logo PTS

Comunicados de prensa

ENTREVISTA A STELLA PROVECHO

“Una es un poco soberbia y pelea para que las cosas cambien”

Este proyecto comenzó hace un año y medio. Siempre llevaba el auto a lavar a una de las playas del centro y los veía a los chicos lavar los autos, me puse a conversar con ellos y empezó a interesarme
ese ‘nuevo trabajo’ que había surgido de la necesidad.

PTS Neuquén

12 de julio 2008

Contanos de qué se trata tu nueva obra

Este proyecto comenzó hace un año y medio. Siempre llevaba el auto a lavar a una de las playas del centro y los veía a los chicos lavar los autos, me puse a conversar con ellos y empezó a interesarme
ese ‘nuevo trabajo’ que había surgido de la necesidad. Ellos me hicieron muchos y muy variados comentarios. Entonces comencé a pedirles los cepillos usados para hacer algo, para intervenir esos objetos que ya habían sido usados, que habían cumplido una función y que ya no servían.

A mí me motiva mucho verlos meter las manos en el agua fría. Será porque una en un momento tuvo que hacerlo… desde otro lugar, ya sea lavando ropa, o porque no tenía agua caliente, y realmente te duelen mucho las manos. Y viéndolos a ellos lavar, ves ese sufrimiento del trabajo. Y decidí partir desde el instrumento que ellos utilizan para su labor, que son el agua, el balde y sobre todo el cepillo, que había sido usado, manipulado por ellos; habían lavado muchos autos, algunos muy costosos. Así empecé a indagar sobre esa realidad social que se manifiesta en ciudades grandes y que está prácticamente en todos lados, no se sabe por cuánto tiempo, ése es un interrogante.

¿Qué pasaría si a esos chicos no les permitieran estar más en la calle? ¿A dónde irían? Una cosa que me sonó mucho es que una está alerta, atenta y trabajando con todos los sentidos. Yo creo que me puse en ese nivel. A esos materiales que tenía entre las manos los transformé dándoles una unión conceptual de lo que ellos hacen: el objeto y ese otro objeto, costoso, por el que se pagan unas monedas para que queden impecables. Porque, convengamos, el parque automotor neuquino es bastante nuevo, con autos que indican un poder adquisitivo de una clase que permite tener esos autos. Entonces me llama la atención eso, cómo a un objeto se lo puede modificar y se transforma en otra cosa, y esa otra cosa pasa a ser obra de arte. Hacer de la vida cotidiana de estos chicos una obra de arte, ése fue mi objetivo. Una cuando arma una muestra pone una mirada, una subjetividad. Y hay que ver la mirada del otro, seguramente no va a pensar lo mismo. De una curiosidad, pasó a ser una necesidad mostrarlo.

Cuando hay algo que te conmueve -no estoy hablando en términos lacrimógenos, sino de una cuestión puramente sensitiva- te despierta un ‘llamadito de atención’… hay muchos elementos de los que se puede hacer obra, de los que se puede hacer arte. Yo partí de algo que es como un objeto en desuso, que se tira, y no sé si este tema, estos chicos… ¿No son un ‘objeto de uso’ en esta sociedad? Creo que el potencial está en sentir las dificultades y las carencias, no como una limitación, sino la base sobre la cual se puede trabajar. Desde ese punto trabajé yo, desde la carencia, desde la limitación. En esta obra traté de trabajar como en un canal de permanente limitación, con mínimos elementos y ver hasta dónde podía llegar. Era como trabajar en un estado de coherencia con lo que estoy mostrando, lo que estoy diciendo a partir de lo que muestro. Yo siento que Neuquén va teniendo profundos contrastes, que cada vez se van notando más. Autos de cuarenta, setenta mil dólares, por cuya limpieza se paga diez pesos a una persona a la que eso le permite comer, el día a día… nada más que eso, no hay obra social, no hay ningún tipo de cobertura por parte del Estado… ellos están en la calle y la calle lo que les ofrece es eso. Y me parece que ese contraste lastima bastante y no tendría que ser así. Esos chicos tendrían que tener otra oportunidad, la de ir a la escuela, desarrollar un oficio, otras actividades.

Hay muchachos ya grandes que me comentaban que hace 15 o 20 años que están trabajando en la calle, y que han salido a buscar trabajo pero -como dicen ellos- “uno es portador de cara” y hay lugares en que no los toman; y otros en los que les pagan tan mal, que deciden trabajar en la calle porque la calle les permite sumar más dinero, pero no tienen respaldo de ningún tipo. Es ese día a día…

Hay una cita que usé del Che: “Cuanto más brilla el mundo de las mercancías y de los valores en el mercado, menos vale y menos importa el ser humano”. Como parámetro de mi interpretación decidí buscar en el diccionario de la lengua española para ver qué concepto era el de trabajo: “Ocupación retribuida. Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital. Ocupación ineludible que se hace a disgusto”. Sería muy bueno que las cosas cambiaran. Me parece que faltan muchos años de lucha todavía. Se ven algunos reflejos, pero esto tiene que cambiar profundamente para que el tema de los contrastes de los que hablaba, dejen de ser tan evidentes. Creo que van a existir, pero lo bueno sería que no fuera tan evidente, que hubiera trabajo para todos, educación para todos.

¿Existe una continuidad con tus obras anteriores?

Mi nueva obra tiene el tema del trabajo en la calle y tiene otras obras anteriores. En Buenos Aires presenté una instalación sobre Brukman que es un mantel donde hice un trabajo de investigación acerca de la toma y puesta en marcha de fábricas en manos de los obreros, la expropiación, una muy importante palabra para poder romper, de alguna manera, con el sistema. Y esa obra para mí… creo que fue importante desde el lugar, es decir, cuando uno se mete hasta los tuétanos con el elemento que elige y profundiza, charla con la gente; uno ve y va sintiendo lo que el otro va sintiendo. Me parece que así empieza uno a amar. Las luchas obreras, la lucha de este querido Zanon… yo lo conocía desde afuera; los descubrí un día en la calle y pensé: ‘cuánta fuerza que hay acá’. Y empecé de a poco a involucrarme, a trabajar. Me parece maravilloso que, de pronto, en un sistema capitalista perverso, salgan estos cohetes, estas cuestiones explosivas de lucha, de apropiación, de puesta en marcha, de ser todos uno… Es como un despertar muy importante. Creo que falta mucho tiempo, no sé si lo voy a ver, pero mientras tanto hay que seguir… en la calle, luchando… pidiendo perpetua para Poblete y enjuiciamiento al ex gobernador Sobisch. Eso es un asesinato y es doloroso lo que pasó. Yo soy docente y me siento involucrada con lo que pasó y me parece muy importante haberlo podido llevar a juicio, que esté en los medios, porque esto no puede suceder. La vida del ser humano es sagrada y creo que desde allí hay que pelear.

¿Cuál es tu compromiso con ese cambio como artista?

De alguna manera, desde el arte una es un poco soberbia y pelea para que las cosas cambien. El artista no vive dentro de una gran cúpula. Si vos no te estás relacionando, viviendo lo que le pasa al otro… yo creo que también pasa por una cuestión de conciencia, es decir, cada uno es libre de decidir por qué camino toma y cómo se moviliza dentro del arte, en qué lugar se va a situar. Yo he decidido trabajar el tema social, hace largo tiempo que lo vengo haciendo y permanentemente me estoy vinculando con lo que está pasando, con lo que sucede en el país. Uno charla con sus amigos, toma decisiones y se posiciona, porque si no, es que como que uno pasa a ser como una ameba que se va moviendo de acuerdo a cómo son las cosas… mi punto es ese.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: