En un hecho insólito, el 15/7 en el último plenario, 29 delegados (un tercio del total), muchos de ellos sin mandato, votaron finalmente el ingreso de nuestro sindicato a la CTA. Como alternativa a esta decisión apresurada y antidemocrática otros 16 delegados votamos abrir la discusión al conjunto de los compañeros, difundir las diferentes posiciones y organizar una recorrida por todas las líneas del cuerpo de delegados para que sean las asambleas de trabajadores, como corresponde, las que decidan los pasos a seguir.

Esta orientación es continuidad de la decisión de un grupo de compañeros de entrar en las listas de la CTA en la FETIA de la mano de Yasky, como lo hizo el compañero Pianelli.

Llamamos a revertir este curso y a abrir en forma urgente un profundo debate.

 
No queremos ser un sindicato aislado

Nosotros no queremos estar al margen de los procesos de lucha y recomposición de las organizaciones de los trabajadores. Por eso tenemos que discutir cómo aportamos a las nuevas experiencias de la clase obrera, llevando nuestra historia y nuestros métodos. Nos planteamos entonces entrar a la CTA para aportar a la organización de todos aquellos que comparten con nosotros la confianza en la fuerza de los trabajadores, el respeto a la democracia de las asambleas y los mandatos, el combate a los dirigentes burocratizados y la lucha contra las divisiones en el movimiento obrero. El cuerpo de delegados y nuestro sindicato, que ya hemos dado importantes pasos en este sentido, podemos ser un factor clave para que confluyan las experiencias de todos aquellos que no se identifican con los dirigentes de la CTA, divididos entre los que están con el gobierno o con los que sostuvieron al campo y aportar en la construcción de una corriente que organice a decenas de miles en un proyecto democrático y clasista al interior de la CTA.

 
¡¿Cómo que la base no da?!

Los compañeros que ya votaron entrar con un par de consultas, sin asambleas masivas y sin que se conozcan las posiciones, se justifican diciendo que “los compañeros confían en que lo que hacen los delegados está bien”, “no tienen interés”, que para pelear por una corriente sindical a la altura de nuestra historia “la base no da”.

Esta es una posición totalmente falsa, similar a la que esgrime la burocracia de la CTA para justificar sus políticas inconsultas y las peleas que no ha dado.

En el subte, cuando se planteó pelear por romper con la UTA y crear un nuevo sindicato se discutió profundamente, se hicieron reuniones, asambleas, recorridas y finalmente se organizó un plebiscito masivo, bancado por los trabajadores, aún enfrentando las sistemáticas patoteadas de la UTA.

¿Por qué no hacemos lo mismo para votar el ingreso a la CTA, nuestros objetivos y los medios para lograrlo? ¿Acaso si recorremos las líneas junto con Segovia, Pianelli y con los otros “viejos” delegados no vamos a lograr que los compañeros entiendan el desafío y discutan cómo afrontarlo?. Por supuesto. La verdad que lo que sí es difícil de explicar es porqué apoyar a los dirigentes que defienden al gobierno que los trabajadores del subte hemos enfrentado en tantas oportunidades con el justo reclamo del reconocimiento de nuestro sindicato.

Debe ser por eso que aún tomando tantas decisiones entre tan pocos compañeros, ni siquiera han publicado un solo material con sus posiciones para discutir de cara a la base.

Volvemos a insistir que tenemos que cambiar el rumbo y abrir una amplia discusión entre todos los que estamos formando este sindicato.

Planteemos todos juntos a los compañeros que queremos extender nuestra experiencia y aportar a la construcción de las organizaciones basadas en la democracia de los trabajadores en la CTA. Votemos con ellos el programa y los métodos para hacerlo.

Por nuestra parte haremos los mayores esfuerzos por llevar este debate hasta el último compañero.