La Ciudad del régimen blindado

La política mendocina está embotada de peleas intestinas al interior de los propios partidos del régimen blindado que gobierna la provincia. La crisis nacional del kirchnerismo terminó de minar las bases del gobierno del PJ, Jaque busca desesperadamente rescates nacionales para paliar la crisis fiscal del mismo modo de sostener la gobernabilidad buscando fortalecerse al dividir a los demás. Ya había logrado cooptar un sector de la derecha gansa incorporando a Aguinaga al comienzo de su gestión, y desde entonces el PD es la oposición domesticada que ha salvado a Jaque de las situaciones más complicadas en la legislatura, como fue la reñida votación del último presupuesto provincial.

Con el radicalismo buscando condicionar la vuelta de Cobos, se plantaron en terreno más agrios: los pagos de Víctor Fayad; su más enconado enemigo personal y competidor político. Fayad hizo “tronar el escarmiento” sobre los “radicales cama afuera” y pactó con el PJ y el gobierno nacional, golpear a Cobos en la nariz a cambio de generosos fondos que le permitieran levantar literalmente barricadas de cemento en casi todas las calles de la Ciudad levantado por las topadoras de la obra pública municipal prometiendo a la clase media una nueva “era victoriana” al precio de ratificar el cesarismo de Fayad como alternativa radical al centrismo de Cobos. Toda la burguesía asentada en la ciudad insignia del oeste del país, dio su bendición a Fayad porque garantiza la continuidad de más de 25 años de gestión Radical, que permitieron ganancias millonarias para los capitalistas a cambio de dividir la Ciudad en dos: un paraíso para los especuladores inmobiliarios, grandes comerciantes y hoteleros, barrios privados y banqueros, provistos de tierra, tasa cero, subsidios y mano de obra precarizada; y una cárcel para la población empobrecida arrojada a barrios de emergencia y separada del microcentro por las boinas verdes de la gendarmería y el gatillo fácil de la policía.

Con los empresarios y los partidos tradicionales apoyando a Fayad, los capitalistas necesitaban un nuevo partido; capaz de desafiar por derecha al caudillo radical y advertirle que no tolerarán sobre ellos mismos sus manotazos bonapartistas. Y se puso en escena la figura de “Orly”, hijo pródigo de la alianza del macrismo con la familia empresaria Terranova, un emblema de la burguesía mendocina junto a Vila, Pescarmona o Cartellone.

La centroizquierda en bancarrota.

Fuera del los tres partidos de la derecha tradicional (PJ, UCR y PD) y el debutante Pro; la centroizquierda mendocina intenta aprovechar estas elecciones para tomar el aliento que no consigue en el reparto de las bancas del régimen blindado.

El espacio de Luis Leiva, parece incomprensible desde el punto de vista de “partido”. Sus permanentes rupturas con sus aliados, confunden hasta el más cauto de los observadores. Pero el extremo personalismo de su candidatura no es casual, responde a la contradicción de su figura de ser el ex Juez Federal que incriminó a Moneta, con un perfil político que se ubica a pocos metros del discurso republicano del golpista PD.

La odiosa relación entre la centroizquierda con el PD que cogobernó con los militares en la última dictadura genocida, fue parida por Carrió que se ocupó de rescatar a figurones de este partido como Gutierrez para formar el Ari. Leiva representa la miseria política de la centroizquierda republicana, en su impotencia para juzgar la “corrupción” de los capitalistas y su servilismo para pedirle a ellos que se hagan cargo de reprimir a la población. De allí su propuesta para estas elecciones de la Ciudad : “comprometer a todos los centros generadores de inseguridad (bancos y supermercados) a que la neutralicen a través de contratar servicios de seguridad que garanticen que la gente pueda andar tranquila dos o tres cuadras a la redonda”. Las agencias de seguridad privada que contratan las empresas están dirigidas por los torturadores de la última dictadura, estos genocidas son los que, para Leiva, deben garantizar la seguridad ciudadana.[1]

El espacio de Angélica Escayola es, por el contrario, reconocido por la “reincidencia” de su trayectoria en el peronismo. Llegó a ser legisladora de la Alianza que culminó con los 30 muertos de la represión en Plaza de Mayo, y luego a participar con su partido de los inicios del gobierno de Jaque que recompensó su colaboración poniéndolos en funciones junto al torturador de la última dictadura Carlos Rico Tejeiro. Este bochorno llevó a su ruptura de estos con Jaque, sólo para volver a unirse a él en una lista común para las elecciones del 2009. En estas elecciones quedaron fuera del Frente Justicialista, por lo que disputan con el “Vote K”. Con esta trayectoria su único mérito es haber logrado hundir con ella a toda la centroizquierda provincial abanderada en los Derechos Humanos en el derrotero del kirchnerismo.

Con Montbrun los socialistas lograron recuperar su lugar más cómodo; ser aliados de los radicales. Luego de varios frentes frustrados con el PC o Leiva, los socialistas cerraron filas con este antiguo funcionario radical y amigo personal de Fayad. Giustiniani viajó a Mendoza a presentar la nueva fórmula y una nueva conducción partidaria. Su increíble defensa de los gobiernos radicales, hacen irrefutable la afirmación de los medios de que están apoyados por Fayad para entrar al Concejo. La alianza sojera nacional, actualiza el histórico rol del PS: tal como ayer apoyó con funcionarios a las distintas dictaduras militares, hoy colabora con la política represiva de Fayad proponiendo crear una “Policía Social”, que se encargue de articular la “ayuda social” del municipio con los escuadrones de “preventores”, que se encargan de mantener el apartheid que rige en la ciudad del turismo contra los más de 370 mil pobres del Gran Mendoza.

Una campaña militante para desafiar la política capitalista.

Los trabajadores encuentran nuevamente a sus organizaciones sindicales de espaldas a la necesidad de presentar una alternativa independiente frente a los ataques del gobierno y los empresarios. Lamentablemente si las conducciones sindicales “combativas” (Ate, Judiciales y Fadiunc) no intervienen directamente en estas elecciones a favor de alguno de los partidos patronales (como vergonzosamente lo hace el maurismo al frente del Sute y la Cta , favoreciendo al gobierno de Jaque) es porque preparan desde abajo del escenario nuevos proyectos centroizquierdistas como Proyecto Sur y la Constituyente Social que no llegaron a obtener su personería electoral para presentarse. De esta forma, la izquierda enfrenta un escenario muy adverso en estas elecciones, donde diversas variantes de la centroizquierda intentan capitalizar el espacio perdido por el kirchnerismo, que hasta hace poco concentraba las expectativas de los trabajadores.

En los últimos años, partidos de la izquierda como el MST han sufrido un profundo descalabro como consecuencia de su seguidismo político de la centroizquierda y los esclavistas del campo como las patronales sojeras. Habiendo perdido gran parte de su militancia y presencia a nivel nacional, intenta dar un viraje en su ubicación volviendo a tomar algunas consignas de izquierda como el “no pago de la deuda” para ver si puede recuperar algo de su viejo ropaje y frenar su caída. El PO ha guardado para otro momento lo que hasta las elecciones pasadas consideraban su mejor idea política para las elecciones: la reforma policial para terminar con la inseguridad; y levanta un programa municipal para que los trabajadores lleguen al Concejo. Aunque esto pareciera acercar posiciones hacia una política independiente de los trabajadores, no logra unirlas. Su programa se transforma en una impotente plataforma parlamentaria, al reemplazar la idea de la organización política independiente y la lucha de calles para defenderse de los ataques de los empresarios y el gobierno, por la apelación impotente de “pongan a prueba al PO”. ¿Cómo? Con su voto. El estancamiento de esta organización que en los últimos años no ha crecido en militancia, ni participado de las más importantes luchas obreras del país, se condice con esta política conservadora e impotente.

El PTS se ha desarrollado en los últimos cinco años al calor de las luchas más emblemáticas de los trabajadores en el país y la región, donde colaboramos con la lucha y la organización independiente de los trabajadores del campo (Ajeros), la industria (Tersuave) y los estatales. Nuestras pequeñas fuerzas se han potenciado ligándonos en la práctica a las experiencias más importantes del movimiento obrero y estudiantil; impulsando audaces acciones y campañas como el escrache a la embajadora yanky que pidió la represión de los obreros de Terrabusi.

Nuestro partido lleva adelante una audaz campaña contra los partidos del régimen, denunciando su política de esclavitud laboral y mano dura. Los medios provinciales han dado cuenta de ésta, publicando nuestras denuncias a los candidatos patronales y la política represiva de Fayad y el gobierno provincial. Los Andes, destacó que en el primer debate de candidatos “El caso más llamativo fue el de Del Caño, quien propuso expulsar de la ciudad a los efectivos de Gendarmería y la policía, porque sólo están para reprimir la pobreza y "asesinar trabajadores, como Teresa Rodríguez y Aníbal Verón" (Los Andes, 3 de marzo de 2010). En las próximas semanas pegaremos miles de afiches y stickers llamando a los trabajadores y la juventud a desafiar a los capitalistas y sus partidos siguiendo el ejemplo de Kraft, para terminar con la ciudad de los Vila y los Terranova, sus contratos basura, el trabajo en negro y la persecución policial.