Los trabajadores de firma Coca Cola de Neuquén han tomado la fábrica. La noticia conmovió los medios de la región durante toda la jornada. Están ocupadas la planta de la ciudad Capital así como el depósito ubicado en la localidad de Centenario, como parte de una férrea resistencia contra los despidos masivos que llegan casi a los 150 en una primer etapa. La fulminante decisión de la patronal fue antecedida por un violento lock-out (vaciamiento) con la intención de cerrar toda la parte de producción dejando en pie sólo los depósitos y ventas, en vías de trasladarse a Bahía Blanca, y luego de años de jugosas ganancias en la zona, según voceros del gremio regional que nuclea a los trabajadores, el Sutiaga.

En la mañana del 8/9, en una reunión con representantes de esta patronal vaciadora, del gremio nacional y los trabajadores, la delegada del Ministerio de Trabajo, María Maldonado, destacó que estos empresarios fueron beneficiados con subsidios durante los últimos años, lo que transparenta que los buenos negocios los han inundado de millones de ganancias también a costa del Estado. Sin embargo, hasta el momento, ninguno de los gobiernos ni provinciales ni municipales han dicho una sola palabra de estos despidos masivos, mientras se abrazaban con Cristina Kirchner a pocos kilómetros en la localidad de Catriel.

Durante la reunión en el Ministerio, se dictaminó la conciliación obligatoria, al tiempo que los obreros mantendrán las medidas y las guardias de las plantas, con quema de gomas y bombos demostrando su categórica decisión de defender sus puestos de trabajo y el sustento de sus familias. Las acciones serán acompañadas por un paro nacional por parte de la federación sindical mientras se realizan las negociaciones.

Así también, durante el correr del día se hizo presente una delegación de obreros y obreras del Sindicato Ceramista, que fueron recibidos con cánticos que coreaban “unidad de los trabajadores”. También se acercaron delegaciones de otros gremios estatales y privados de peso. La enorme simpatía popular se hace sentir con los bocinazos desde los autos que pasan por la ruta frente a la fábrica; como en la lucha de Stefani, el apoyo del pueblo trabajador comienza a transformarse en un gran estímulo para sostener los brazos en alto ante este durísimo plan patronal.

¡Por el triunfo de los trabajadores de la Coca Cola!

¡Ningún despido! ¡Defensa de todos los puestos de trabajo!