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Informaciones Obreras

Campaña por la jornada nacional de 6 horas

Una polémica necesaria

15 de octubre 2004



Una consigna no hace un programa

El MAS define que el cuerpo de delegados del subte ha puesto "sobre la mesa un planteo político: un programa superador para la recomposición y unidad de los trabajadores". (MAS, periódico n° 46) refiriéndose a la consigna de las 6 horas.
En la Argentina de hoy, la pelea por conquistar el trabajo para todos concentra un carácter transicional, vital, y en la medida que sea tomada por la clase obrera a través de la lucha, ayudará a los trabajadores a comprender la necesidad de acabar con la esclavitud capitalista.
Desde este ángulo somos fanáticos de la consigna por el reparto de las horas de trabajo (o su formulación de las 6 hs. Para todos). Pero, por importante que sea esta consigna, no constituye un programa. Es sólo una parte de él. Aunque en algunos momentos pueda ser la determinante, como en la huelga de subte, ésta no se hubiera podido realizar sin otra consigna decisiva como fue la de "fuera la burocracia de la UTA".
Otra de las demandas importantes para ligarla a las 6 horas es, por ejemplo, la de luchar por la libertad de los luchadores presos, en especial desocupados, una solidaridad de clase elemental por la cual debemos luchar hoy, ya que en los trabajadores ocupados ha penetrado la reaccionaria campaña antipiquetera. Porque si no existe esta mínima solidaridad de clase difícilmente los trabajadores ocupados verán el reparto de las horas de trabajo. Por lo tanto, de lo que se trata es de ver como articularla con otras consignas que también responden a las actuales necesidades de las masas y que, junto con la creación de organizaciones adecuadas de la clase obrera, podrán desplegarse en lucha abierta para su imposición. (ver manifiesto programático, LVO 148).
Esto es lo que empezó a hacerse en el Encuentro en la Gráfica Patricios (ex-Conforti) el 21 de agosto, donde después de debatir varias horas se acordó incorporar otras consignas y reclamos indispensables como la lucha por un salario mínimo de $800, la ley nacional de expropiación definitiva para las empresas recuperadas, la libertad de los presos políticos, la lucha por el desprocesamiento de los mas de 4000 luchadores, el reconocimiento de la Comisión provisoria de ATE Río Turbio, y aunque quizá no lo parezca, fue muy importante incorporar "el apoyo a todas las luchas obreras y sociales y por la defensa de la democracia sindical", dándole un carácter explícito de agrupamiento combativo y militante. Y la propuesta de los ceramistas de Neuquén, que el PTS apoyó, que se conformara una Mesa de Organizaciones Obreras para impulsar la campaña por estos 4 o 5 puntos y la realización del acto.
Si embargo el MAS reniega de los avances de aquel plenario y quiere circunscribir todo a la lucha por las 6 horas.

¿La "herramienta" es un Proyecto de ley o la lucha de clases?

Como parte de la Campaña por las 6 horas se insiste en desarrollar un movimiento amplio, integrado en forma indiferenciada (todos somos iguales) por sindicatos, internas, delegados, como intelectuales, diputados, personalidades. Con el argumento de "ampliar" se conforma un movimiento donde el frente único obrero queda diluido con sectores e incluso individuos. Este movimiento de distintos sectores sociales no puede ser el que encabece la campaña por imponer las 6 horas que significará una lucha implacable, tan o más dura de la que tuvieron que hacer las generaciones que impusieron con sangre, cárcel, y huelgas terribles, las 8 horas. Para semejante lucha se precisa un frente único obrero, que convoque a los demás sectores o clases explotadas para encabezar una verdadera lucha obrera y popular. O sea, para que la clase obrera pueda ser hegemónica, única manera de imponer en forma generalizada esta reivindicación. ¿Por qué se insiste tanto en un movimiento sin definición de clase?
El compañero Eduardo Lucita, sostiene que "..el desenvolvimiento de la campaña requiere de un instrumento para que la propuesta se generalice a nivel nacional. Este instrumento no es otro que un proyecto de ley que debe surgir del propio movimiento"1. Acá se corre el peligro de transformar un elemento táctico en el eje y caer en el más puro parlamentarismo. Sin embargo, si miramos la propia historia de la conquista de la "jornada legal de 6 horas" en el propio subterráneo, la conclusión es la opuesta. Por un lado, los desprestigiados legisladores, corridos por la población al grito de "que se vayan todos", después de la enorme acción directa de masas del 19 y 20 de diciembre, se vieron obligados a hacer concesiones impensables en otra situación. Cuando esta presión de masas bajó, apareció Ibarra para vetar la Ley, y hubo que hacer una nueva acción directa, una fenomenal huelga de 4 días para terminar de imponerla. Ni hablar si estamos pensando, seriamente, en imponer las 6 horas en todo el país.
Solo las grandes gestas revolucionarias de la clase obrera mundial a fines del siglo XIX y principios del XX impusieron la jornada de 8 horas. La lucha extraparlamentaria, encabezada por las organizaciones obreras con sus métodos (huelga, piquetes, enfrentamientos con las fuerzas del orden, etc.) obligó a los parlamentos a aprobar las leyes de las 8 horas. Si esto fue así en la época donde había posibilidad de reformas bajo el capitalismo, saquemos conclusiones de cómo será en la época de decadencia absoluta del sistema capitalista.

 1 Periódico Nuestra Lucha Nro 18

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