El 28 de julio entraron en huelga por tiempo indefinido los trabajadores de Aceros Zapla. Sus reclamos incluyen: la necesidad de inversión por parte de la empresa en materia de seguridad y mantenimiento de las maquinarias, ya que desde la privatización, la planta sufre un acelerado proceso de vaciamiento. Otra demanda es la equiparación de los niveles salariales de los trabajadores a la par de los de la rama metalúrgica, ya que el convenio con el que se maneja la empresa es el de comercio. También se pide el cumplimiento del Programa de Propiedad Participada, el cual se reconoció por ley a la hora de la privatización pero la empresa y el gobierno nacional se desentienden ahora.
Aceros Zapla está ubicada en la ciudad de Palpalá, provincia de Jujuy. La que fuera la estatal Altos Hornos Zapla fue privatizada en el ‘92 como parte de un complejo siderúrgico, minero y forestal de más de 17.000.000 de hectáreas y un valor superior a 500.000.000 millones de dólares. Menem la regaló a un precio vil: 3.000.000 de dólares más papeles de deuda externa.
De aquella importante siderúrgica no queda casi nada: la empresa fue desmembrada y saqueada por Taselli. Antes de la privatización trabajaban más de 5000 trabajadores; hoy solo 700, lo que sumergió a esta localidad en la desocupación y la miseria.
Taselli, el que dejó en ruinas la Mina de Río Turbio, culpable de los 14 mineros muertos, sigue apañado por el gobierno de Fellner y Kirchner.
Por eso los trabajadores no quieren que pase otro Río Turbio, por eso salieron a la lucha.
Las medidas, que comenzaron con paro de brazos caídos, fue endureciéndose a medida que la empresa se negaba a escuchar los reclamos, llegando a cortar todos los accesos, paralizando la planta –impidiendo que carneros y camioneros entraran a la planta- y ahora realizarán cortes de rutas junto a las agrupaciones piqueteras.
En los primeros días la patronal llamó junto al gobierno a la conciliación obligatoria, que fue rechazada de cuajo por los trabajadores. Después amenazaron con el desalojo y empezaron a mandar telegramas de despidos, todo para quebrar la lucha de los trabajadores.
Pero ellos no están solos, tienen el apoyo de todo el pueblo y eso se vió en dos multitudinarias marchas de miles que impactaron en Palpalá y Jujuy.
A pesar de realizar varias reuniones entre el sindicato de los obreros, con directivos de la empresa, funcionarios nacionales y provinciales, la empresa no da el brazo a torcer, retirándose varias veces de las negociaciones como maniobra para desgastar la lucha de los trabajadores, mientras el gobierno de Fellner primero dice estar muy preocupado por la fuente de trabajo de los obreros y luego se “lava las manos”, planteando que es un problema de la empresa y trabajadores.
Aún así, la predisposición de los trabajadores de llegar a un acuerdo estuvo, llegando en la última reunión a aceptar la propuesta de la patronal, que constaba en que en 20 días habría refacciones y mantenimientos, como del P.P.P. y en materia salarial $100 este mes y 50 hasta diciembre donde se discutirían las paritarias, pero a último momento la empresa se negó a pagar los días de huelga, pese a que se verificaron los justos reclamos de los trabajadores por seguridad y mantenimiento de las maquinarias en diferentes inspecciones con técnicos del gobierno.

Los trabajadores, no aceptaron el chantaje y votaron profundizar las medidas

Después de dos semanas, el conflicto ha entrado en una situación tensa donde los trabajadores deben responder ahora más que nunca contundentemente a la provocación de la patronal y el gobierno buscando la más amplia solidaridad y exigiéndoles a las organizaciones piqueteras y sindicales como a la CTA, al SEOM y al Frente de Gremios Estatales que ya se solidarizaron, que convoquen a un gran Paro Provincial activo, hasta que se vaya Taselli.
Queda claro que Taselli es un parásito que chupó todas las riquezas de este pueblo, lucrando y saqueando a dos manos, vaciando empresas, viviendo de los millones de subsidios del gobierno.
El reclamo de los trabajadores muestra que son los únicos interesados en trabajar y en que Zapla no se cierre. Si los gobiernos regalan millonadas en subsidios a los patronales, pues bien: que se hagan cargo ahora de los salarios e insumos para mantenimiento y producción de la fábrica, re-estatizando Zapla para que los propios trabajadores puedan volverla a poner en pie bajo control obrero, para que vuelvan a trabajar miles de compañeros y produzca para todo el pueblo.