Los trabajadores estatales son quienes menos aumentos han obtenido desde la devaluación, por esto hay un incremento en sus luchas: Sobre 649 conflictos en los últimos 12 meses, el 74% correspondió a los gremios estatales, el 20% a servicios y el 6% a la industria; y frente a un promedio de 54 conflictos por mes en el sector público, en dicho período, en agosto se duplicaron a 1061.
La burocracia del sector (CTA, UPCN y otros), se adapta a esta situación pactando salarios miserables y dejando aislados a los trabajadores como los del Garrahan que no aceptan la caída en sus ingresos. Esto es lo que le permite al gobierno responder con virulencia, afirmando que más de lo que concede no puede dar.
Pero la contrapartida de esta situación es que la recaudación aumenta superando récords mes tras mes (desde la devaluación), y se incrementan las arcas del Banco Central. Por lo tanto si no se dan aumentos no es porque el Estado no tiene plata, sino que las luchas estatales objetivamente discuten qué se hace con el ingreso público.

La política del gobierno

Kirchner su ufana con los datos económicos que muestran un crecimiento sostenido, encontrándonos en los niveles de 1998, el año previo a la devaluación. Sin embargo un estudio de la CTA.2 comprueba que los ingresos totales para 2004 y 2005 son un 3% y un 2% inferios a dicho año, mientras que el gasto primario (sin los pagos de la deuda) se ubica en un 15% y un 13% inferior si comparamos 1998 con 2004 y 2005 respectivamente, de lo que se desprende que existe un superávit del 12,6% basado en un ajuste fiscal (un clásico neoliberal) y no en un incremento del ingreso.
En otras palabras, la política del gobierno se centra en realizar un fuerte ajuste fiscal ¿El objetivo? En primer lugar pagar la deuda externa, en segundo lugar subsidiar a los grandes empresarios, según El Economista3 este gasto equivale al 15% del gasto primario ¡lo mismo que el pago de todos los sueldos! (Ver gráfico).
Para llevar adelante esta política el gobierno utiliza tres mecanismos: 1) pauta en el presupuesto un determinado superávit primario (del orden del 4%), 2) realiza una subejecución del gasto (gasta menos de lo que presupuesta) y 3) subestima la recaudación (en el presupuesto dice que va a recaudar menos de lo que efectivamente ingresa). Gracias a estos dos últimos puntos la CTA4 afirma que en el 2004 obtuvo un excedente de $ 18.086,9 millones en 2004 y va a obtener $ 12.179 millones en 2005.
Por todo esto, y más allá de los discursos, la política de Kirchner sale del arsenal de las recetas neoliberales, por lo que la lucha por un salario de $ 1.800, equivalente a la canasta familiar es imposible sin derrotar esta política.

1 El Cronista Comercial 02/09/2005.
2 Las Cuentas Públicas 1998-2005.
3 02/09/2005.
4 Los Criterios Presupuestarios de la Gestión Kirchner-Lavagna.