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Neuquén

“Esperamos que esto inspire a la rebelión”

PTS Neuquén

17 de julio 2009

Claudia Barrionuevo, Psicóloga del Hospital de Junín de Los Andes, durante largo tiempo fue víctima de esta política de maltrato y acoso laboral (mobbing) por parte de las autoridades del Hospital y de la Subsecretaria de Salud. Claudia no se resignó y decidió iniciar una lucha contra esta situación, para lo cual, con el patrocinio de los abogados del CEPRODH Ivana Dal Bianco y Leopoldo Denaday, interpusieron una acción de amparo contra la provincia del Neuquén solicitando el cese del acoso laboral, a la par que junto con otras organizaciones, iniciaron una campaña de denuncia de esta situación, llamando a los trabajadores y trabajadoras a confiar en sus fuerzas y organizarse para pararle la mano al maltrato laboral. Como primera batalla, se consiguió un primer fallo de la Cámara Civil y Laboral, que reconoció que el amparo era la vía correcta para el acoso laboral, lo que fue importante como antecedente para otros trabajadores/as. Pero el juicio siguió y luego de cuatro años, por primera vez, la Justicia laboral condenó a la Provincia del Neuquén por acoso laboral, haciendo lugar a la demanda. La importancia del caso esta dada no sólo porque se condena a un Estado provincial, sino también porque Claudia no renunció, sino que el objetivo es volver a su trabajo poniéndole un freno al atropello patronal. A continuación transcribimos una entrevista que realizó La Verdad Obrera de Neuquén y Alto Valle a Claudia Barrionuevo

¿Qué crees que aporta el fallo a los trabajadores y trabajadoras?

Por un lado creo que aporta esperanzas, nosotras esperamos que esto inspire a la rebelión, a la resistencia. Creo que todo el accionar, desde tomar la decisión de hacer la demanda judicial, hasta la campaña que la acompañó, implicó una serie de asociaciones y participaciones de muchas trabajadoras y trabajadores en las que estuvieron presentes valores como la solidaridad, la sororidad entre las mujeres, la capacidad de identifi carse y tener claro que nos podía pasar a cualquiera. Fue una muestra de contracultura, de resistencia al poder dominante. Puede ser un mensaje esperanzador para muchas personas que sufren estas situaciones y terminan optando por renunciar, o pedir traslados o por irse de sus trabajos. Haber accionado esto en el espacio público, haberlo puesto en el ámbito de una institución tan patriarcal y hegemónica como el sistema judicial, dando el debate en ese ámbito y haber ganado este fallo, es trascendente. Sobre todo la lucha, el trabajo, la unión entre nosotros. Todo eso es un mensaje para muchos, para salir del silencio, para romper con la aceptación. Salir de esto que parece natural, esta cultura cruel, a la que muchas personas se van acostumbrando. Es una forma no sólo de decir basta, sino de participar de la construcción de otras organizaciones, de otros colectivos, que lo protagonicemos los trabajadores y trabajadoras.

¿Qué les dirías a otros trabajadores y trabajadoras que están sufriendo una situación de acoso laboral?

Que no se resignen, que superen esa situación de aislamiento en el que muchas veces estamos, como resultado de la persecución y el acoso. Es necesario salir de la encerrona, buscar ayuda, asociarnos con otros, hablarlo y abrirnos paso a toda la solidaridad que también es posible

¿Crees que el ser mujer tuvo algo que ver en la persecución que sufriste?

Sí, totalmente. Lo que se intentó aniquilar, porque las personas somos una excusa, fue un trabajo político que yo venia haciendo en relación a la violencia hacia las mujeres. Infl uyó el ser mujer y el ser una de esas personas que nos salimos un poquito de la norma, de lo esperado, en la cultura dominante de las instituciones. Cultura en la que está aceptado y naturalizado el maltrato, la violencia simbólica, creo que salirnos de eso nos vuelve vulnerables. El trabajo que venía haciendo – también en mucha soledad, porque era la única psicóloga-, era relativo a la violencia hacia las mujeres. Creo que muchos en esa Institución, el Hospital se sintieron interpelados o tocados. Eso es lo que se quiso destruir y de hecho se destruyó. El ser mujer, en este caso infl uyó y me volvió blanco de estos ataques. Esta situación que vivimos las mujeres, que no respondemos ante situaciones de violencia hacia nosotras, que están naturalizadas, esta indefensión aprehendida, hace que nos volvamos mas vulnerables. Lo que se espera es que las mujeres nos subordinemos a los varones, también en un ambiente como es la salud pública, con la hegemonía del saber médico, no subordinarse, también es un problema. Muchas personas en esta situación de minoría se sobreadaptan, por eso no adaptarse es un problema y somos vulnerables a vivir esta situación.

¿Crees que uno de los objetivos hacia vos fue el disciplinamiento?

Sí, estoy convencida. El disciplinamiento y la ejemplifi cación al resto. Se destruyó un lugar de trabajo, y con ello se interrumpió un proceso muy rico que trascendía los muros del hospital. Con ello se demora una necesidad social que es urgente, que tiene que ver con visibilizar la violencia social y sobre todo la violencia hacia las mujeres, los niños y las niñas. Por eso creo que lo personal es político, ese lema que nos enseñó el feminismo, es crucial, porque esto me trasciende a mí como persona, lo que se ataca es el único lugar de atención especializado en el tema.

¿Cuál es la salida para enfrentar el acoso laboral?

Es complejo porque los obstáculos tienen que ver con los valores dominantes, vivimos en una cultura que enarbola valores en los que la otra persona no vale, en donde valen las discriminaciones,
las burlas. Donde nos enseñan a no identifi carte con el igual. Creo que son importantes las asociaciones, unirse con otros en igual condición, construir esa identidad de trabajadoras y trabajadores, que en el ámbito profesional a veces es muy difícil, porque lamentablemente hay identifi cación con los valores de la clase dominante. Creo que la vacuna, por decirlo así, es unirse con otros, construir nuestra identidad como trabajadores y trabajadoras. Con todo esto yo también aprendí, que no es de estas instituciones desde donde vamos a recibir estas respuestas, sino que la conquista de derechos es parte de un proceso que nos tiene a nosotras como protagonistas.

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