacional, desde una perspectiva como ésta, es un indicio de que se está gestando una nueva generación de intelectuales, que busca tender lazos con los elementos más lúcidos de las generaciones anteriores y cuestiona el modelo del intelectual “ex setentista” que se ha conformado con “lo que hay”.

LVO: Y la izquierda ¿qué papel juega en estos debates?

Casi nulo, se podría decir. Me parece que en situaciones como el MST apoyando el lock out y llamando a hacer la reforma agraria al mismo tiempo que se manifiestan junto con la sociedad rural u otros grupos que hacen cosas parecidas, hay un abandono del marxismo y del punto de vista clasista. Otros, como el PCR, que siempre defendieron alianzas políticas con sectores patronales impresentables, tampoco sorprenden.

Creo que en ambos casos se demuestra una gran incapacidad de analizar la realidad en términos concretos y además un profundo oportunismo político que lleva a ocupar “espacios” vacantes más allá de su carácter de clase.

Por eso, ese sector de la izquierda es ante todo superficial, imaginate que si ni siquiera son capaces de sostener una posición clasista, menos importancia le van a dar al debate de ideas y la lucha por recomponer la teoría marxista…

Por el contrario, para nosotros la discusión teórica es una tarea central, porque es necesario crear las condiciones para que la teoría marxista vuelva a ser una herramienta de liberación de los trabajadores y para eso hace falta el debate teórico, para recrear las ideas que defendemos.


Ni con el gobierno ni con las entidades patronales “del campo”.

Declaración completa en

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