Kirchner viajó a España para afinar los negocios de los monopolios españoles que manejan un 35% de los grandes servicios privatizados en el país. El aumento de tarifas es uno de los reclamos por parte de los empresarios y el gobierno de Zapatero. El gobierno K anuncia cambios en Aerolíneas Argentinas. Esta idea se desarrolló tras el contundente paro de pilotos y técnicos de meses atrás, ya que además del aumento conseguido se había puesto en discusión el destino de la línea de bandera vaciada por el grupo Marsans. 
El plan consiste en que el Estado argentino se quede con una pequeñísima porción del paquete accionario, un 5%, lo cual está incluso por detrás de la ya desgastada fórmula de “empresas mixtas” de los nacionalistas del siglo XXI. A cambio, un par de funcionarios entrarían al directorio de la empresa con poder de veto. Esto último puede despertar cierta expectativa en un sector de trabajadores e incluso de la población que pueden ver en esta medida un límite a la negrera patronal. Pero el primer anuncio del nuevo directorio sería ni más ni menos que ¡un aumento tarifario del 20%! Un ataque directo al bolsillo de los usuarios que se encuentran cautivos de esta empresa que tiene el monopolio del cabotaje. En el caso de no aplicarse este aumento, el Estado argentino le daría más obsequios a la patronal subvencionando parte del combustible en las rutas menos rentables y otorgando exenciones impositivas en varios insumos. Para coronar semejante atropello a las aspiraciones de trabajadores y usuarios tenemos que decir que la aceptación de los funcionarios K por parte de la patronal española es a cambio de una “contraprestación” llamativa por cierto: condonaciones de deudas con el fisco y como perlita la aprobación de los balances de la empresa (para que la misma pueda jugar y cotizar en la bolsa). Balances que no habían cerrado hasta el momento por las burdas irregularidades de números que muestran a las claras el vaciamiento operado por la patronal. Estamos entonces ante una escandalosa maniobra que nada tiene que envidiarle a la trapisondas menemistas que son justamente las que hundieron Aerolíneas Argentinas. 
Otro curro es que el Estado pasó a tener un 40% del paquete accionario en Aeropuertos Argentina 2000. En este caso la fórmula mixta sería compartida con el empresario y confeso menemista Eurnekian, nefasto personaje (destacándose entre otras la quiebra fraudulenta de Lapa). Eurnekian le debe al Estado en concepto de cánones e inversiones no realizadas 700 millones, ahora el Estado le hace un salvataje récord por ese monto. Nótese que a diferencia del salvataje (encubierto con discursos de tibio tinte nacional) en el caso de Aguas Argentinas y el Correo Argentino, aquí el ladrón seguiría siendo parte del negocio e inclusive con mayoría accionaria. De los trabajadores tercerizados en los aeropuertos cuya flexibilización linda con la esclavitud, nada dijeron los anuncios. 
Es por esto que los aeronáuticos del PTS no tenemos ninguna confianza en la entrada de los funcionarios K a los directorios de las principales empresas aeronáuticas. Por el contrario todo apunta a un favorecimiento y salvataje a patronales salvajes, incluyendo a las que compiten en el mercado como Lan Argentina. 
 
Por una salida de fondo
La verdadera salida de fondo es la reestatización sin pago de Aerolíneas Argentinas conformando una verdadera y poderosa Línea Nacional Unica de Bandera, que esté controlada por los trabajadores y usuarios populares. Y no como la vieja Aerolíneas Argentinas manejada por funcionarios corruptos que finalmente la llevaron a remate con la privatización. De esta manera, se podrá poner el servicio aéreo en beneficio de la mayoría del pueblo trabajador rompiendo el acceso elitizado que en Argentina llega tan sólo al 2% de la población. Generando un proyecto que rompa los criterios de rentabilidad turística y genere rutas de fomento y una todos los rincones del país. Esta es la única manera que los trabajadores y el pueblo pobre recupere lo que le han robado y que la política aerocomercial no esté sólo destinada a la “gente bien y perfumada” y que el acceso a los cielos argentinos sean un derecho de todos los habitantes. 
Tanto para lograr estos objetivos de fondo como para lograr mejoras en las condiciones laborales los aeronáuticos no debemos bajar la guardia. Debemos reclamar a las direcciones de APTA (técnicos) y APLA (pilotos) que salieron a la lucha salarial un plan de acción común. Rompiendo los límites corporativos es necesario que el planteo de lucha llegue a los demás gremios de APA y AAA encabezados por Llano y Fresia respectivamente que han mostrado un grado de traición inusitada, al carnerear la exitosa huelga de pilotos y técnicos o negándose a la convocatoria a elecciones donde la oposición es fuerte como es el caso de Lan y que amedrentan (persecución judicial inclusive) a las oposiciones combativas que se vienen fogueando en contraposición a su política propatronal tanto en AA, Austral y Lan. Debemos superar las divisiones dentro de nuestras propias filas. En nuestra actividad no sólo estamos divididos por empresas, sino que existen 8 (¡ocho!) gremios. La lucha unitaria de técnicos y pilotos dio una pequeña muestra del poder de los aeronáuticos cuando luchamos en común. Profundizar ese camino es clave. Una asamblea general de TODOS los trabajadores aeronáuticos es el primer paso que hay que dar para conseguir los reclamos salariales postergados y la salida de fondo que necesitamos los trabajadores.