Hace unos días en Terrabusi el odio hacia los dirigentes del sindicato de la alimentación salió a la superficie. A las 16 hs. entraron en el comedor dos dirigentes del sindicato acompañados de unos 10 congresales. Con megáfono en mano le dijeron a los 120 trabajadores que estaban comiendo muertos de calor lo siguiente: ¡compañeros, el sindicato desmiente que estemos negociando el turno americano y la tercerización de los trabajadores de depósito, como viene diciendo la comisión interna (que es opositora a la conducción del gremio). ¡Nosotros estamos negociando cosas buenas para todos ustedes! El delegado de la CI estaba presente e intervino: ¡Ahora que aparecen queremos que nos digan qué están negociando, porque nadie sabe nada! Queremos salario al nivel de la canasta familiar, efectivización de los tercerizados, contratados y de agencia, mejores condiciones de trabajo, que nos devuelvan los tickets, que nos devuelvan el 2% que nos están robando todos los meses, que venga Daer acá a hacer asamblea para que hagamos los reclamos! Los aplausos fueron muy fuertes. El burócrata intentó una respuesta pero enseguida empezaron los insultos y abucheos: ¡Traidores, nos están robando y ahora nos van a cagar, como siempre! ¡Andate de acá hijo de puta, ustedes ya metieron el turno americano en Stani y Pepsico! Los que hablaban eran los compañeros de más antigüedad, oficiales y maquinistas, acompañados por aplausos de todo el comedor (notable en los tercerizados que eran los primeros en aplaudir e insultar). Según contaron a las 17 hs. fueron de vuelta y se repitieron los insultos y abucheos, sobre todo de las mujeres, ya que a esta hora van a comer la mayoría de las efectivas. Se comentó en todos lados.
A la noche volvieron y el delegado les planteó que ya estaban negociando a espaldas de los trabajadores y les exigió asambleas para elegir delegados paritarios que respondan a las necesidades de los trabajadores para impedir que Daer siga entregando conquistas como ha venido haciendo. Otra vez muy aplaudido, y los Secretarios muy abucheados. Más tarde muchos trabajadores intervinieron reclamando categorías, efectivización, salarios, el descuento compulsivo, etc. Y en los baños se siguió la discusión. Muchos compañeros decían que hay que juntarse afuera para hacer asambleas masivas y tomar resoluciones y luego sacar petitorios para laburar en los tres turnos. Hubo muchas propuestas de qué hacer, como hace mucho tiempo no se escuchaban, ante la traición segura que se viene de la conducción del gremio. Y esto es importante en esta fábrica de 2500 obreros que es una fábrica clave de la alimentación.
El hartazgo a las agachadas de la burocracia venció el temor a hablar en el comedor ante los oídos de buchones y jefes. Esta vez las voces se oyeron claras y fuertes. Quizás haya sido la forma de despertar de este importante sector de la clase obrera industrial.