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Comunicados de prensa

LA RENEGOCIACION DE LOS CONTRATOS PETROLEROS

El “caballo” del comisario

El gobierno de Sapag se encuentra en plenas negociaciones con las empresas petroleras para extender las concesiones. Ya se sabe que pretende cerrar con Repsol, la mayor petrolera que opera en la región, un “acuerdo marco” que sirva de modelo para la renegociación de los contratos con el resto de las empresas.

Prensa PTS

12 de julio 2008

El gobierno de Sapag se encuentra en plenas negociaciones con las empresas petroleras para extender las concesiones. Ya se sabe que pretende cerrar con Repsol, la mayor petrolera que opera en la región, un “acuerdo marco” que sirva de modelo para la renegociación de los contratos con el resto de las empresas.
Como venimos denunciando, la política de Sapag es conseguir una renegociación de los contratos petroleros que favorezca la recaudación estatal por regalías e impuestos, al mismo tiempo que aumenta la renta de las empresas petroleras. Para ello propone dos medidas centrales. Por un lado aumentar el precio del gas de arenas compactas, y por el otro acercar el precio del crudo que se paga en el mercado interno al que se paga a nivel internacional. Sobre la base de aumentar los ingresos de las multinacionales, incrementaría levemente el porcentaje de regalías.

Frente a las tibias críticas que despertó esta política en sectores de la oposición, como UNE, CTA, el PCR o el Grupo Moreno (ver nuestra edición de junio), el “caballo” Guillermo Pereyra, Secretario General del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro y Neuquén, salió al ruedo dando un fuerte apoyo al gobierno de Sapag en la renegociación de los contratos.
Pereyra y la mayoría de los dirigentes del sindicato petrolero, que cuentan incluso con “banca” propia en la Legislatura provincial, pasaron, junto a muchos otros dentro del MPN, de ser espadas de Sobisch a ser soldados de Sapag.

En una solicitada con fecha 24 de junio, Guillermo Pereyra y Ricardo Astrada, su Secretario Adjunto, fundamentan “por qué acompañamos la renegociación de los contratos”, con la caradurez de poner que ésta es una “soberana decisión tomada por la asamblea”, como si existieran asambleas verdaderamente democráticas en el sindicato petrolero. Allí señalan que “esta organización gremial acompaña las gestiones del gobierno provincial convencidos que esto producirá una mayor inversión por parte de las empresas; la surgencia de miles de puestos de trabajo y los fondos necesarios para la reconversión productiva, y la satisfacción de las necesidades básicas de la población aun no resueltas en salud, vivienda, educación y seguridad”.

Este apoyo de la burocracia sindical petrolera al gobierno de Sapag se basa en dos grandes mentiras. Una, en la falsa (e interesada) idea de que si le va bien al “patrón” (en este caso, poderosas multinacionales) también nos va a ir bien a los trabajadores. Lo mismo que decía Menem con el “salariazo” y la “revolución productiva” durante las privatizaciones a principios de los ´90, que terminaron en todo lo contrario: miles de desocupados, cierres de fábricas y una entrega total de los recursos naturales y de las empresas de servicios a distintas multinacionales. O en los últimos años, que con un crecimiento de la economía al 8% anual, entre el 2000 y el 2005 los salarios aumentaron en promedio un 53%, mientras que la utilidad promedio por trabajador se incrementó en un 337%.

La otra gran mentira es que la recaudación del Estado sea utilizada para la “reconversión productiva” y la resolución de los problemas de “salud, vivienda o educación”. Hace más de 45 años que el MPN gobierna la provincia y la ventaja de ser una provincia productora de petróleo, gas y energía hidroeléctrica no derivó ni en la industrialización ni en la “reconversión productiva” de la provincia sino en la configuración de un gran aparato clientelar, el MPN, que vive de los negociados del Estado. El mismo que viene destruyendo desde hace años el sistema de salud, la educación y niega una vivienda a miles de trabajadores y pobres urbanos que viven en las tomas.

Contrariamente a lo planteado por Pereyra, “la satisfacción de las necesidades básicas de la población aun no resueltas” y la creación de miles de puestos de trabajo no vendrán de la mano de las multinacionales ni de un gobierno “lobbysta” como el actual. Para terminar con el saqueo de los recursos naturales y poner esta fuente de riquezas al servicio de las necesidades populares hay que partir de la medida elemental de renacionalizar el petróleo y el gas. Y para evitar los negociados y la corrupción como en la vieja YPF estatal, los trabajadores, empezando por los petroleros, debemos pelar por la administración obrera directa de estos recursos naturales.


Pereyra y las empresas petroleras

“Las empresas están empeñadas en invertir pero tiene que haber reglas claras. (...) Si se dan las concesiones hasta la extinción total de los yacimientos, seguramente se van a poner en práctica algunos tipos de procedimientos de recuperación secundaria, terciaria, pero de otra forma no lo van a hacer.” (Entrevista a Guillermo Pereyra, Río Negro, 27 de mayo de 2006)

“Los acuerdos llegan fuera de las mesas de negociaciones, con llamados telefónicos, salidas a comer algo con los que tienen poder de decisión. Hablar por fuera de la mesa para luego, con todo acordado o semiacordado, ir a la reunión. Sino es perder el tiempo. Nos conocemos hasta las mañas.” (Entrevista a Guillermo Pereyra, Río Negro, 27 de mayo de 2006)

En una solicitada publicada el 25 de noviembre de 2007, Pereyra salió a defender a Repsol, negando los dichos del entonces gobernador Sobisch, que “denunció” a Repsol por falta de inversiones (aunque se “olvidó” de decir que esto pasó durante su gobierno, autodefinido como “lobbysta de las petroleras”). El alcahuete de Pereyra dijo que “el compromiso de inversión se cumplió” y que “nos parece muy sugestivo y poco creíble que (...) recién ahora, difamen y transformen a sus ’aliados estratégicos’ en demonios incumplidores". Así salió a defender a las empresas imperialistas que saquean nuestros recursos naturales


Sindicato y política

Guillermo Pereyra se autodefine como “peronista”. Es militante del MPN, apoyó activamente la campaña a gobernador de Jorge Sapag y llamó a votar a Cristina Fernández de Kirchner como presidenta.

Anteriormente fue uno de los pilares del gobierno de Sobisch, de quien fue subsecretario de trabajo hasta julio de 2001.

Si bien le gusta definirse como un “sindicalista” más que un “político”, desde joven militó en el peronismo para luego pasarse a las filas del MPN, partido con el cual llegó a ser diputado provincial, de la mano de Felipe Sapag. Desde el sindicato petrolero logró imponer varios diputados por el MPN y su “compañero” del sindicato, Marcelo Rucci, casi gana la intendencia de Rincón de los Sauces en las últimas elecciones.

Contra estos dirigentes vendidos, los trabajadores tenemos que recuperar los sindicatos y las comisiones internas. Y en lugar de ir detrás de partidos patronales, como el MPN, poner en pie nuestro propio partido, un gran partido de trabajadores.

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