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Kirchner, Duhalde, Macri, López Murphy, Carrió

Son todos amigos de Bush y el FMI

30 de junio 2005

¿Qué espera conseguir el gobierno en las elecciones?

José Montes: Kirchner, como lo ha señalado, busca que las elecciones legislativas de octubre sean un claro aval a su gestión. Teniendo a su favor prácticamente la totalidad de los medios de comunicación, ya que viene de prorrogarles las licencias por diez años a los grandes monopolios multimedios , tratará de capitalizar el hecho que la economía continúa por ahora en crecimiento y que los dirigentes sindicales burocráticos están haciendo lo imposible para evitar que se desarrolle la lucha salarial. Para lograr su objetivo Kirchner está apoyando a los distintos caciques del PJ de cada provincia. Termine o no finalmente acordando con Duhalde, incluso la lista que presente en provincia de Buenos Aires estará secundada por los intendentes que hasta ayer nomás eran fanáticamente “duhaldistas” y antes de ayer “menemistas”, quienes manejan la provincia a partir del control de distintas redes mafiosas en connivencia con la “bonaerense”. Buscando polarizar la discusión contra la alianza de derecha entre López Murphy y Macri, Kirchner, lejos del discurso de “renovación” con el que lo presentan los “progresistas”, se apoya en quienes son clara expresión de lo peor de la “vieja política”.

Christian Castillo: Es que el gobierno de Kirchner, más allá de su retórica, viene aplicando una política que es continuidad esencial con el neoliberalismo de los ’90. Pago puntual de la deuda externa, subordinación a los dictados de Bush, continuidad de las privatizaciones, salarios por el piso, generalización del trabajo precario, millones de desocupados y pobres... Es, como planteamos en el nuevo número de la revista Lucha de Clases, un “neoliberalismo del 3 a 1”, donde los grandes grupos económicos que controlan la economía nacional, como Repsol, Techint o las empresas exportadoras de la agroindustria, están amasando fortunas sobre el salario de hambre de los trabajadores y el saqueo de los recursos naturales. 

Es simbólico de lo que es este gobierno lo que está pasando en Santa Cruz...

JM: Claro. Esa es la provincia de Kirchner, gobernada por un hombre de su riñón como Acevedo. Es la provincia donde más duramente se persigue y encarcela a quienes luchan por trabajo y salario, como fue con los desocupados de Caleta Olivia o ahora con los trabajadores estatales que vienen dando una gran lucha por aumento de salario, con represiones policiales que son verdaderas cacerías humanas. Una conducta propia de un gobierno al servicio de las grandes empresas petroleras, mineras y pesqueras. Es una provincia que dispone de enormes recursos naturales: es a nivel nacional la segunda en cuanto a producción de de petróleo y la cuarta en producción de gas natural, que viene obteniendo muchísimos recursos en concepto de regalías, con cientos de millones de dólares depositados en el exterior. Y pese a esto, mantiene salarios miserables para los estatales.

CC: Ya que lo menciona José, es una clara muestra del carácter distraccionista de las actuales discusiones electorales que no se debata acerca de un tema nodal como el destino de los recursos petroleros y gasíferos, máxime cuando en el reciente levantamiento popular en Bolivia la nacionalización de los hidrocarburos fue la principal demanda de campesinos y obreros. En nuestro país, no es sólo que Repsol obtuvo una renta extraordinaria de miles de millones de dólares a partir del control de los principales recursos en gas y petróleo con que cuenta el país, sino que al faltar toda inversión en la exploración de nuevos yacimientos son recursos cuyas reservas actuales no van más allá de once y siete años respectivamente, según muestran distintos estudios. Pese a ello, las petroleras tienen libertad para exportar un 50% del total de lo que se produce en el país, logrando negocios millonarios a partir de los altos precios internacionales del petróleo. Si esto no se revierte urgentemente, renacionalizando bajo control de los trabajadores el petróleo y el gas, nuestro país tendrá en pocos años una carga tan pesada como la del pago de la deuda externa en gastos de importación de recursos energéticos. Pero a nadie puede extrañar que Kirchner garantice los negocios de las petroleras: no olvidemos que Oscar Parrilli, actual Secretario General de la Presidencia, fue en la Cámara de Diputados el miembro informante por parte del PJ del proyecto de privatización de YPF en los tiempos de Menem y Cavallo. El mismo Parrilli que ahora impulsó la detención de los delegados de ATE que querían protestar en Casa de Gobierno.

Es obvio que Macri y López Murphy ni van a hablar del tema de la entrega a las petroleras

JM: Ni tampoco Carrió u otros candidatos de la centroizquierda. Es que todos tienen en común sostener el dominio de los grandes monopolios imperialistas sobre la economía nacional. Todos ellos son enemigos de las medidas que nos permitirían superar el atraso y la dependencia, como el no pago de la deuda externa y la renacionalización bajo control de los trabajadores de las empresas de servicios públicos privatizadas y, como decíamos, de las empresas de gas y petróleo. Al contrario, en el colmo del cinismo ya todos sabemos que el gobierno está negociando brutales aumentos de tarifas con las privatizadas para aplicarse después de octubre, en forma tal de no tener que enfrentar un mal humor popular que lo complique electoralmente.

CC: O el servilismo con el gobierno de Bush, con el cual Kirchner y su ministro-candidato Bielsa han cumplido cada uno de sus mandatos, empezando por la vergonzosa participación de tropas argentinas en la ocupación de Haití o la votación de las archirreaccionarias “leyes antiterroristas”. En esta subordinación al poder yanqui también coinciden tanto la derecha, los radicales o Carrió. Y no nos olvidemos que todos se preparan para rendirle pleitesía en noviembre, cuando Bush venga a la Argentina para la “Cumbre de las Améticas”. Desde el PTS estamos participando en la organización de los actos de repudio a esta visita, empezando por la movilización que se realizará en Buenos Aires el próximo 9 de julio.

¿Cómo ha continuado la discusión sobre el frente electoral en la izquierda?

JM: Distintos medios han reflejado en estos días las discusiones que se están dando en la izquierda. Dentro de Izquierda Unida se ha impuesto la política que viene pregonando el Partido Comunista con el Encuentro de Rosario de “ampliarse” hacia figurones de la centroizquierda. Tanto el MST 1 (que edita Alternativa Socialista), como el MST 2 (que edita El Socialista) han avalado esta política de sumar como candidatos a “viudas” de la Alianza, como Alicia Castro, Mario Cafiero o el Partido Socialista. Igualmente, es probable que las candidaturas de este bloque se definan con el cierre de la inscipción de alianzas, a fines de agosto, por las dificultadas en conformar a todos los que aspiran a una banca... Es claramente una política que intenta reeditar en nuestro país el modelo del Frente Amplio uruguayo, que en el poder está haciendo lo mismo que otros gobiernos centroizquierdistas latinoamericanos. En estos días Tabaré Vázquez enfrenta una marcha por la nacionalización del agua, una medida que pese a ser aprobada en un plebiscito que se realizó juntamente con la elección presidencial, el gobierno uruguayo se niega a implementar. Y también vive una rebelión en su propio bloque de diputados por un proyecto de ley de inversiones que da garantías extraordinarias a las empresas multinacionales yanquis, tan entreguista que ni el gobierno de Lula acepta firmar algo parecido. Como vemos, la de Izquierda Unida es una política que va en el sentido contrario a lo que necesitan los trabajadores para avanzar en su independencia política.

CC: Por su parte el Partido Obrero, con quien venimos debatiendo a través de los respectivos periódicos, ha deshechado hasta el momento la propuesta que le hicimos de hacer un acuerdo de los partidos que nos reivindicamos de la izquierda obrera y socialista, es decir, el PO, el PTS y el MAS. En vez de esto, continúa con su línea de cortejar al PC y a Izquierda Unida. Una política meramente electoralista que tiene como contracara el sectarismo y mezquindad con quienes le venimos proponiendo un acuerdo verdaderamente “100% a izquierda” y por el socialismo. Es falso lo que ha vuelto a decir Altamira en Página 12 que nuestro planteo sea hacer un “frente ideológico”. La que venimos haciendo es una propuesta política que permita expresar claramente la lucha por la independencia de clase de los trabajadores. Igualmente, extraña en Altamira, él mismo un intelectual, su desprecio populista por la ideología, que para quienes nos reivindicamos políticos no pragmáticos de la clase obrera, es decir, marxistas, es el fundamento de nuestra práctica política. Según los plazos electorales, en estos días vencen los tiempos de presentación de candidatos a las elecciones internas de cada partido. Por nuestra parte presentaremos listas de candidatos en Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fé, Neuquén, Mendoza y Jujuy, mientras continuaremos explorando hasta el final (los plazos para realizar alianzas vencen en el mes de agosto) la posibilidad de lograr el acuerdo que planteamos con el PO y el MAS. 

En la Capital los medios le están dando espacio nuevamente a Zamora

CC: Zamora viene de soportar la ruptura de casi todos los legisladores y diputados que fueron electos por Autodeterminación y Libertad, con excepción de su esposa, Noemí Oliveto. Su explicación es que esto le pasó por ser muy “laxo” permitiendo que las listas de su partido se llenen de “arribistas”. Pero lo cierto es que lo que le pasa a Zamora es lo común en grupos personalistas sin fuerza militante y sin consistencia programática, fundados meramente en la influencia de algún dirigente mediático, que no tienen ninguna presencia en las luchas obreras y populares y sólo aparecen en tiempos de elecciones. Al revés de lo que dice Zamora, lo que necesita la clase obrera para lograr su emancipación social es poner en pie un gran partido revolucionario que le permita transformar su fuerza social en fuerza política y terminar con el poder capitalista. Como parte de la construcción de esa herramienta revolucionaria, apoyando cada paso adelante que de la clase trabajadora hacia su independiencia política, enfrentando al gobierno de Kirchner, a la derecha y la centroizquierda, es al servicio de lo que estará nuestra intervención electoral.

¿Cómo ven en este marco la situación de las luchas obreras?

JM: La burocracia sindical ha impedido por el momento que la disposición a la lucha mostrada por amplios sectores de la clase trabajadora confluyera en un paro general. Incluso luego de que desde fines del año pasado las huelgas de los trabajadores ocupados vienen ocupando crecientemente el centro de la contestación social, varias patronales se apuraron a negociar aumentos preventivos con los burócratas a fin de evitar la salida a la lucha. Es así que en los últimos meses se firmaron alrededor de 130 convenios, fundamentalmente en la industria, con los que el trípode gobierno-patronal-burocracia busca “descomprimir” el reclamo salarial. Pero es claro que sólo han conseguido su objetivo a medias. En primer lugar, porque hay grandes sectores que no han recibido aumento alguno, empezando por los estatales y quienes están en negro, que sumados son una mayoría de los asalariados ocupados, o los desocupados, que han vuelto a los reclamos por el aumento de los planes sociales, que siguen en la miseria de $150, muy por debajo aún del índice de indigencia. Y entre los “privados” también sigue habiendo luchas, como el paro que acaban de hacer los metalúrgicos de Tierra del Fuego o el de los trabajadores de Intercargo en Ezeiza. Además donde hubo aumentos estos serán comidos en gran parte por el próximo aumento de tarifas, que probablemente también vuelva a repercutir sobre los precios de los productos de la canasta básica. Es difícil entonces que, más allá de los ritmos con que se desarrolle, la demanda salarial pueda ser bloqueda en los próximos meses. 

CC: Hoy son los estatales los que están protagonizando las principales luchas, fundamentalmente en el interior del país, como el caso que mencionábamos de Santa Cruz o en Santa Fe, o las duras luchas del sector salud. Por que los superávit nacionales y provinciales alientan a que los trabajadores salgan a la lucha ya que ven que “plata hay”, y como ocurre entre los trabajadores del “privado” que ven a los capitalistas acumulando enormes ganancias. Sin embargo, por los fondos comprometidos al pago de la deuda y la “ley de responsabilidad fiscal”, es difícl que los gobiernos nacional y provinciales vayan a ceder fácilmente a los reclamos de estatales y docentes. Mirá como será la situación que hasta los dirigentes de ATE que han mostrado todo tipo de complacencia con el gobierno han tenido que llamar a medidas de lucha.

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