A 33 años del golpe genocida de Pinochet el PTS proyectará “La Batalla de Chile”, dirigida por Patricio Guzmán. Este documental muestra el proceso revolucionario en la década del 70. En el IPS Karl Marx se proyectarán desde el 15 de septiembre, los viernes a las 20 hs. y también en las distintas Casas Socialistas durante este mes.  
Fue filmado en 1973, el último año del gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular, y terminado en los 6 años posteriores al golpe. Tiene tres partes, “La insurrección de la burguesía” (1975), “El golpe de Estado” (1976-77) y “El poder popular”(1979).
El rodaje duró hasta el día del golpe. Guzmán estuvo detenido en el Estadio Nacional por 15 días. Cuando quedó en libertad se llevó el material a Europa a través de la embajada de Suecia. Exiliado, empezó a buscar medios económicos para montar la película, junto a Chris Marker (director de “El Fondo del Aire es Rojo”, film sobre el ascenso revolucionario mundial de los 70), terminándola en Cuba. Después vinieron exhibiciones por el mundo y seis grandes premios en festivales de Europa y América Latina, considerándose de las mejores películas políticas de la historia del cine. En nuestro país fue exhibida sólo en proyecciones alternativas. En Chile hasta la TV nacional se niega a emitirla. 
“La batalla de Chile” destila verdad por todos sus poros. Es una obra imprescindible para enterarse de lo que pasó, el film que mejor interpreta lo que en esencia fue ese período. 
La filmación combina entrevistas y registros directos contrapuestos de las distintas clases sociales en pugna. Un verdadero registro de la lucha de clases chilena.
Se puede ver la lucha de las masas contra el boicot económico y social ejercido por los fascistas chilenos y el Ejército, bajo las órdenes de la CIA.
El resultado final fue el golpe de las Fuerzas Armadas que el 11 de septiembre de 1973, bombardearon el Palacio de la Moneda, e instauraron una dictadura militar que duró 25 años, y que aún mantiene impune sus crímenes.
El valor fundamental del documental reside en mostrar la complejidad de un proceso revolucionario, de cómo los trabajadores que defendían al gobierno reformista de Allende, querían ir más allá. Querían enfrentarse totalmente al capitalismo y tomar medidas revolucionarias. Se organizaban en los cordones industriales, organismos de democracia obrera, y se preparaban para enfrentar a la derecha golpista. Allende y la UP tenían la política de vía pacifica al socialismo y de conciliación de clases. No querían ir más allá de la democracia burguesa, y fueron incapaces de enfrentar la conspiración de Pinochet, que formaba parte de su propio gobierno. Los cordones industriales eran como un “doble poder popular”, potenciales bases para un nuevo Estado obrero y revolucionario. La UP frenaba el desarrollo de los cordones como alternativa de clase, intentando limitarlos y quitándoles su poder de dirección y organización revolucionaria.
Guzmán fue a las fábricas controladas por el trabajador común, que participaba en los cordones industriales para defender lo suyo, exigiendo lo que aún no se lograba, atrevido y orgulloso, consciente de sus derechos y necesidades. Exigiendo a Allende sus reivindicaciones y la ruptura con el mando militar.
Pero sobre todo, el film muestra que la clase obrera no es una mera espectadora del proceso sino una partícipe activa, protagonista de “La Historia”. Pocas veces el cine ha mostrado con tanta verdad y convicción al mundo proletario.
Es importante difundir “La batalla de Chile” para sacar las mejores lecciones revolucionarias de un proceso tan significativo de los "70.