En la década de los 90 el Estado y las patronales hicieron blanco sobre los derechos laborales. La dictadura del capital se hacía así cada vez más cruda y directa ¿Condiciones de seguridad e higiene? ¿Tiempos de descanso? ¿Democracia? ¿Derechos? Nada de nada. Dentro de las fábricas, la dictadura patronal gobierna y en los 90 profundizó sus golpes.
Los obreros de la ex Jabón llevan estampado en su bandera ‘Basta de dictadura patronal’. Es lo mismo que cantan en sus canciones. Dos de ellos nos cuentan qué significa para ellos esta lucha.
Maltratos y recursos humanos. En la ex Jabón Federal esto se hizo sentir fuertemente. El Polaco, uno de los trabajadores despedidos y activista, recuerda: “acá la dictadura viene del viejo Federal donde echaron a muchísima gente: de los 800 quedaron 70 en la nueva planta. Ese Guzzi (Gerente de RR.HH., N. de la R.) no quería que reclamemos nuestros derechos. A eso le llamamos dictadura; marcar a la gente, marcarte los tiempos...”
Para Antonio, otro de los activistas “cuando decimos basta de dictadura patronal decimos basta de persecución de los coordinadores y supervisores, basta de maltrato.”
El despotismo industrial. Pero quizás, el lugar donde más se siente el despotismo es en la producción. “Antes ponían ellos la velocidad de las máquinas, sin importarle nuestros cuerpos. Te arruinaban la cintura, y hay pibes que quedaron con problemas.”
Dice Antonio que “en las máquinas de envasado primero éramos 8 trabajadores y después pasamos a ser 4. Es como poner un burro en una noria dando vueltas todo el día. Por eso nosotros decimos basta de dictadura patronal. Lo mismo los accidentes: a TVB, como a toda patronal, no le importa la vida del trabajador”.
La burocracia entrega todo.Pero la burocracia no sólo entregaba los convenios sino también los derechos sindicales. Las comisiones internas y los cuerpos de delegados desaparecían. Hoy en la Argentina más del 80% de las fábricas no tiene delegados, y TVB era una de ellas.
Obrero memorioso, el Polaco recuerda que un día tras un reclamo a Guzzi por otro termotanque para que los compañeros no se tengan que bañar con agua fría, se encontró con Fortuna, Paz y Acuña de la directiva del Sindicato de Obreros Jaboneros del Oeste (SOJO) que salían con un sobre bajo el brazo. La burocracia sindical fue (y es) el brazo encargado de llevar adelante la política patronal contra los trabajadores. El SOJO se opuso a la elección de los delegados, igual que la empresa.
Las cosas cambian. Pero los resortes de la dictadura patronal impuesta en los ’90, que continúan actualmente bajo el kirchnerismo, se comienzan a topar con un movimiento obrero jóven que se planta y va dispuesto a dar pelea. “Hubo un cambio grande desde que conseguimos la comisión interna –dice el Polaco-. Las apretadas se fueron borrando”.
Los trabajadores, al comenzar a organizarse y conspirar contra la dictadura patronal, empezaron a disputarle a Guzzi y los supervisores el poder en la planta. Dice el Polaco que “muchas cuestiones de la planta las manejábamos nosotros. Los coordinadores prácticamente pasaban desapercibidos; controlábamos los horarios del comedor... Antes te perseguían con un relojito.”
“Antes de la comisión interna -cierra Antonio-, los ritmos de producción eran siempre a full. Después hicimos reuniones y llegamos a un arreglo con la patronal, acordando a qué ritmo iba a andar cada máquina. Eso fue un logro: trabajar al ritmo que lograron los delegados. La máquina de envasado andaba antes a 75 golpes, y hoy en día está a 50 golpes”.
Las cosas están cambiando en TVB, por eso la empresa desató los ataques. Defendamos a esta juventud obrera que es un enorme ejemplo para terminar con la dictadura patronal.