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Informaciones Obreras

Con los aviones en el piso despegaron los sueldos

Triunfó el paro de los trabajadores de Intercargo

30 de junio 2005

Con el arma más potente de la clase obrera, la huelga, los trabajadores de Intercargo convirtieron al Aeropuerto Ezeiza, en un cementerio para aviones. La decisión se tomó en asamblea por ovación. En contra, estaba la moción de no parar, traída por los delegados burócratas de APA-CTA.
La asamblea comenzó aproximadamente 7:00 de la mañana del lunes 27 pasado. Cansados de la bicicleta de la patronal-gobierno (Intercargo es una empresa del estado) con la recomposición de $200 y 50 en tickets, ya ganados en la lucha por los trabajadores hace dos meses atrás; esta vez los compañeros decidieron no salir a trabajar, hasta que en el Ministerio de Trabajo se firmara el acuerdo.
El aeropuerto estuvo parado desde el inicio de la asamblea, hasta las 15, hora en que se resolvió el conflicto, con la seguridad de que en 2 días se pagaba lo adeudado retroactivo al mes de abril. “Fue un hecho histórico” comentaban los compañeros; “nunca estuvo tanto tiempo parado el aeropuerto”, decía otro.
La burocracia de APA se vio desbordada por la fuerza de los aeronáuticos, que nuevamente demostraron, que pese a tener un gremio oficialista y traidor a la clase, la unión efectiva de los trabajadores puede derribar cualquier barrera. Otra vez, los obreros de Intercargo impusieron su moción contraria a la del gremio y la empresa a través de los delegados. La cara de estos se vio desencajada cuando al pronunciar enérgicamente su moción de: “NO PARAR y esperar a que Tomada se decida”, la respuesta de los trabajadores, fue el más absoluto silencio. Ni ellos, los delegados, ni sus alcahuetes, se atrevieron a levantar la mano apoyando esa propuesta. Hasta que brotaron desde lo más hondo, los gritos y aplausos de todos los que sí apoyaban la huelga, moción que ni se sometió al voto porque quedó claro cuál era la voluntad de la mayoría.
La pista estaba repleta de aviones que parecían abandonados y el hall lleno de pasajeros, que pese a la larga espera, cuando se levantó la medida, felicitaron a los trabajadores por el logro conseguido, desmintiendo los rumores que hicieron correr los policías aeronáuticos de que los pasajeros se estaban organizando para ir a golpear a los huelguistas, cuando en realidad las ganas de golpear las tenían ellos.
La medida podría haberse frustrado si los compañeros de AGS y Aerohandling (que cumplen la misma tarea que Intercargo) hubiesen hecho caso a los pedidos de la Fuerza Aérea y las compañías de mover los aviones. Pero estos se mostraron solidarios con la medida y se negaron. “Salud a ellos también, que saben que pueden contar con nuestro apoyo”, dijo un trabajador lleno de orgullo.
Este fue un gran triunfo, no sólo económico, ya que permite también tomar confianza entre los trabajadores, que ya no escuchan la voz del miedo, siempre de la mano del sindicato que lo único que dice es “hay telegramas preparados”.
En esta jornada histórica que va a quedar por siempre en la cabeza de los trabajadores, quedó demostrado que el poder real está en sus manos y que de ahora en más se trata sólo de saber cómo y cuándo usarlo. Nuevamente los trabajadores unidos mostraron ser una fuerza ingobernable, que desoyendo los “consejos” de la burocracia, sabe bien de sus derechos y de cómo conseguirlos. La patronal, el Estado y la burocracia, recibieron la respuesta contundente de una clase que comenzó a desarrollar la conciencia de sus propios intereses. ¡A los compañeros salud!

Prensa

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