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Informaciones Obreras

Subte: Primeras lecciones de un conflicto abierto

10 de diciembre 2004

La lucha por aumento salarial en el Subte no es un capítulo cerrado. Ya desde el inicio, con la realización de los primeros paros, este conflicto mostraba su dureza. La patronal de Metrovías, se mantuvo intransigente negándose a otorgar el 50% de aumento salarial que los trabajadores reclamaban. A su vez, los trabajadores del subte en cada paro demuestran su disposición a la lucha y la unidad, manifestada en la altísima adhesión a la huelga. Los paros realizados el lunes 6 y martes 7 de diciembre y la decisión de los delegados de tirarse a las vías en Constitución donde la empresa intentó mover los trenes, son hechos que reflejan esta fortaleza.

Dada esta situación, el martes a la noche, el Ministerio de Trabajo buscó destrabar el conflicto realizando una propuesta que consiste en otorgar 350$ por única vez, 5$ por cada año de antigüedad, plus por horas nocturnas y 100$ de aumento a partir de enero, no remunerativos y a cuenta de futuros aumentos. El punto 7 del acta dice que este aumento absorberá cualquier otro que otorgue el gobierno.

La propuesta salarial del Ministerio de Trabajo y Metrovías demostró ser un artificio, ya que en menos de 48 horas el gobierno resuelve por decreto un aumento general de salarios de 100$, licuando así el aumento conseguido en la lucha.

Hasta este punto, la oferta es muy similar al acuerdo logrado entre los trabajadores telefónicos y las empresas. En el caso telefónico, FOETRA firmó no discutir salario hasta marzo de 2006, en cambio en subte el mes que viene comienza la discusión de una nueva escala salarial.

La propuesta, como anunciaron los delegados en los medios, debía ser sometida a consideración de la base para ver si esta era aceptada o rechazada. Ya el miércoles 8, algunos delegados y sectores de trabajadores se pronunciaban por rechazarla, otros estaban por aceptarla.

El jueves al enterarse del decreto presidencial, creció la indignación hacia la propuesta por considerarla una burla.

A nuestro parecer, solo la más amplia democracia obrera, en asambleas lo más masivas y reflexivas posibles, garantizará la unidad de los trabajadores del subte que ha sido el factor determinante en la lucha.

Más allá de la resolución que tomen los trabajadores, lo que es evidente es que lo conseguido está muy lejos de lo que se reclamaba y de las expectativas generadas.

Tanto la huelga de los ferroviarios del Sarmiento, como los telefónicos y los trabajadores del subte, nos deja la conclusión que para quebrar la voluntad de las privatizadas y su gobierno hace falta más que las fuerzas de cada sector por separado. Hace falta unir y multiplicar las fuerzas.

El PTS viene proponiendo la necesidad de unir las luchas en curso y coordinarlas tal cual proponen los ceramistas de Zanón, propuesta que reiteraron en el acto de la Federación de Box y en la carpa ceramista. Estas luchas demuestran que la unidad es una necesidad urgente.

Además de tener una política de coordinación en las luchas, era necesario tener una política de exigencia hacia la burocracia sindical. En primer lugar la de la UTA, que mientras era parte de las negociaciones en el Ministerio junto al Cuerpo de Delegados, no hacía nada por el triunfo del conflicto.

Como PTS propusimos que había que exigirle un paro solidario. Después que Moyano, la CGT y la CTA convocaron a una marcha en apoyo a los telefónicos, era la oportunidad para exigirle que hicieran lo mismo. Algunos podrían decirnos que la UTA no lo iba a hacer. Pero aun en ese caso, hubiera sido altamente educativo para los trabajadores que todavía votan a los delegados que responden a la UTA, como también a los miles de colectiveros que sufren a Palacios.

Pero, si esta política se ve como utópica, lo que estaba al alcance de nuestras manos, era poner en marcha un gran movimiento solidario de apoyo efectivo a la lucha, con el centenar de organizaciones que participamos del Movimiento por las 6 horas, como también el Polo Obrero y otras organizaciones que no son parte de aquel movimiento.

Muchas de estas organizaciones participaron apoyando, pero en forma no coordinada y con poca fuerza, cuando hace un mes llenamos la Federación de Box.

El PTS estuvo presente con decenas de compañeros y destacados dirigentes obreros partidarios en todas las cabeceras de las líneas. Junto a los trabajadores realizamos afiches explicando las razones de la huelga y reproducimos el volante de los trabajadores del subte y lo distribuimos por miles a los usuarios, con el objetivo de dialogar con ellos y buscar el apoyo de la población, afectada también por el mal servicio prestado por Metrovías. También sacamos volantes propios donde denunciamos las escandalosas ganancias de esta empresa y planteamos que debe caducar la concesión de Metrovías y que el subte debe ser gestionado enteramente por sus trabajadores.

Al cierre de esta edición el conflicto no está resuelto. En el caso de que los trabajadores decidan rechazar este acuerdo y continuar con las medidas de fuerza, será necesario transformar este conflicto en un conflicto nacional, desarrollando el más amplio apoyo y adhesión. Los trabajadores de subterráneo y su Cuerpo de Delegados tienen la autoridad suficiente como para convocar a un gran frente único conformado por trabajadores ocupados y desocupados, sindicatos, centros estudiantiles, diputados, algunos de los cuales han avalado el proyecto de ley de la reducción nacional de la jornada laboral, organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y políticas. Un frente de miles y activo para impedir que está lucha quede aislada.

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