Charly Platkowski: En el documento de convocatoria analizamos cada sector de los sindicatos y de la burocracia sindical. En la Conferencia discutimos cómo la burocracia, que es una casta agente del régimen burgués en las filas de la clase obrera, para cumplir su rol, se reubica y hace maniobras en esta nueva situación, que antes en los ’90 hacía muy poco. No nos referimos a las negociaciones y alineamientos por arriba, que siempre existieron, sino a maniobras en los lugares de trabajo para intentar recomponer su prestigio en la base, donde bochornos como el de San Vicente no hicieron más que confirmar lo que la mayoría de los trabajadores cree: que son una mafia. Los burócratas saben que si no hacen esto, le están regalando terreno a corrientes combativas. En nuestro gremio, por ejemplo, tuvieron que aceptar que parte de los paritarios se vote en asamblea, cuando hasta ahora ni pisaban el Aeroparque. Frente a esto, la definición que hicimos es que ser antiburocráticos no significa que nuestra política no combine la indispensable denuncia a la burocracia, con la exigencia a las direcciones de los sindicatos de impulsar la lucha por las demandas justas, y estar dispuestos a “golpear juntos y marchar separados”, como decía Lenin, que era un gran político realista, y así ayudar a la experiencia de los trabajadores con sus actuales direcciones.

Carlos Artacho: En cómo ubicarnos frente a la burocracia sindical tenemos una diferencia importante con otros sectores de la izquierda, como el MIC. En el periódico del MST donde informa el último plenario del MIC, dicen: “Algunos compañeros extrapolan la situación particular de su gremio o lugar de trabajo a todo el movimiento obrero o, con una visión muy defensiva de la etapa, opinan que la táctica privilegiada debe ser la de integrar conducciones hegemonizadas por la burocracia hasta que se produzca un cambio. Este fue un punto importante de debate, donde una ostensible mayoría se pronunció por la unidad de los sectores combativos para enfrentar a la burocracia. Con la mayor flexibilidad táctica y sin criterios sectarios para empalmar con rupturas en el camino de disputar conducciones y de desarrollar las luchas”.
Como se ve, esto no tiene nada que ver con hacer exigencias a la burocracia alrededor de luchas concretas, o acuerdos concretos para impulsar la organización democrática. La discusión en el MIC que informa el MST, bien leída, quiere decir que todos están de acuerdo en “integrar conducciones hegemonizadas por la burocracia”, lo que en criollo quiere decir ser parte de listas sindicales encabezadas por burócratas sindicales, pero algunos opinan que es “la táctica privilegiada” y otros que debe ser sólo excepcional. Los que dicen la verdad son los que sostienen la primera posición, que es la que se lleva adelante en los sectores más importantes del MIC, como Claudio Marín en la dirección de FOETRA encabezada por el moyanismo y en la dirección de la CTA con Yasky a la cabeza.

Raúl Godoy: En Neuquén, los ceramistas hemos llevado a la práctica esto de “golpear juntos y marchar separados” con la dirección de la CTA en decenas de oportunidades, en luchas o proponiéndoles plenarios regionales comunes.

José Montes: En el Astillero, en el 2004, formamos la Lista Negra con compañeros independientes, un ala de la burocracia y predominancia de las corrientes de izquierda. El único punto que nos unía era la recuperación del Cuerpo de Delegados de Secciones, que habíamos perdido en el ‘96, gracias a De Gennaro. Se eligieron cerca de 50 precandidatos en asambleas de sectores y se votó el orden en un plenario abierto con más de 150 trabajadores, le ganamos a la Blanca, el sector mayoritario de la burocracia, y la Mesa de Conducción la encabezaba un independiente, con mayoría de la izquierda. Tal importancia tuvo ese triunfo, que este año la Blanca tuvo que reconocer nuevamente al Cuerpo de Delegados por Secciones.
Este ejemplo sirve para ver que incluso se pueden hacer listas con sectores de la burocracia pero cuando tienen un punto clarísimo a favor de la organización real y democrática de los trabajadores, no sólo de la lucha, lo que es lo contrario de “conducciones hegemonizadas por la burocracia”.