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MOVIMIENTO OBRERO

CONTRA LA TERCERIZACIÓN DEL GOBIERNO, LOS EMPRESARIOS Y LA BUROCRACIA

Una alianza por el pase a planta permanente

Las trabajadoras que limpian el despacho de Carlos Tomada están tercerizadas.

Lucho Aguilar

9 de agosto 2012

Las trabajadoras que limpian el despacho de Carlos Tomada están tercerizadas. Frotan el teléfono que el ministro usa para llamar al reo Pedraza, los afiches institucionales que festejan “El año del trabajo decente”. Pero a ellas no les toca. Están peor que el 70% de los empleados del Ministerio que están contratados.

Los empleados de La Mantovana, que hacen tareas administrativas, cargan y descargan bultos en la AFIP, están tercerizados. “Cobramos migajas”, dicen. También lo están sus compañeros del call center, y los de maestranza. Echegaray paga $7000 por empleado, pero a cada trabajador le llegan $2500.

El camporista Mariano Recalde llegó “para rescatar Aerolíneas Argentinas”. Pero el “rescate” no le llegó a los trabajadores de HAS que realizan tareas para Aerolíneas y Austral. Siguen tercerizados. Cobran la mitad que un trabajador de planta, en pésimas condiciones, no les respetan descansos. Si reclaman los apalean. A los de Pertenecer la gestión progre los condena a limpiar los hangares con químicos tóxicos, sin la protección necesaria. Denuncian dos muertes y decenas de enfermos.

El Correo Argentino fue reestatizado, pero muchos trabajadores están como en los 90. Sólo la tercera parte está en planta permanente. Gran parte de la logística, clave en una empresa postal, está tercerizada.
En la “nueva” YPF, el gerente Gallucio no quiere tocar el régimen que acordaron Menem y las petroleras. Kirchner siempre estuvo de acuerdo, los sindicatos también. En los yacimientos de YPF siguen trabajando decenas de operadoras. De los 25 mil trabajadores del sector, 5 mil son tercerizados.

En los Hospitales Públicos la tercerización también goza de buena salud. Fue lo que desató el último conflicto en el Hospital Garrahan. Allí, de los 4500 trabajadores, 500 están tercerizados. Pertenecen a los sectores de limpieza, cocina, fluidos, mantenimiento, y vigilancia. Cobran $2800 y los quieren echar por organizarse.

Hoy, en el sector público casi el 30% del trabajo no está registrado.
¿Por qué el Estado capitalista no va a hacer uso y abuso de lo mismo que garantiza para los empresarios?

Los ganadores

Los informes hablan de 600 mil empleados tercerizados, pero sólo entre las empresas de servicios. El número se multiplica con las una y mil formas que tienen las patronales de atacar las conquistas obreras. Basta ver a los grandes ganadores del modelo.

La patria financiera tiene 15 mil jóvenes trabajando en sus call centers, bajo el convenio de Comercio.

La mayoría de la cosecha de granos en la Argentina está tercerizada en contratistas. Lo mismo la industria aceitera de Santa Fe o los puertos del Rosario, donde sale buena parte de la exportación agroindustrial.
Las privatizadas también usan el modelo, no sólo en el transporte. Edesur y Edelap tienen 9 mil trabajadores tercerizados, y los activistas denuncian que son más de 30 mil los que trabajan en esas condiciones para las telefónicas.

Las grandes siderúrgicas y metalúrgicas - Acindar, Siderca, Siderar – no sólo utilizan las agencias temporales. Entre todas las plantas de Siderar hay casi 5000 tercerizados, la misma cantidad que trabajadores de planta. A algunos les sorprende que varias de esas contratistas pertenezcan al mismo grupo Techint. A otros que la burocracia tenga negocios (como las de la UOCRA o Loberaz, adjudicada al dirigente de la UOM Naldo Brunelli).

¿De qué se sorprenden? La burocracia sindical no sólo dejó pasar la precarización. También en muchos casos se asoció a la explotación, formando parte de cooperativas y contratistas. Por estas prácticas, los mismos trabajadores han denunciado a dirigentes de la Unión Ferroviaria, SUPHE, Luz y Fuerza, Camioneros, Maestranza, UOCRA.

Moyano-Pereyra y Caló-Martínez, son dos fórmulas de la burocracia tercerizadora.

Otra alianza

Desde el mismo Ministerio de Trabajo hasta Techint. La precarización, la tercerización laboral, las agencias temporales, el trabajo en negro, son todas condiciones estructurales del modelo “nacional y popular”. Es una de las formas en que el capitalismo argentino busca acrecentar la productividad y su tasa de ganancia, aumentando la explotación de la clase obrera. Así los empresarios pagan sueldos inferiores a los de planta, imponen ritmos brutales y jornadas agotadoras, deslindan responsabilidades patronales ante despidos y accidentes, dividen a los trabajadores, ponen obstáculos a la organización sindical, generan nuevos negocios.

El crimen de Mariano Ferreyra reflejó hasta dónde puede llegar el entramado entre los empresarios, el Estado y la burocracia sindical.
Esa alianza sigue. Hay que enfrentarle una alianza que una a todos los trabajadores (efectivos, contratados, tercerizados, en negro, nativos e inmigrantes) junto a la izquierda clasista, que ha sido la más consecuente en denunciar este fraude.

Para pelear por el pase a planta permanente, por igual trabajo-igual salario, y por sindicatos sin burócratas.

Prensa

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