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Se realizó la presentación de la Revista Lucha de Clases N° 5

27 de octubre 2005

Luego de una presentación a cargo de Adriana Collado, del comité editorial de la revista, abrió la charla el compañero Franco de la Comisión Interna de TVB (ex Jabón Federal) que se refirió a la historia de la fábrica, la cual no tenía una comisión interna desde el año 1998 y a los comienzos del proceso de organización que, enfrentando los despidos de la empresa primero y después las maniobras de la burocracia, dio lugar a la nueva Comisión Interna encabezaba por trabajadores jóvenes y combativos. “Lo importante y que tiene que ver con lo que está escrito en la revista es que todo este proceso fue sostenido por un activismo nuevo de trabajadores jóvenes y con el método de la asamblea para la toma de decisiones, enfrentando a la empresa, la burocracia del sindicato y el Ministerio de Trabajo. Estos son elementos nuevos que antes no estaban presentes en el movimiento obrero industrial. Ahora con la nueva comisión interna nos proponemos recuperar las conquistas perdidas y estamos exigiendo que se reabra la negociación del convenio colectivo”.
Nicolás Iñigo Carrera, por su parte, señaló que “hay que rescatar el trabajo del IPS y la revista en la cual hay una construcción de los datos, un análisis a partir de instrumentos teóricos y un trabajo complejo sobre la realidad, lo cual es muy valioso, porque hay gente que cree que unir dos ideas con dos datos es ya producir conocimiento sobre la realidad, cuando no es así. La revista hace un aporte al conocimiento de la realidad de la clase obrera, que pone de relieve la centralidad de la misma en la sociedad argentina y el mundo capitalista”. También abordó la problemática de la centralidad de la clase obrera como sujeto revolucionario “La otra discusión importante, sobre quién es el sujeto, que en los últimos años se ha discutido si era los desocupados o los ocupados... Hay en la revista un gráfico que pega en los ojos, porque muestra el peso de los trabajadores ocupados asalariados y que la mayor parte de la clase obrera se constituye de trabajadores ocupados.
Por otra parte si analizamos las características de los procesos de rebelión entre el ’93 y el 2001, el principal protagonista es el sector ocupado de la clase obrera”.
Christian Castillo, presentó el conjunto de artículos del dossier de la revista empezando por “Situación de la clase trabajadora” de Adriana Collado y Cecilia Feijoo, señalando que “por la precarización, trabajadores tercerizados hacen lo mismo que hacían antes en la industria pero la estadística los cuenta diferente, el artículo explora a partir de la actividad operativa del trabajador y muestra que se mantiene un alto componente de producción de bienes en el sector que la estadística considera de servicios. El otro aporte del artículo para profundizar es la indagación sobre la relación de sobretrabajo y subocupación, donde el subempleo y la desocupación permiten al capital superexplotar a los trabajadores ocupados”.
Planteó que hay un “cambio de tendencia donde los trabajadores industriales empiezan a pelear por recuperar parte de sus conquistas perdidas” y señaló que “estos procesos demuestran que ningún mecanismo de división, entre efectivos y contratados, entre ocupados y desocupados, es imposible de superar. Y en esto juega un papel clave la política que se den las organizaciones obreras para unificar las filas del proletariado”.
Concluyó analizando el artículo de la Encuesta Obrera con los resultados de la misma en el Astillero Río Santiago, tomando las respuestas de dos grupos (por un lado los que se definen como parte de la clase trabajadora y por el otro aquellos que votan a la izquierda) de trabajadores a problemas como la necesidad de un partido propio de la clase obrera, la salida frente a la desocupación, entre otros, señalando que hay “un movimiento de identidades complejo que en momentos de radicalización puede expresarse en que el apoliticismo actual se transforme en mayor receptividad hacia las ideas revolucionarias”. En relación con las que sostenían después del 2001 la centralidad del movimiento de desocupados, sostuvo que “el error consiste en transformar un momento (donde cobró mucho peso el movimiento piquetero) en una tendencia absoluta. Porque mientras sigan vigentes las determinaciones generales del capitalismo, los asalariados pueden perder peso, pero la fuerza social de los desocupados no puede remplazar por sí sola la de los trabajadores ocupados”.
Hugo Calello reivindicó la iniciativa que implica publicar una revista marxista de teoría y política: el título «Lucha de Clases. Revista Marxista de Teoría y Política» es una provocación, porque habla un lenguaje del que muchos han claudicado, por eso la provocación del título es también una provocación respecto al contenido de lo que la teoría marxista tiene que decir y que en muchos casos fue transformado en una etiqueta. Señaló que “en la revista hay un análisis de gran capacidad de síntesis descriptiva, que expresa muy claramente qué ha pasado con la clase obrera contra el pensamiento hegemónico de la desaparición de la clase obrera, dando cuenta de los cambios que ha sufrido pero de su permanencia como clase. La revista cumple analiza por ejemplo el proceso de las fábricas recuperadas desde una vinculación praxística y no meramente académica de la nueva subjetividad, donde los trabajadores se plantean el derecho a trabajar dentro de un trabajo no alienado, estableciendo una relación entre la desalienación del trabajo y el poder político, como en Zanon donde hay un salto hacia lo político en la relación con la comunidad.

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