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UIA - CGT: ¿Hacia un Pacto social?

10 de noviembre 2005

Según una encuesta dada a conocer el 9/11, de 200 empresas líderes, el 17% espera conflictos laborales, esto a pesar que el 82% de las mismas tiene pensado otorgar aumentos salariales y ampliar la planta de personal.
Por esa razón, en la semana posterior a las elecciones, la UIA con la colaboración de la burocracia de la CGT alentaron la idea de un “Pacto Social”. Este consistiría en una “tregua de precios y salarios” por 180 días; durante ese período, los sueldos quedarían congelados y no aumentarían los precios. Luego, aumentarían los sueldos de acuerdo a la inflación de este período. El gobierno se mantiene expectante ante esta posibilidad, conciente de las desigualdades que tiene el desenvolvimiento de la economía y las altas posibilidades de que dicho pacto fracase por los conflictos laborales.
Es que aún con grandes luchas, los trabajadores “en blanco” sólo recuperaron lo perdido por la inflación (en el mejor de los casos); los empleados “en negro” (más del 40% de la fuerza laboral), están por detrás de los índices inflacionarios y los estatales se encuentran aún por debajo de éstos. A su vez, sectores como los telefónicos que consiguieron aumento hace un año, vieron “licuado” el mismo por la inflación. La situación es aún peor si consideramos que la productividad se incrementó, los trabajadores producen más en la misma cantidad de tiempo que en el gobierno de Menem.

Mantener o aumentar la actual explotación

Esto demuestra que los empresarios pueden dar mayores aumentos, pero trasladan los mismos a los precios, amenazando con una escalada inflacionaria.
El gobierno tampoco quiere incrementar los salarios, afirma que los mismos provocan inflación (un verso liberal), y además necesita recaudar para pagar la deuda externa. Así la estrategia de “desendeudamiento” en parte se sustenta en la caída de los ingresos de los empleados públicos.
En el caso de los privados, el aumento de la demanda de bienes tanto en el mercado local como internacional fue abastecido con la utilización de la capacidad ociosa de las fábricas por un lado, y el incremento de la productividad por el otro. Así la patronal produce y vende más sin nuevas inversiones, sólo gasta en materias primas e insumos (que se trasladan al precio de las mercancías), el sueldo de los trabajadores se mantiene constante o baja (por la inflación), mientras la productividad aumenta. Lo que los marxistas denominamos un aumento de la extracción de plusvalía, la ganancia del patrón. Por este motivo, tanto la patronal como el gobierno apoyan los aumentos por productividad, ya que en este caso éste se ve más que compensado con una mayor producción por obrero, en otras palabras una mayor explotación.
Por este motivo un alza generalizada de los salarios al nivel de la canasta familiar ($ 1.800), amenaza esta situación y la burocracia aparece como garante del gobierno y los patrones, por esto aún cuando no se firme ningún Pacto social, los burócratas boicotean todo conflicto que vaya más allá, es el caso del Garrahan donde la CTA, se opuso a la lucha por $ 1.800 de básico actuando como verdaderos carneros. Y la CGT se pone al frente de las luchas cuando las bases amenazan su control sobre los trabajadores como fue en el caso de los mecánicos.
Los trabajadores debemos defender nuestros derechos, peleando por un salario básico de $ 1.800, indexado por la inflación, el pase a planta permanente de los contratados y trabajadores en negro, la incorporación a las empresas de todos los trabajadores de las empresas tercerizadas y la unificación de las filas obreras luchando por el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados.
Ante la inflación provocada por los empresarios, los trabajadores junto a las organizaciones de consumidores están en condiciones de controlar los precios desde la salida de las unidades de producción, como las fábricas y frigoríficos, hasta las góndolas de los supermercados.
Para lograr esto tenemos que sacarnos el chaleco de fuerza de la burocracia sindical, reorganizándonos desde las empresas y coordinando las luchas, para derrotar a estos agentes de la patronal.

Prensa

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