29 de mayo
Con despidos y suspensiones las patronales usan a los trabajadores como variable de ajuste ante la caída de las ventas. Las ganancias acumuladas estos años son siderales y permitirían sostener todos los puestos de trabajo. Pero quieren atemorizar para disciplinar a los obreros y sacar una nueva tajada que alimente aún más sus ganancias. Si se produce menos, se deberían repartir las horas de trabajo entre todos los obreros, reduciendo la jornada sin tocar los salarios. Pero las empresas prefieren destruir empleos y lanzar miles de obreros a la calle: en el capitalismo sus intereses son opuestos a los de los trabajadores.