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TRIUNFO PARCIAL EN FATE

Sigue la pelea por nuevos delegados mientras la patronal planea represalias

Desde La Verdad Obrera venimos reflejando la importante lucha de los trabajadores de Fate. En la última semana, a pesar de la oposición del activismo, la empresa (el Grupo Madanes), con el aval del SUTNA –que se negó a convocar una nueva asamblea– impusieron un plebiscito dentro de la fábrica para resolver la cuestión salarial.

14 de junio 2007

Desde La Verdad Obrera venimos reflejando la importante lucha de los trabajadores de Fate. En la última semana, a pesar de la oposición del activismo, la empresa (el Grupo Madanes), con el aval del SUTNA –que se negó a convocar una nueva asamblea– impusieron un plebiscito dentro de la fábrica para resolver la cuestión salarial. El resultado fue de 727 votos a favor de la oferta patronal y 201 en contra. Lo más escandaloso de este plebiscito fue que ni siquiera se dejó votar al total de los trabajadores (más de 1.500). El plebiscito se hizo con el objetivo de cerrar de forma antidemocrática el conflicto, que los trabajadores tengan que optar por sí o no al acuerdo sin poder discutir en asamblea, donde se debía tratar también el tema de la elección de nuevos delegados. El acuerdo al que se arribó fue de un aumento salarial del 25% (acumulativo en cuotas hasta junio de 2008), $18.000 en dos veces y la revisión de la categoría más baja. Desde ese punto de vista es un triunfo parcial por la recomposición salarial conquistada en la lucha, que es importante aunque no la que se buscó desde el inicio, pero sobre todo por la organización de nuevos luchadores y la pelea contra la burocracia, que culminó en la salida de los viejos delegados.

Así, se cerró una primera parte de una lucha que comenzó con una oferta salarial miserable del 8% y sólo con medidas de acción directa pudo quitarle a una patronal millonaria y prepotente más de lo que quería dar, aunque no se pudo conseguir un aumento igual a la canasta familiar como exigieron los compañeros desde el principio.
Pero la pelea no terminó. Continúa ahora en otro terreno, aún más difícil, el de la lucha por conquistar delegados que expresen los intereses de los trabajadores y acaten las decisiones de la asamblea. Al mismo tiempo hay otra pelea, la de impedir que los activistas sean atacados. La patronal, que siempre pide firmar “paz social” (que los trabajadores se comprometan a no luchar y la empresa a no despedir durante el acuerdo), esta vez se negó a hacerlo, mostrando que quiere tomar represalias.

Luego de conseguir la renuncia de la Comisión Ejecutiva de la Seccional, una importante delegación de trabajadores fue al sindicato y entregó al secretario general del SUTNA Pedro Wasiejko 600 firmas exigiendo la convocatoria inmediata a elección de delegados en la fábrica. Pero la burocracia no piensa retirarse fácilmente.

Entrevistamos a dos compañeros que nos cuentan su balance y nos plantean su visión sobre la situación actual.

Cuéntennos su impresión sobre el conflicto

A: Esto empezó en marzo cuando el sindicato avaló un día de paro que terminaron siendo cinco; mediante la conciliación obligatoria comenzaron las batucadas en la puerta de fábrica y las movilizaciones, el corte del Acceso Tigre y de la Panamericana. Todo esto mostró algo que yo nunca imaginé, la solidaridad entre compañeros, la organización para llevar adelante el fondo de huelga, el compañerismo y la unidad. También fue muy importante el apoyo que recibimos desde afuera, de las distintas organizaciones.

¿Qué lecciones han sacado los trabajadores de todo esto?

A: En primer lugar nos dimos cuenta que la lucha no era sólo contra una patronal negrera, sino también contra la burocracia sindical que frenaba la lucha. Por eso tuvimos que votar en asamblea comisiones veedoras y de negociación, para evitar que nos engañen de nuevo. Sacamos a los delegados que tenían los mandatos vencidos y la seccional renunció, pero ahora los traidores se quieren quedar… dicen que firmaron “bajo presión”. Los tenemos que echar a todos y votar nuevos delegados, a nuestros compañeros, a los que estuvieron al frente de la lucha.

De eso les queríamos preguntar. El miércoles estuvieron en la sede del SUTNA en Capital. ¿Qué fue lo que pasó?

J: Sí, fuimos cerca de 30 compañeros y le llevamos a Wasiejko 600 firmas de los compañeros pidiendo elecciones de delgados. Pero el tipo no se quiso comprometer. Parece que dijo que va a llamar un plebiscito… ¡otro!, pero para que se vote si se ratifica o no a la directiva de la seccional, a la que para mí la mayoría está por echarla a patadas.

Pero, ¿y qué pasa con las elecciones de delegados?

J: Con eso está difícil, porque el sindicato no quiso poner fecha para las elecciones. Y eso es muy grave, porque saben que estamos sin representación gremial. Peor aún, contaron los compañeros que en esa reunión, Wasiejko tuvo que entregar el Acta Acuerdo con la empresa y saltó la laucha, porque la empresa se negó a aceptar una cláusula de “paz social” y quiere despedir gente, cuando el sindicato había hecho correr que eso se había arreglado.

¿Cómo sigue esto?

A: Nos tenemos que organizar, para no perder la unidad y solidaridad que conseguimos, para que el año que viene no tengamos una pelea tan desigual contra la empresa, como fue ésta. Pero ahora tenemos que construir una alternativa antiburocrática y antipatronal, ya que en las elecciones seguirán estando la Bordó, la Violeta y la Celeste y blanca, que son lo viejo y ya lo conocemos.

J: Ahora la clave es que tenemos que imponerle las elecciones al sindicato cuanto antes. Para eso tenemos que tener el apoyo de compañeros de otros sectores que están luchando. No es fácil sacar a los burócratas y la patronal puede querer cobrársela y echar compañeros. Nos tenemos que coordinar para estar más fuertes, para defendernos unos a otros pero también para hacer medidas conjuntas, como hicimos con Terrabusi o para impulsar el fondo de huelga. Así la tenemos que seguir.

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