Para julio después de los fracasos en las negociaciones, los despedidos le impusieron a su dirección llevar adelante el bloqueo de los dos accesos a la planta. Tras una semana, la patronal estaba desabastecida, casi paralizada y con posibilidades de perder sus fabulosos contratos con la Toyota. El SUTNA nuevamente se sentó a negociar y obtuvo la promesa de reincorporar a los despedidos pero teniendo los patrones el derecho de estudiar el legajo de cada obrero. El sindicato llamó a levantar el bloqueo argumentando que era un gran triunfo.
Las reuniones continuaron pero la patronal nunca cumplió con su promesa. El Sindicato siguió sin tomar medidas contundentes como hubiera sido el bloqueo y sin convocar a paro de actividades lo que hubiera permitido llevar a los trabajadores de adentro y de afuera de la planta a una lucha seria para ganar. Esto condujo a la desmoralización de los compañeros despedidos.
La propuesta de la patronal para terminar con el conflicto fue la de reincorporar sólo a 9 compañeros e indemnizar al resto haciendo ella misma la lista de quienes entrarían. Los despedidos rechazaron el planteo y el SUTNA llevó junto al Ministerio de Trabajo la propuesta de que sean 18 los reincorporados y más plata!!!
Con un Sindicato que no tomaba medidas contundentes y los despedidos desmoralizados y cuando ya muchos se planteaban agarrar la plata, la patronal se mantuvo firme en la lista de los nueve. En una asamblea de despedidos, los trabajadores que se resistían a ser pisoteados decidieron largarse al bloqueo de los accesos, ya sin el apoyo del Sindicato que instaba a agarrar la indemnización y a que entraran los 9, ya que según ellos no se le podía ganar a una multinacional como Firestone.
Los trabajadores fueron directo a los portones. Al día siguiente, llegó la orden de desalojo. El Sindicato proponía enfrentar a las fuerzas represivas o resistir en el lugar, los trabajadores resolvieron retirarse viendo que no podrían hacerlo contra 200 efectivos, decidiendo prepararse mejor y buscar apoyo de distintas organizaciones.
Se convocó a una reunión abierta y se discutió cómo seguirla haciendo hincapié en la necesidad del paro y el bloqueo con el conjunto de las organizaciones que apoyaba, donde el SUTNA y la CTA ahora se ponían a la cabeza y se encontraban dirigentes reconocidos como Basteiro, Alí, Marín, el mismo Wasiejko dirigente del SUTNA y principal responsable de que el conflicto no se gane. El SUTNA no tuvo más remedio que llamar al paro y a movilizar el jueves 9 y realizar un acto donde estuvo Víctor De Gennaro. La patronal que veía el paro inminente, ofreció mantener la cantidad de reincorporados pero más plata para los que se vayan. Ese mismo día comenzó el paro a partir de las 13 hs. y el bloqueo de los accesos. 
El viernes, el Sindicato reunido con los despedidos, reubicado y retomando la dirección del conflicto, pidió a la asamblea el aval para llevar adelante la negociación con la patronal y una vez resuelto no se volvería atrás. La mayoría le dio este aval, convencidos de que ahora sí el Sindicato estaba actuando como debía. Sólo un pequeño grupo se opuso.
Finalmente el lunes 13 llegó el “gran” acuerdo. Los representantes de Firestone y el “Consejero por el salario” Wasiejko firmaron en el Ministerio de Trabajo un acta donde sólo se reincorporaba a 12 trabajadores y la gran mayoría de los despedidos quedaba afuera de la planta. Esa misma noche se realizó una asamblea general informativa (no resolutiva) de lo acordado, levantando el paro y el bloqueo y llamando a todas las organizaciones para “festejar” el “gran triunfo”. En esa asamblea la burocracia habló de “triunfo” y afuera estaban los despedidos mostrando su bronca contra el sindicato e impotencia por el resultado del conflicto. Un contratado despedido planteó que se iba con la cabeza alta porque luchó hasta el final por la reincorporación de todos y que no estaba de acuerdo con la negociación del Sindicato; con la ira desatada un despedido le dio una espectacular paliza al Secretario General del SUTNA, Pedro Wasiejko. Los compañeros a los que el Sindicato dejó afuera son principalmente el sector más crítico y opuesto a la dirección y la mayoría contratados, el más decidido en la lucha, soportando frío y sueño. Estuvo a la vanguardia y presionaba al sindicato para que lleve el conflicto al triunfo. Pero aún así no se garantizó la victoria. El SUTNA a espaldas de los trabajadores preparaba la entrega. Los trabajadores que estuvieron al frente no pudieron o no vieron que ellos mismos debían tomar las riendas del conflicto y en la misma lucha superar y barrer a la burocracia, recuperando su sindicato y creando instituciones verdaderamente democráticas donde se decida entre los trabajadores, no dándole el aval y dejando el conflicto en manos de estos dirigentes que preparaban la derrota porque tenían un interés, preservarse ellos mismos, ya que veía en estos compañeros críticos, la posibilidad de que surja un sector de trabajadores combativos, antipatronal y antiburocrático.
Nuevamente la burocracia del SUTNA y la CTA con esta gran traición le propinaron una derrota a los trabajadores de Firestone y al movimiento obrero. Es necesario barrer a los dirigentes burocráticos y recuperar los sindicatos tomando como ejemplo a los Mineros de Río Turbio y a los trabajadores del Astillero Río Santiago que dieron un gran paso en este sentido. 

Diego de Lomas