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Con esta "huelga de candidatos" no alcanza

Se necesita una huelga general

23 de agosto 2002

El tramposo plan electoral de Duhalde está en el aire.

El establishment no tiene candidato a la sucesión presidencial, lo que refleja una crisis de dirección de la clase dominante como nunca antes se vio en el país. Reutemann huyó. De la Sota no reúne ni el 10 % de la intención de voto. La derecha que se agrupa en torno a López Murphy está aún peor. El candidato peronista con más posibilidades es Rodríguez Saá justamente quien se ganó la desconfianza de los representantes del FMI después de hacer demagogia declarando y haciendo aplaudir el default argentino en momentos que el FMI exige, como en Brasil, fidelidad a todos los candidatos. Aún así, las encuestas no le dan más de un 15%. ¡Y estamos hablando del candidato con más ascendente popular que postula el “partido histórico de la clase obrera”!
Por lo pronto los padres naturales del Pacto de Olivos, menemistas y radicales, quieren voltear los decretos del llamado a elecciones, en especial en lo que concierne a las internas abiertas. La UCR porque prefiere cualquier cosa antes de constatar su desaparición que se hará patente en las urnas. Menem porque teme perder la interna del PJ y que, una vez fuera del juego electoral, termine su carrera política como Salinas de Gortari o Fujimori ya que el amo del norte le bajo el pulgar.
Pero la contradicción está en que si fracasa este plan electoral, es el gobierno mismo el que quedaría en el aire, y nadie del viejo régimen quiere que caiga Duhalde. Por todo esto no es descabellado que se termine en un pacto entre Duhalde y Menem que directamente elimine la interna del PJ, como impulsa el gobernador Romero de Salta. Como es imposible “cuadrar el círculo” de la interna peronista, este propone que ninguno de los candidatos postulados sea reconocido oficialmente por el PJ y que todas sus alas se comprometan a apoyar en una segunda vuelta al más votado de ellos en las presidenciales de marzo.
Señalar todas estas contradicciones de los de arriba es importante en función de ver que el plan de las tramposas elecciones y el gobierno que lo impulsa puede ser derrotado y con ello el intento de desviar el proceso que se inició con las jornadas revolucionarias del 19 y 20 de diciembre.
¿Hacía falta otra prueba? El nuevo frente de Elisa Carrió y Luis Zamora con De Gennaro y la CCC para reclamar la “renovación de todos los mandatos” es otra gran demostración que el plan electoral de Duhalde hace agua por todos lados. Si así no fuera, ¿quién podría imaginar que Carrió iba a “suspender” su postulación a presidente? Pero es tanta la burla que se pretende hacer al pueblo con estas elecciones y es tanto el descreimiento popular que, junto a Zamora, se ha visto obligada a ir a la “huelga de candidatos”.

¿”Que se vayan todos”... y que se quede Duhalde?

El “Espacio ciudadano” de Carrió-Zamora-De Gennaro, se postula como dirección del “que se vayan todos”. Como ya hemos señalado desde estas páginas, esto es promovido como una simple renovación del personal político de la democracia para ricos: lo contrario del reclamo de diciembre que puso en jaque al viejo régimen. Pero aún así, se ciudan de señalar “que se vaya” el principal de “todos”: el presidente ilegítimo, hambreador y represor Duhalde. A su vez el frente Carrió-Zamora-De Gennaro juega, confusamente, con la idea de una constituyente libre y soberana. Esta política es apoyada por la CCC que, a diferencia de lo que postulaba ante De la Rúa, ya no llama a luchar por derrotar al gobierno sino sólo a su “trampa electoral”. ¿Es posible una cosa sin la otra?
Una de dos: o pretenden que Duhalde y este Congreso llamen a la constituyente, o la “suspensión” de las candidaturas será levantada más temprano que tarde y terminarán presentándose en “la trampa electoral” aceptando las reglas del juego del presidente.
Lo primero es una utopía reaccionaria, dado que se pretende una constituyente negociada con los personeros del viejo régimen repudiado por millones y bajo los dictados del FMI. Es altamente improbable tal constituyente y de haberla no será ni libre ni soberana para que el pueblo pueda tomar decisiones sobre los problemas de fondo que afectan la vida de millones sumergidos en el hambre, la desocupación y la pobreza.
La segunda variante es directamente una estafa. En su reciente gira por Mendoza, Carrió volvió a prometer una constituyente para la renovación de todos los cargos recién para después de un eventual triunfo suyo en las presidenciales: “les juro que si gano, voy a luchar porque se vayan todos”.
Es decir que se prepara para aceptar las reglas de juego de estas elecciones amañadas. Su actual posición es una nueva fase de su campaña electoral. Una vez fracasados los anteriores intentos de promover la “caducidad de todos los mandatos”, primero con el derechista “honesto” Reutemann y después con los centroizquierdistas Ibarra y Kirchner, ahora Carrió busca el auxilio de una pata izquierda con Zamora, De Gennaro y los dirigentes piqueteros de la CCC.

Un test para “el diablo y su abuela”

Podría aducirse que políticamente es indispensable hacer unidad en la acción “hasta con el diablo y su abuela” por objetivos precisos, en este caso para derrotar la trampa electoral. Esto es cierto en general, pero siempre y cuando la política no la imponga “el diablo y su abuela”. Zamora ha destacado que “la actitud de Carrió (de suspender su candidatura) es un hecho notable”. (Página/12, 22-8). Pero es la centroizquierda de Carrió la que atrajo a Zamora y pretende atraer a miles de luchadores a su política de promover una autorreforma del régimen, y no al revés.
Hagamos un test: si verdaderamente Carrió quisiera quebrar esta trampa de las elecciones duhaldistas sería de gran ayuda que renunciara definitivamente a presentarse en ellas (una “huelga de candidatos” en serio), con lo que quedarían ya completamente deslegitimadas. Pero no lo hará.
Así los actuales llamados a la movilización intentarán ser utilizados por el ARI sólo como un rodeo para entrar nuevamente de lleno en la farsesca campaña electoral habiéndose prestigiado previamente con la pose de luchar contra ella.
Por todo esto es certera la desconfianza que se expresa desde las asambleas barriales, los piqueteros y los trabajadores combativos hacia esta maniobra. Entre ellos el diputado Luis Zamora ha ganado gran prestigio machacando con la “horizontalidad como práctica política”, que supuestamente se contraponía con “los aparatos partidarios, las estructuras jerárquicas o verticales”. Pero esta “horizontalidad” le permitió (sin tener que rendirle cuentas a nadie) cerrar este acuerdo con una de las redactoras de la Constitución del Pacto de Olivos y aportante de no pocos votos a De la Rúa. Luis Zamora en pos de su acuerdo de cúpulas borró de un plumazo sus llamados a la “autodeterminación”: “el pueblo decidiendo todo y no dirigentes o instituciones decidiendo por nosotros”.
Desde las asambleas barriales, desde los sindicatos docentes y estatales de la CTA, desde los movimientos de desocupados de la CCC, hay que exigir que Zamora, De Gennaro y la dirección de la CCC rompan con la política maniobrera de Carrió y llamen a luchar verdaderamente para derrotar a Duhalde y su trampa electoral.

Huelga general y Constituyente revolucionaria

El 30 de agosto el “Espacio ciudadano” llama a una jornada de movilización, e incluso la CTA-CCC han hablado de convocar a un paro y cortes de ruta para ese mismo día. Los convocantes llaman a participar sólo con banderas argentinas y “aconsejan” y no llevar distinciones “partidarias”, aún Zamora que aclara que “no podemos prohibir nada a nadie”. No se trata de no prohibir: la única posibilidad de participar en esa marcha y la jornada del 30 es no mezclando “las banderas” con la política maniobrera de Carrió.
Este gobierno y su trampa electoral no caerá solamente por el propio peso de las contradicciones de los de arriba si no se ponen en movimiento grandes fuerzas sociales.
La política de mera reforma del viejo régimen no puede despertar el entusiasmo en las grandes masas que podrían dar un vuelco a la situación: los millones que padecen hambre, desocupación, inundaciones, el robo al salario, el aumento de tarifas, los trabajadores concentrados en las empresas y el transporte. Se necesita un objetivo grande, generoso, es decir revolucionario o, de lo contrario, una franja cada vez mayor de la clase obrera y los sectores más pobres quedarán presos de la demagogia de Rodríguez Saá y su populismo de manos vacías, ayudado por el apoyo de la burocracia de los sindicatos de Moyano.
Una Constituyente verdaderamente democrática sólo podrá ser impuesta echándolo a Duhalde y barriendo con el conjunto del régimen del Pacto de Olivos y la Constitución del 94, su Congreso, su Justicia, declarando nulas todas las leyes y decretos que impusieron contra el pueblo, rompiendo todo pacto con los imperialistas. Esa, y sólo esa, podrá ser la base para que el pueblo movilizado pueda discutir y resolver sin ningún tipo de ataduras sus penurias: pan y trabajo para todos; servicios públicos reestatizados bajo el control de los trabajadores y usuarios, disolución de la policía y todas las fuerzas represivas. Claro está que esta gran empresa no podrá imponerse solamente con una marcha, por más masiva que sea. Hay que pegar con lo que más les duele: preparar una huelga general activa, con piquetes y cortes de ruta en todo el país y comités de autodefensa para enfrentar la represión.
La Segunda Interbarrial nacional ha resuelto luchar por una Asamblea Constituyente libre y soberana. El Plenario de la Coordinadora del Alto Valle, que llama a impulsar coordinadoras a todas las regiones del país como forma de unir a ocupados y desocupados en nuevos organismos democráticos de frente único para la lucha de masas, ha llamado a una reunión de la Interbarrial y las asambleas, los piqueteros de la CTD Aníbal Verón y del Bloque Piquetero, las fábricas ocupadas y los sindicatos combativos en la perspectiva de una nueva Asamblea Nacional y de luchar por una huelga general hasta derrotar a Duhalde y que se vayan todos. El PTS, así como también el PO, que luchamos por una Constituyente impuesta sobre la base de echar a Duhalde y terminar con este régimen mediante una nueva rebelión popular que continúe la tarea iniciada en diciembre, debemos promover un bloque común de todas estas organizaciones para unificar fuerzas por esta política.

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