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LA CRISIS DEL MERCOSUR

Una integración contra los pueblos

17 de septiembre 2004

El Mercosur lejos de ser una integración entre los pueblos, es un acuerdo entre estados semicoloniales al servicio del imperialismo, sus multinacionales y socios locales. Una muestra, es el caso de las automotrices: en los ’90 les convenía producir en la Argentina y exportar a Brasil, con la crisis, las inversiones se trasladaron a este último país1 , y exportaron a la Argentina. Otro tanto ocurre con la línea blanca (electrodomésticos) como ser Whirlpool, que se marchó de San Luis y ahora produce en Brasil desde donde exporta a la Argentina.
La “integración” de ellos, es en el terreno político como alcahuetes y bomberos de la región. Lula y Kirchner sostienen la política invasora del imperialismo yanqui en Haití y enviaron las tropas para cumplir con los designios de Washington y han sostenido a Mesa en Bolivia luego de la insurgencia del Octubre Boliviano, a pedido de Bush.

¿De qué crisis nos hablan?

Producto de la política neoliberal de Lula, la demanda interna en el mercado brasileño se achicó y una parte de la producción no encuentra salida en este país y se pretende colocar una porción en el mercado argentino. A su vez los capitalistas locales no invirtieron en sus industrias, con lo cual ante un leve repunte de la economía, la producción no es capaz de abastecer la demanda local. Asimismo al basar la producción en la sobrexplotación y en una maquinaria obsoleta, no pueden competir con los niveles de productividad del país hermano, que tiene aún salarios más depreciados que los de nuestro país.
En esta situación ambos gobiernos salen en defensa de los empresarios fijando cupos de exportación e importación, muy lejos de la tan mentada integración regional. Lula y Kirchner defienden los intereses de las filiales imperialistas, Ford, Volswagen, Chevrolet, Whirlpool, Zenith, Philco, etc., a monopolios locales como Techint, y algunas ramas menores como textiles y calzado. En el Mercosur, el capital financiero internacional y las empresas multinacionales son los que definen la política regional acorde a sus negocios.

¿Es posible una verdadera integración?

Existen recursos suficientes. En una nota de Le Monde Diplomatique2 se afirma (incluyendo a Venezuela) que “el territorio y la cantidad de habitantes marcan la jerarquía de un continente. Existe además un holgado abastecimiento de alimentos, manufacturas y energía. Lo muestran las cifras de exportaciones de la agricultura (11.987 millones de dólares), de las industrias de la alimentación (17.416 millones), de la industria metalmecánica (19.237 millones), de minas y canteras –incluyendo petróleo- (27.248 millones). En resumen, en 2002 se exportaron 66.836 millones de dólares en productos primarios y 42.524 millones en manufacturas”. Los propietarios de estos inmensos recursos son un puñado de monopolios imperialistas y algunos socios locales.
En lugar de seguir las recomendaciones de la CTA y la centroizquierda, que esperan que gobiernos “progresistas” como los de Lula y Kirchner, adopten medidas a favor del pueblo, los millones de trabajadores ocupados y desocupados junto a los campesinos y las clases medias empobrecidas somos los únicos que podemos hacer real una integración entre ambos pueblos, y extender a toda Latinoamérica nuestra lucha contra las burguesías locales y el imperialismo que nos roba, oprime y mata de hambre. La unidad de América Latina no puede ni siquiera pensarse sin la ruptura inmediata con el FMI y el cese completo del pago de la deuda externa. Recursos para nuestros pueblos hay de sobra, pero para ponerlos a nuestro servicio la clase obrera tendrá que expropiarlos, e implantar -entre otras medidas- la nacionalización de la banca y del comercio exterior. Esta política nos permitirá controlar las palancas claves de la economía y los recursos estratégicos, y crear las bases para impulsar una verdadera integración de nuestros pueblos en el camino de una Federación de Repúblicas Socialistas.

1 “En efecto, mientras desde 1998 al presente se instalaron en Brasil 10 plantas automotrices, en Argentina no existieron inversiones semejantes”. El Cronista Comercial 09/09/2004
2 Le Monde diplomatique, setiembre 2004 “El motor de la unión sudamericana”.

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