En un esquema en el que una parte central de la rentabilidad capitalista se explica por la caída de los costos salariales, las últimas semanas han visto una reanudación de luchas por el salario. Dejados a su suerte por las direcciones de la CGT (que festejó como un triunfo el magro incremento en las asignaciones familiares) y la CTA (cuyos “planes de lucha”, como el de ATE son una fantochada), distintos sectores de trabajadores están protagonizando conflictos y disputas por el salario, con los telefónicos, los trabajadores del subte y los docentes de la provincia de Buenos Aires a la cabeza. Frente a esta situación, las patronales, con la complicidad de la burocracia, atacan a los sectores combativos, como es el caso de los despidos contra trabajadores ferroviarios integrantes de las listas opositoras a Pedraza.
Trabajadores estatales y del sector privado (¡ni qué hablar de los desocupados que cobran los miserables 150 pesos!) se encuentran en situación similar. En el primer caso, el presupuesto 2005 (que acaba de ser aprobado junto con los “superpoderes” al Jefe de Gabinete para que pueda “redistribuirlo” como le parezca) no establece pautas de aumento salarial alguno mientras que crecen los fondos para el pago de la deuda y para ... ¡la SIDE! En el segundo, los superbeneficios patronales contrastan con la baja salarial existente desde la devaluación. Cuando las propias direcciones sindicales colaboracionistas han situado los valores provisorios de la canasta básica en $ 1580, es evidente que una lucha unificada por el salario y el reparto de las horas de trabajo (o la jornada del 6 horas para todos como se logró imponer en subterráneos) está a la orden del día.

Hacia las movilizaciones por el 19 y 20 de diciembre

En pocas semanas más se cumplirán tres años del levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre de 2001. Distintas movilizaciones y actos se realizarán en todo el país y, posiblemente, un acto central unitario en Plaza de Mayo. Pero esa unidad no puede ser planteada en términos de un acto simplemente conmemorativo, sino como parte de las actuales peleas en curso, para evitar su aislamiento, defender a los luchadores de la represión y reagrupar las fuerzas de las organizaciones de trabajadores que se oponen a la tregua de las centrales sindicales. Así como se dieron pasos en la unidad de acción para liberar a los dirigentes ferroviarios detenidos por luchar, las organizaciones en lucha y la izquierda debemos aunar esfuerzos en torno a las luchas de los despedidos de ferroviarios, y por el salario, subterráneos, telefónicos, docentes, los reclamos de los desocupados y redoblar la pelea por la libertad de los presos obreros de Caleta Olivia y demás presos políticos de Kirchner. En este sentido es válida la propuesta de los obreros de Zanon y el sindicato ceramista de Neuquén de poner en pie una mesa de coordinación que unifique al cuerpo de delegados de subte, las seccionales del Suteba opositoras, los delegados telefónicos y ferroviarios, los movimientos de desocupados. Así se preparará una unidad más sólida hacia el 19 y 20, que es una oportunidad para denunciar la política del gobierno y el pago de la deuda externa, para reclamar la libertad de todos los presos políticos y para apoyar a los distintos sectores en lucha. Y también para levantar la necesidad de construir una dirección política de los trabajadores que enfrente al gobierno del “capitalismo nacional”.
En ese camino, desde el PTS reiteramos nuestro llamado a unir a la izquierda obrera y socialista para luchar por un frente político de trabajadores.