La crónica debería empezar describiendo la expresión contenida en los rostros curtidos de los obreros y obreras de Zanon. Hay un clima reflexivo. En el fondo, la emoción que pugnaba por salir se refleja en las miradas. La asamblea indaga cada punto de la resolución judicial. Como es usual en el playón de la fábrica se escuchaban las voces y las opiniones de unos y otros.

Veinticuatro horas antes el juez había puesto condiciones inaceptables: quería reservarse la facultad de revocar la cooperativa en cualquier momento y sin fundamento alguno. Los obreros y obreras de Zanon, en medio de un plan de lucha con volanteadas y levantada de barrera del peaje de los puentes carreteros, hicieron un alto y en asamblea y por unanimidad se rechazó la sentencia. Se le exigió al juez revocar ese punto e insistir con las condiciones obreras. Se venía el corte total de los puentes.

La delegación que estaba en Buenos Aires se mantuvo firme. El mandato de la asamblea estaba claro. La relación de fuerzas, basada en la unidad interna y el apoyo de la comunidad, también. Hasta el juez tomó nota de esto. Dice en su resolución: “una situación social en el lugar donde se encuentra ubicada la planta que hace pie sobre un precario equilibrio. En fs. 180 del expediente reservado n° 50.718 del registro de la Secretaría de actuación, caratulado “Cerámica Zanón S.A.C.I. y M. S/ concurso preventivo s/ inc. de actuaciones cumplidas en la Provincia de Neuquén”, fue informado por el Jefe de Policía de esa Provincia que no existe certeza de que una intervención de aquel tipo (se refiere a la toma de posesión y desalojo) no afecte la integridad de las personas involucradas y las cosas existentes en el lugar … dadas las actuales circunstancias no resulta factible acceder a la provisión de fuerza pública en el marco en que el oficio prevé tal intervención, ya que sería imposible evitar confrontaciones y desarrollo de actos de violencia o garantizar la integridad de todas las personas involucradas. Dicha situación, como surge de la contestación de oficio de fs. 258 de dichas actuaciones, se mantiene a la fecha (11.07.05)”.

La audiencia, cargada de tensión, terminó. El juez daba marcha atrás con el punto rechazado por los obreros. La delegación obrera cumplió con uno de los principios del Sindicato Ceramista: nada se aprueba, nada se rechaza si no es con previa consulta y mandato de asamblea. Reza el acta: “Los trabajadores manifiestan que las actuaciones concernientes a la continuación de la actividad y el modelo de contrato serán sometidos a la consideración de la asamblea de trabajadores que es la autoridad máxima”.
Volvemos a la asamblea. La emoción se va apoderando de los rostros. Comienzan los primeros aplausos. Se hace una moción que en su parte central dice: “el reconocimiento de la autonomía de la gestión obrera (descartando cualquier forma de cogestión con la patronal o poder del estado); la cesión de la planta para fabricar y comercializar cerámicos (incluyendo la marca Zanon) por un año y con posibilidad de renovaciones, quedando a cargo nuestro el pago de un canon mensual de $30.000 + IVA y la rendición de cuentas periódicas a la sindicatura. Bajo estas condiciones consideramos este hecho como un paso adelante en nuestra pelea por el control obrero ya que por el mínimo de 1 año se aleja la posibilidad de un desalojo (además la cesión es prorrogable). Pero a la vez somos concientes que esto no es la solución de fondo. Nuestro compromiso es redoblar los esfuerzos y nuestra lucha para obtener la sanción de la ley de expropiación y no aceptaremos que nos impongan el pago de la deuda millonaria que dejaron los empresarios vaciadores haciéndonos comprar la fábrica o pagándole a los acreedores”. Se hace moción concreta. “A favor”: todas las manos se levantan. “En contra”: nada se mueve. “Abstenciones”: ninguna mano arriba. La moción quedó aprobada por unanimidad.
En el momento siguiente los abrazos, los cantos, y las lagrimas de algunos viejos coparon la escena. El festejo colectivo duró un buen rato. Pero no es una alegría ingenua. Dice también la resolución de Zanon: “Como siempre dijimos Zanon no es una isla y no nos podemos salvar solos en un país en el que las políticas del gobierno siguen generando ganancias millonarias para las grandes empresas mientras millones de trabajadores continúan desocupados, los salarios están por debajo de la canasta familiar, y el hambre y miseria se extienden. Solo confiando en nuestras propias fuerzas, con la unidad con los trabajadores ocupados y desocupados, los estudiantes combativos y el apoyo de la comunidad podemos seguir defendiendo la fábrica y lograr que triunfe la gestión obrera. Por eso seguiremos adelante con nuestro método de trabajo que es la asamblea, los mandatos, la revocabilidad, nuestros estatutos y con la coordinación con otros sectores a nivel regional y nacional, la continuidad de actividades culturales y sociales, el periódico y los programas de radio Nuestra Lucha, el destino de una parte de la producción a necesidades sociales, fondos de huelga solidarios, la fábrica abierta al pueblo, etc. En síntesis nuestro destino esta unido a la lucha del conjunto de los trabajadores y el pueblo pobre. A eso apostamos.”