La acción de los trabajadores vuelve a estar nuevamente presente, aunque los medios oficiales lo oculten. En Salta, en Neuquén y en Santa Cruz, las tres provincias petroleras, las maestras y maestros hacen huelgas y masivas marchas por reclamos salariales. En la provincia del presidente se unen con los estatales en la movilización multitudinaria del miércoles 21, en el marco de un paro activo de la administración pública provincial. En Jujuy los municipales y desocupados protagonizaron una marcha de 10 mil compañeros. En provincia de Buenos Aires, después del levantamiento burocrático del paro docente, marchamos en La Plata los obreros del Astillero Río Santiago junto a los trabajadores de los hospitales, lo que forzó a Solá a empezar la discusión de paritarias y abrió el camino al paro de 72 horas de los estatales bonaerenses. Los docentes universitarios anuncian un paro nacional para el 27 y 28, ante la falta de respuesta salarial del gobierno.
Mientras, en las ramas de la industria, donde sigue creciendo la producción, y en los gremios de servicio, las direcciones burocráticas de los sindicatos de la CGT mantienen el reclamo salarial en negociaciones por arriba con las patronales; entre los estatales hay una fuerte presión desde abajo que empuja a la lucha, son la actual avanzada de la pelea por la real "redistribución del ingreso" tan prometida por el gobierno y cacareada por la dirección de la CTA. Si no fuera por las direcciones de CTERA y ATE, docentes y estatales podríamos estar golpeando juntos en todo el país, con un paro unificado contra nuestra "patronal", el Estado que tiene un superávit récord de 35.000 millones, contrata en negro, paga bajos salarios y cobra impuestos regresivos, donde más pagan los que menos tienen.
Los docentes santacruceños, además, están actuando como voceros de una gran denuncia política. Están diciendo a todo el país el trato que tienen los "pingüinos" del presidente Kirchner con los trabajadores. En una provincia donde Repsol, Pan American Energy y Vintage Oil obtienen ganancias netas que en el norte de Santa Cruz rondan los $4.390 por minuto, y el Estado provincial obtiene cerca de $740 por minuto en regalías petroleras, el básico de los docentes es de 161 pesos porque el Estado paga el 60% del salario en negro. Un auto de Adosac, el gremio docente, fue incendiado en la puerta de una asamblea que decidía las medidas de lucha y grupos de gendarmes están por todo Río Gallegos, a la orden del gobernador Sancho, el que los Kirchner pusieron tras la caída de Acevedo quien encarceló y reprimió a los petroleros en Las Heras. Aparecen otra vez en la provincia de Kirchner, como siempre que los trabajadores luchan, los métodos patoteriles y la presencia amenazante de la Gendarmería que ya está en la provincia desde hace un año a pedido de las petroleras.
Un ejemplo más de lo que es, en verdad, el "modelo argentino" del que habla Kirchner: un Estado garante de los negocios del capital extranjero, a costa de los bajos salarios y el empleo en negro, y que mantiene a una casta de políticos parásitos que se pelean por "la caja" como en La Rioja.

Por el reagrupamiento de los sectores combativos y antiburocráticos
Una vez más surge la necesidad de agrupar y coordinar a todas las organizaciones combativas y antiburocráticas de los trabajadores. Mientras la dirección de la CTA impide una lucha centralizada de los estatales, la CGT mantiene encorsetado el reclamo salarial, porcentaje más o menos, en los topes impuestos por las patronales y el gobierno entre un 10 y un 20%.Direcciones de ambas centrales sindicales impiden al movimiento obrero golpear unificadamente. Debemos coordinar ya una campaña común en apoyo a las luchas en curso desde todas las expresiones independientes de la burocracia sindical, empezando por la unidad de acción de las listas de oposición en ATE, como la Roja Marrón que encabezamos con el compañero Lerer del Garrahan y la Multicolor presidida por la CCC y el MIC; así como los docentes de AMSAFE Rosario, del SUTEBA Bahía Blanca y las distintas seccionales opositoras como La Plata, los docentes universitarios de la AGD de la UBA, los Cuerpos de Delegados como el de Astillero, de los ferroviarios, del Subte que vuelve con sus reclamos, de los ceramistas de Zanon y el SOECN que marchan junto a los docentes en Neuquén. La mayoría de estas organizaciones, que seremos parte del polo que participará en la marcha del 24 de marzo con independencia del gobierno, debemos y podemos dar ya una respuesta unificada en la lucha cotidiana de los trabajadores.

La clase trabajadora necesita su propio partido

Es notable la disociación entre los problemas que son vitales para millones y la política dominada por la discusión entre candidaturas de los partidos patronales. Un gran partido de la clase trabajadora pondría estas luchas en el primer punto de la agenda nacional, mediante una campaña de agitación y organización para que ningún trabajador gane menos que la canasta familiar, que empieza a ser un reclamo cada vez más extendido, y que la burocracia boicotea sindical bloquea. Pero la falta de una fuerza política propia de los trabajadores diluye la fuerza social de sus luchas. En las recientes elecciones de Entre Ríos, la lucha contra las papeleras de los asambleístas de Gualeguaychú se licuó en partidos apoyados por las familias de la oligarquía ganadera y agraria de la provincia, representadas en las distintas variantes del oficialismo. El PJ, el partido histórico en el que los trabajadores depositaron su confianza, es en resumen un aparato de comisionistas de los empresarios y clientelismo electoral. A pesar del discurso oficial sobre la "nueva política", el gobierno de Kirchner muestra una asombrosa continuidad con el viejo régimen de partidos en crisis: el propio Kirchner, como gobernador de Santa Cruz, participó en las privatizaciones menemistas que hoy administra. No por casualidad, el presidente acaba de ordenar colocar tres nuevos bustos en el Salón de La Rosada, el de Isabel Perón, justo cuando se discute a 31 años del golpe su rol en la creación de la Triple A, el de Luder y el de Alfonsín. Verdaderos próceres de la vieja política de la entrega nacional, la represión y la impunidad.
Los que hablan como opositores sean Lavagna o Macri, están a la derecha del gobierno. Incluso Elisa Carrió que acaba de decir en Expoagro, la feria de los empresarios del campo, "no conozco ninguna oligarquía", cuando entre sólo cuatro propietarios de tierra, Amalita Fortabat, Cresud, Bunge y Beneton, suman más de dos millones de hectáreas.
Por el contrario, un gran partido de la clase trabajadora plantearía poner los principales recursos nacionales en manos de los trabajadores y el pueblo. La renacionalización sin pago del petróleo y el gas, junto a todas las empresas privatizadas, y la expropiación de los terratenientes, permitiría destinar todo lo necesario para cubrir las necesidades básicas y vitales de la mayoría nacional. Se podía establecer, así, la escala móvil de salarios para que, partiendo de la canasta familiar, se aumenten automáticamente acorde a los aumentos de los precios de los bienes de consumo; y la escala móvil de las horas de trabajo para terminar con la desocupación repartiendo todas las horas de trabajo.
El llamado que desde el PTS hacemos al PO y otras corrientes para poner en pie, en la lucha y las elecciones, un frente político de la izquierda clasista y socialista, parte la necesidad de unir a todas las fuerzas posibles en la tarea de impulsar la formación de ese gran partido de la clase trabajadora con un programa que señale el camino de transición hacia el poder obrero.