Se apostan ellos. Nos apostamos nosotros. Son algo más de las 5AM. Comenzó la jornada.

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En Marcos Sastre nos corrimos 100 mts. para adentro para esquivar a las tortugas y prender las primeras gomas del piquete.

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Sobre la colectora, logramos ocupar toda la calle, el fuego empieza a prender, es el primer fuego de la madrugada que lentamente empieza a disiparse.

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Gritos de ¡Vamos compañeros! Avanzamos sobre Lear.

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La columna de trabajadores de Lear, junto con las organizaciones solidarias, corren por la colectora este de Panamericana y enfrentan a la bonaerense para organizar los piquetes. La acción es seguida del otro lado del alambrado por trabajadores de Fargo, planta pegada a la autopartista; un obrero de la panificadora grita "dentro de poco nos toca a nosotros", otro le responde "ya vamos a estar nosotros ahí".

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El cronista obrero no puede escribir. Tiene gas pimienta en los ojos, de una escaramuza del inicio.

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Scioli y Cristina se disputan quien rinde mas honores a los buitres. De un lado, cientos de gendarmes pertrechados como para una guerra. Del otro, la maldita bonaerense. Los caballos retroceden ante el avance de los obreros. El piquete se instala. Cantos de lucha "para los trabajadores / ya la reincorporacion". El piquete vuelve a avanzar más cerca de los portones. La familia de un despedido pasa con sus niños entre las columnas. No hay miedo ni frío, hay mucha bronca.

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Una jugada acertada, creativa de los compañeros, simbólica, un micro escolar transporta los alumnos a la clases de la escuela de guerra... ¡la pana es nuestra!

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La mañana. Tu sabroso amanecer de gas pimienta. Y ese caracteriístico olor a lucha que se esparce en el aire. Vuela el hollín, es humareda que se impregna en la ropa, la desgarra y te muerde la piel. Los obreros marcan el paso de este amanecer. La infantería al trote. ¿Se imponen sus escudos? No. Y la mano en la cachiporra. Los perros se inquietan, el gendarme lo arrastra. Los caballos simulan el trote. Un helicoptero sobrevuela el perímetro. Y el escudo nuevamente, y ese empujón habla: ¿aprenderás de una vez a ser esclavo? El rocío del gas se diluye en las retinas, y el rostro se abre como el fuego.

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Arriba. Por Lear. Por los obreros del acampe. Por la dignidad obrera. Y como dijo Roberto Amador, seguimos, arriba de la pana, escribiendo parte la historia.

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Llegaron con el día, con el gris inviernal. Se pertrechan. Se ponen en guardia. Nosotros también.

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Es el momento mas frío de la mañana. Ya casi estamos cara a cara.

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La represión...

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Acabamos de salir de la pana. Los gendarmes nos rodearon.. Agua, gases, balas de goma. El PTS, junto a los obreros, combatió en el asfalto. Eran más que nunca, pero aguantamos. No hay poesía en la ruta. Hay piedras y una enorme fuerza moral. La del PTS que supo entrar al movimiento obrero, o que lo está aprendiendo a hacer cada vez más. Las compañeras al frente, otra vez. Crónica cortada por la respiración y los gases. Sabemos de los otros compañeros que quedaron del otro lado de la pana. Arden los ojos y los palazos que tenemos en las piernas.

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Compañeras golpedas. Hay detenidos.