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Neuquén

EN LA TOMA DE CONFLUENCIA

El UNE muestra su verdadero rostro

Ya hace once meses que el gobierno de la Concertación está a cargo de la Municipalidad de Neuquén. Once meses donde quedó al descubierto que todos los partidos que integran esta coalición “tiran” para el mismo lado: la continuidad de los negociados en la costa del Limay, la falta de soluciones y los desalojos violentos a los vecinos que reclaman vivienda y ninguna respuesta a los reclamos de los trabajadores municipales.

PTS Neuquén

13 de noviembre 2008

Ya hace once meses que el gobierno de la Concertación está a cargo de la Municipalidad de Neuquén. Once meses donde quedó al descubierto que todos los partidos que integran esta coalición “tiran” para el mismo lado: la continuidad de los negociados en la costa del Limay, la falta de soluciones y los desalojos violentos a los vecinos que reclaman vivienda y ninguna respuesta a los reclamos de los trabajadores municipales. Once meses en que los funcionarios del UNE, que decían querer construir “poder desde adentro”, se mantienen encolumnados detrás de Farizano y su mentor Pechi Quiroga.

Una historia reciente

Cuando en el año 2005 se creó el UNE para la elección de Constituyentes muchos trabajadores estatales y sectores populares depositaron confianza en esta nueva fuerza impulsada por la conducción de la CTA, que contaba con el prestigio de haberse opuesto al MPN en los 90. En el 2007 decidieron continuar en carrera electoral y, con el discurso de que había que aliarse con quien fuese para impedir que el sobischismo se “adueñe” de la municipalidad, se unieron con radicales, peronistas y demás yerbas para acceder al Palacio Municipal.

Su “estrategia de poder” era “pelearla desde adentro” y, bajo el supuesto que esta colación era un “mal menor”, arrastraron un caudal importante de votos a esos viejos partidos patronales contra la idea de evitar el “mal mayor” que implicaba la figura sobischista de Brillo en la intendencia.

Pero a poco de asumir se desnudó el verdadero contenido de esta alianza y el rol que jugaría el UNE. Mientras nada significativo cambiaba, mientras el intendente Farizano continuaba gestionando una ciudad para pocos, relegando a los sectores pobres, a las pocas semanas de asumir, los flamantes funcionarios del UNE se negaron a pasar a planta permanente a decenas de trabajadores municipales contratados o a tener una política activa con su principal eje de campaña: la falta de viviendas (ya en febrero el secretario de Gobierno, Mansilla, declaraba que “no hay que exagerar la necesidad de viviendas”).

La toma de Confluencia

La ausencia de política estatal –tanto provincial como municipal- llevó a la proliferación de tomas en las principales ciudades de la provincia. Según datos ofi ciales faltan mas de 40.000 viendas en toda la provincia y una casilla precaria se incendió cada cinco días durante el pasado invierno. En este contexto se produjo, en terrenos municipales, la toma del barrio Confluencia. Sin dudarlo un instante el municipio realizó la denuncia penal y solicitó el desalojo de los “ocupantes” al tiempo que el secretario Di Camillo ordenaba que las topadoras pasasen por encima de las precarias viviendas de los vecinos, destruyendo todo a su paso. Sólo dos posiciones podían tomarse en esta situación: a favor de las familias sin techo y reprimidas o junto a la policía, el municipio y las cámaras empresariales que llamaron al orden y a la defensa de la propiedad privada. Los funcionarios del UNE se llamaron a silencio, lo que llevó a un sector de sus votantes a criticarlos. Pero esto no impide que continúen en sus cómodos despachos del palacio municipal. Fueron pasando de querer posicionarse como alternativa y “construir poder desde adentro” en la municipalidad, a ser parte integrante del corazón del poder junto a Farizano.

Más allá de los discursos, el UNE nunca levantó una política o un programa que llevara a resolver las demandas de los trabajadores y los sectores populares, entre ellos, el de la vivienda. Por esta razón no hubo inconveniente alguno en integrar empresarios en sus listas (uno de sus dos concejales electos) o formar una coalición para gobernar una ciudad para los ricos, para quienes viven en countries y barrios cerrados. Por ese motivo no hay grietas o fisuras en un gabinete que no va a permitir interferencias en sus planes de urbanización donde las familias trabajadoras y los pobres tienen un solo destino, la árida meseta, mientras la costa del río es para empresarios y “familias bien”.

Tomar partido por los trabajadores

En momentos donde se avecina una crisis mundial de magnitudes históricas, estas alianzas que intentan disfrazar de “progresistas” a gobiernos claramente reaccionarios y enemigos de los trabajadores y el pueblo se vuelven una traba para que seamos los mismos trabajadores los que demos una salida propia a la crisis. Es fundamental que los trabajadores empecemos desde hoy a construir nuestra propia herramienta política. Un partido que, junto a los sectores populares, sea capaz de organizar a miles para que esta vez la crisis la paguen los que la crearon: los capitalistas. En lugar de impulsar alianzas de gobierno con partidos que defienden los interses de los patrones como hace el UNE, la CTA y las distintas organizaciones obreras debemos impulsar la formación de un gran Partido de Trabajadores, que realmente se plantee una “estrategia de poder” frente a la crisis que se avecina defendiendo los intereses de los trabajadores y sectores empobrecidos de la población.

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