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Un derecho legítimo del pueblo de Las Heras

23 de febrero 2006

La muerte del policía Sayago en Las Heras está siendo utilizada políticamente por el gobierno y los medios de comunicación mediante una campaña reaccionaria para poner a la defensiva la lucha de los obreros petroleros. Las Heras está ocupada por la Gendarmería, la Brigada de Investigaciones “aprieta” a trabajadores y las empresas como Repsol aprovechan para no cumplir las justas demandas obreras. No debemos permitirlo.
Desde La Verdad Obrera volvemos a denunciar la entera responsabilidad del gobierno en los hechos de la madrugada del 7 de febrero en la que murió Sayago. Después de 15 días de huelga y cortes de ruta, el gobierno y la justicia, por única respuesta, ordenaron a la policía encarcelar a Mario Navarro, el líder sindical más reconocido por el pueblo de Las Heras. El diario Clarín informó por esos días que a Sayago, cuando volvía hacia Caleta Olivia la noche del 6, se le ordenó ir a Las Heras ya que sus jefes decidieron “enviar más efectivos porque las informaciones presumían que podía haber algún desborde” (Clarín, 8/2). Es decir que el alto mando policial era conciente de las consecuencias de la provocación que montaron al detener a Navarro.
Esta provocación recibió una respuesta masiva de la pequeña localidad de Las Heras que empezó a volcarse a la ruta mientras una delegación se dirigió hasta la Alcaldía donde se encontraba detenido el líder sindical. La concejal Totino, que estaba en esa delegación, declara que al preguntar frente a la Alcaldía sobre Navarro la policía le responde: “Señora, no hay más diálogo. Retírese de acá”. Su relato es otra prueba de la provocación contra la huelga petrolera y de la masiva movilización en respuesta: “Estaban llegando, entre cincuenta y cien metros se veía gente. Y estaban llegando de todos lados. No solamente la gente que venía de la ruta (...) de distintas calles de la localidad se veían llegar vehículos, gente que venía caminando, corriendo. Nosotros le insistimos al comisario y yo, lo que veo, es que levanta un arma. (...) Y me doy vuelta, empezamos a correr y empiezan a caer los cartuchos de gases”.(Página 12, 20/02). Pasada la medianoche, más de 1000 manifestantes protagonizaron una verdadera revuelta popular frente a la Alcaldía exigiendo la liberación del dirigente preso. Como ya dijimos en LVO, esta movilización democrática fue tan legítima como las que se vivieron en el gobierno de Menem, en Cutral Có o Gral. Mosconi, donde miles se movilizaron contra la represión, y demostró que la huelga y los piquetes petroleros, que no fueron apoyados por la dirección del Sindicato del Petróleo, tuvieron un masivo respaldo de la población de Las Heras.
La muerte del policía intenta ser utilizada ahora para separar al pueblo de los petroleros y su cuerpo de delegados, para militarizar Las Heras y quebrar su lucha. Los trabajadores debemos levantarnos contra este atropello. Los nuevos delegados, comisiones internas y activistas combativos y antiburocráticos debemos lograr pronunciamientos y actos de apoyo en todo el país en defensa de los petroleros y el pueblo de Las Heras, para que se retire la Gendarmería y las fuerzas de represión, y cesen los aprietes y persecuciones.
Y desde el PTS sostenemos que las organizaciones combativas para ser verdaderamente clasistas tienen la obligación de revindicar el derecho que tenemos los trabajadores de apelar a la movilización popular para defendernos de la represión, como así también el derecho legítimo a la autodefensa ante la policía y el Estado patronal y su ataque a las huelgas y luchas obreras y populares. Porque esto es una consecuencia de la lucha de clases, como se ha demostrado en la historia reciente, no sólo con la desaparición de miles de delegados y luchadores en la última dictadura militar sino con los compañeros Víctor Choque, Teresa Rodríguez, Kosteki y Santillán y tantos otros asesinados por las fuerzas de represión.

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