Este viernes 17 de mayo se conmemora el Día Internacional de Lucha contra la Homolesbotransfobia, fecha que coincide con el momento en que la Organización Mundial de la Salud (OMS), retiró a la homosexualidad de la listas de enfermedades mentales, en 1990. Sin embargo, la transexualidad aún es parte de los manuales de psiquiatría de dicha organización, en donde se define como "trastorno de la identidad sexual". Además alrededor de 80 países en el mundo criminalizan la homosexualidad y condenan los actos sexuales entre personas del mismo sexo con penas que van desde prisión hasta la pena de muerte. La discriminación basada en la orientación sexual y en la identidad de género no está oficialmente reconocida por las Naciones Unidas.

En la argentina K mientras se amplían algunos derechos civiles como el matrimonio igualitario, o la ley de identidad de género, las personas trans y travestis siguen muriendo asesinadxs en las calles, obligadxs a ejercer la prostitución o por enfermedades, porque la igualdad ante la ley no es necesariamente la igualdad ante la vida. Como es el caso reciente de Laura Aixa Xuxu Aguilar Millacahuin, la primera trans de Tierra del Fuego en tener un DNI con el nombre que coincide con su identidad de género, y sin embargo fue asesinada a puñaladas por su ex pareja.

Además, la gran mayoría siguen siendo discriminadxs en el trabajo, sin poder acceder a salud, a vivienda. Siguen siendo reprimidxs por la policía, discriminadxs y atacadxs por sectores reaccionarios hoy envalentonados por la designación de Bergoglio como Papa. Mientras tanto, el gobierno, como parche, crea una bolsa de trabajo para un ínfimo sector de la población trans para ocultar la situación de la gran mayoría.

Por otro lado la oposición patronal no ha demostrado ser muy distinta al gobierno. Junto a los K ha salido a celebrar la asunción del Papa Francisco, quien fue servil a la dictadura, encubre bajo su manto de poder a los curas pedófilos, se e opone al aborto, y nos acusó de provocar una "guerra Santa contra Dios" cuando solo buscábamos un derecho democrático elemental como el matrimonio igualitario.
Esto nos demuestra que, al final, tanto el oficialismo como la oposición no son tan diferentes como dicen ser. Debemos saber que ni el cristinismo, ni Binner, ni Macri ni ningún otro de la oposición patronal va a querer terminar con este sistema machista y patriarcal que no nos permite elegir libremente sobre nuestros cuerpos, pero sí nos ven como mercancía canjeable para los negociados de la clase a la que defienden: los patrones.

Por eso creemos que debemos levantar un movimiento LGTBI
independiente del gobierno y cualquier oposición patronal, un movimiento LGTBI que salga a las calles junto a la clase trabajadora y el resto de los oprimidos por este sistema. Estamos convencidos de que la única manera de poder alcanzar la libertad plena para decidir sobre nuestros cuerpos es destruyendo este sistema de explotación y opresión. Por eso exigimos:

¡PLENO DERECHO A DECIDIR SOBRE NUESTROS CUERPOS!
¡BASTA DE HOMOLESBOTRANSFOBIA!
¡NO A LA PATOLOGIZACIÓN!
¡BASTA DE CÓDIGOS CONTRAVENCIONALES!
¡BASTA DE CRÍMENES POR ODIO!
¡SEPARACIÓN DE LA IGLESIA DEL ESTADO!
¡ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO!