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Neuquén

La crisis económica y la situación política provincial

A medida que van llegando a la provincia de Neuquén los primeros síntomas de la crisis económica internacional, el gobierno de Sapag va mostrando más claramente su continuidad con el gobierno de Sobisch y que su “cambio” sólo era “positivo” para las petroleras.

PTS Neuquén

13 de noviembre 2008

A medida que van llegando a la provincia de Neuquén los primeros síntomas de la crisis económica internacional, el gobierno de Sapag va mostrando más claramente su continuidad con el gobierno de Sobisch y que su “cambio” sólo era “positivo” para las petroleras.

En números anteriores dijimos que en los primeros meses de gobierno de Sapag, con su acercamiento al gobierno nacional y con la entrada con todo del UNE al gobierno municipal de los radicales K, en Neuquén se vivía una especie de “kirchnerismo tardío”, señalando el “clima” de unidad reinante entre los distintos funcionarios y partidos con representación institucional.

Ya fueran oficialistas u opositores, todos buscaban una foto con Cristina Kirchner, aún cuando comenzaban los primeros enfrentamientos con las patronales del campo, y se sumaban a su doble discurso para crear ilusiones en grandes sectores de la población. Decíamos que este doble discurso del nuevo gobierno del MPN encubría en realidad la profunda continuidad con la política “neoliberal” del anterior gobernador y que la arquitectura electoral que llevó a Farizano a la intendencia, sumando al UNE y Libres del Sur a su coalición electoral, no podía ocultar que el “padre de la criatura” había sido el mismo Quiroga.

Pero ya señalábamos en aquel entonces que este clima de ilusiones creado por Sapag “durará solamente lo que demore en madurar la crisis nacional cuyas raíces se hunden en el cambio de escenario económico internacional, signado por la recesión en EE.UU”1. Y la crisis ya está llegando.

Una gran entrega por migajas

La magnitud de la crisis internacional le arruinó los planes al gobernador Sapag. El escandaloso acuerdo al que arribó con Repsol hace poco más de un mes y que ya fue aprobado por amplia mayoría en la Legislatura, si bien es un gran negocio para la petrolera española no fue una muy buena jugada para el gobernador. Si con esta entrega del petróleo y el gas pretendía sacar una pequeña tajada para la “caja”, la abrupta caída del precio del petróleo a nivel internacional pinta un panorama sombrío para las ya de por sí miserables expectativas del gobierno. Incluso algunas petroleras empezaron a poner en duda si firmarán un acuerdo similar al acordado entre el gobierno y la petrolera española.

Esta realidad es la que lleva al gobernador a ir abandonando el doble discurso y a mostrar cada vez más claramente a miles que en las cuestiones centrales su política no se diferencia en nada de la de Sobisch. Cuando la crisis se siente más cerca ya se preparan para descargarla sobre los trabajadores.

Ya abandonó el discurso de diálogo con las organizaciones sociales y de trabajadores para decir abiertamente que no hay plata para salarios, educación, salud o viviendas. Frente al reclamo de viviendas de los vecinos de la toma del barrio Confluencia, la respuesta conjunta con el gobierno municipal fue la represión y los palos. Y, como ya dijimos, con las prórrogas de las concesiones petroleras nada tiene que envidiarle al ex gobernador Sobisch cuando se definía lobbysta de las petroleras.

La primera crisis del gobierno

La respuesta a la brutal represión contra los vecinos del barrio Confluencia, que resistieron los ataques de la policía y recibieron el apoyo activo de gran cantidad de organizaciones, abrió la primera crisis importante en el gobierno provincial. Lejos de la campaña que se instaló en los medios de que la represión fue parte de una “interna” del MPN en contra de Sapag, los dichos posteriores del gobernador y su negativa a dar respuesta a los vecinos de la toma muestran que fue su política la de reprimir y evitar que los vecinos se queden en ese lugar, reservado para el millonario proyecto del Paseo de la Costa. Al pasarse de la relación de fuerzas el gobierno tuvo que retroceder parcialmente y ahí se desataron las disputas palaciegas dentro del gabinete.

Esta represión, además, se dio en momentos donde el gobierno terminaba de empujar a las conducciones de ATE, CTA y ATEN a una serie de paros por aumento salarial y, en el caso de ATE, contra la esclavista reforma del EPCAPP que firmó con los alcahuetes de UPCN. Así, en pocas semanas el gobierno, aunque aún conserva gran estabilidad, comenzó a perder parte de su base social que tenía expectativas en que vinieran cambios “por arriba” que mejoraran sus condiciones de vida, pero que nunca llegaron.

Aunque recién comienza, los primeros síntomas de la crisis empiezan a generar mayor polarización social también en la provincia, como se vio claramente frente a la toma de Confluencia, con gente apoyando y comprendiendo el reclamo de vivienda y otros pidiendo “mano dura”. Por eso el gobierno empezó a hacer un llamado para “pautar normas de convivencia” y respetar el “contrato social”, que en boca de Sapag no es más que un llamado a los trabajadores y el pueblo pobre a dejar de lado cualquier reclamo y someterse dócilmente a la política del MPN.

Que la crisis la paguen ellos

Los hechos de las últimas semanas en la provincia y el país, como la “estatización K” de las AFJP, la negativa del gobierno de Macri o Sapag a dar aumentos salariales, las suspensiones y despidos en las automotrices, entre otros, muestran que los capitalistas en la Argentina también se preparan para hacernos pagar la crisis a los trabajadores.

Este panorama muestra que en Neuquén, en el corto plazo, nuevamente volveremos a un escenario de luchas más duras, tanto de los estatales por aumentos salariales o defensa de sus condiciones de trabajo, como en el sector privado contra suspensiones y despidos, como ya están sucediendo en el petróleo. La reciente solicitada firmada por las distintas cámaras empresariales de la provincia (las mismas que llamaron al desalojo de las rutas que terminó en el asesinato de Fuentealba) llamando a defender la “propiedad privada” de los capitalistas, es una advertencia para todos los trabajadores que salgan a cuestionarla, como hicieron los obreros de Zanon en la crisis del 2001.

Los trabajadores tenemos que prepararnos desde ahora para defender nuestras conquistas y pelear por lo nuestro. La defensa de la estabilidad laboral, la pelea por el pase a planta permanente de los contratados, por aumento de salarios igual a la canasta familiar indexado según la inflación real, el rechazo a las suspensiones y la prohibición de los despidos son demandas que adquieren plena vigencia para evitar que descarguen la crisis sobre nuestras espaldas. Y para poder imponerlas es fundamental la coordinación de las distintas organizaciones de trabajadores y populares. Desde esta perspectiva se hace cada vez más necesaria la convocatoria desde las organizaciones en lucha como ATEN, ATE, CTA y el Sindicato Ceramista a un Encuentro o Asamblea Provincial de trabajadores, con mandato de base, paro resolver un plan de lucha común.
Junto con esto, es necesario que los trabajadores discutamos una salida de fondo para que la crisis la paguen los capitalistas. El control obrero de la producción frente a amenazas de despidos o cierres de empresas, como hicieron los trabajadores de Zanon, la renacionalización del petróleo y el gas, la exigencia de un plan de obras públicas que incluya la construcción de viviendas, la estatización de la banca y el monopolio del comercio exterior son algunas medidas para dar una salida favorable a los trabajadores y sectores populares.

Desde el PTS levantamos estas medidas desde una perspectiva anticapitalista y revolucionaria, como parte de nuestra pelea por un gobierno de los trabajadores, sin imperialistas ni explotadores.


1 La Verdad Obrera Neuquén y Alto Valle N° 2. Mayo de 2008

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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