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Inflación

¿Quién puede controlar los precios?

9 de diciembre 2005

Los empresarios, decididos a no perder las altas tasas de ganancias obtenidas en los ’90, incrementadas por la devaluación, trasladan los aumentos de salarios y de cualquier otro costo (como la energía) a los precios. Por su parte, el sector exportador, ve que los valores internacionales de sus productos suben e intenta trasladar este incremento a los valores internos, como es el caso de la carne. Otro elemento que contribuye a la escalada del costo de vida es un mercado protegido, ya que con un dólar a $ 3, los bienes importados no pueden competir y los productores nacionales tienen mayor margen para la suba. Además, las fabulosas ganancias obtenidas por los capitalistas en estos años, no se invirtieron en nuevas fábricas ni en nueva tecnología para incrementar la oferta de productos1, lo que le permite al puñado de compañías productoras, cárteles como afirma el gobierno, manipular la oferta y subir los precios.

Las medidas del gobierno

Kirchner combina declaraciones de fuerte contenido crítico2, con una política de acuerdo de precios. En esta tónica se inscribe el acuerdo con el cártel de supermercados para bajar un 15% el precio de algunos productos. Además otorga a la burguesía una oferta de créditos por U$S 1.500 millones a tasas inferiores de las del mercado, un viejo reclamo de los empresarios, que no obstante se quejan porque dicen que igual los intereses son altos.
De esta forma, el gobierno busca dar “señales” al mercado pero sin afectar las extraordinarias ganancias de los capitalistas. Esto se desprende de la escasa cantidad de productos que bajarían el 15%. Como afirmó la directora del Centro de Educación al Consumidor, Susana Andrada, “No son 228 productos, sino 125, porque muchos se repiten”, y además que “hay productos con mucha diferencia de precio entre un supermercado y otro”3. Esto demuestra que esta medida es insuficiente para frenar la inflación.
Por otra parte, como los empresarios de la carne no acordaron, les aumentan las retenciones, lo que no impide que éstos aumenten los precios para equipararlos a los del mercado mundial. Estas medidas ya han sido aplicadas durante el año y fracasaron para controlar la inflación.
Con todo, dicho acuerdo es para el corto plazo, 60 días, y lleva como condición que no aumente ninguno de los costos, entre ellos los salarios.
Además, Kirchner combina estas medidas con otras tomadas de las políticas liberales, como el control del gasto público4 y la acumulación de reservas. La derecha aplaude estas medidas mientras critican los acuerdos de precios, su “receta”: subir la tasa de interés y frenar el crecimiento de la economía.

Sólo los trabajadores pueden controlar los precios

Toda esta situación se da en un país productor y exportador de alimentos y con una economía en crecimiento. La causa de la inflación es la sed de ganancias de la burguesía y no los magros aumentos salariales conseguidos con duras luchas de los trabajadores. Por este motivo debemos seguir luchando por un salario inicial de $ 1.800, indexado según la inflación.
A su vez, los mismos trabajadores son quienes pueden evitar que aumenten los precios ya que son los verdaderos productores y distribuidores de las mercancías, y junto a las asociaciones de consumidores controlar el precio de los productos en las góndolas.


1 Esto demuestra que cuando hablan de aumento de salarios por productividad, hablan de un mayor esfuerzo físico de los trabajadores.
2 Como fue ante el coloquio de IDEA donde denunció a los supermercadistas.
3 Declaraciones a Radio Mitre el 8/12/05.
4 Salarios estatales congelados.


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