Los ferroviarios salimos al paro por aumento salarial de más de 30% del sueldo ya que incluye los $150 dados por el gobierno al sector privado más un 15% al básico -retroactivo a enero, sin descontar el presentismo por el día de paro. Demostrando un ejemplo para el resto de los trabajadores.
Hacía años que no se daba un paro así. Se expresó en forma unánime la unidad de los trabajadores del sector ya que se sumaron masivamente la base de la Unión Ferroviaria y Señaleros. Superamos la división entre gremios e hicimos piquetes en común con compañeros fraternales y de la Unión (Castelar) contra la resolución de las empresas de querer correr algunos trenes con personal jerárquico y fuera de convenio.
Pero esta enorme fuerza fue enchalecada por las direcciones de los sindicatos que llevaron todo a la mesa de negociaciones con la patronal y el gobierno sin consultar nada con las bases. Excepto en los talleres de Escalada, donde hubo asamblea para garantizar el paro, en el resto de los lugares no se consultó a la base. Esto limitó la lucha de los trabajadores a un triunfo parcial ya que no se logró todo lo que se pedía, y fue además usada por la patronal para recibir un aumento en los subsidios del estado.
Por eso es fundamental que los propios trabajadores en asambleas discutamos y decidamos nuestras reivindicaciones y plan de lucha. Tenemos que fortalecer la unidad de los gremios que ha demostrado su efectividad, a pesar la dirección burocrática y contra ella. Necesitamos impulsar desde abajo una Coordinadora de trabajadores ferroviarios, sin distinción de gremios, eligiendo delegados (paritarios) y con mandatos de base. Que se una junto a los desocupados y usuarios. Necesitamos un programa que unifique nuestra demanda de aumento salarial, reducción de la jornada laboral con la reapertura de los ramales y servicios suprimidos (lo que incluye un plan de obras públicas) en unidad con los desocupados por trabajo genuino y por un servicio conforme a las necesidades del usuario que deberán ser nuestros aliados en la lucha.
Las seccionales opositoras que lamentablemente no han hecho asambleas de base durante el conflicto tienen en sus manos la oportunidad de demostrar que verdaderamente se proponen como una alternativa a la burocracia de Pedraza, Maturana, etc. haciendo efectiva esta política.
Las concesionarias y el estado están negociando un rediseño de los contratos que establece que el estado volvería a ser el ejecutor de los planes de inversión y los empresarios se quedarían con el gerenciamiento de las obras y las líneas. Es decir, el estado se hace cargo de los gastos y los empresarios se quedan con las ganancias. Ante esto, las direcciones de los gremios de LF y la UF no quieren quedarse afuera del negocio.
Los trabajadores no podemos dejar en manos de todos estos secuaces la administración del ferrocarril. Hay que luchar por imponer ya el control obrero del sistema ferroviario –dinero de subsidios, tarifas, recaudación, etc.-, que mediante una comisión integrada por delegados de todas los sectores elegidos en asambleas de base, discutan junto a los usuarios cómo poner efectivamente el ferrocarril y sus bienes en beneficio de la población. Este sería el primer paso en el camino de la lucha por la Reestatización de todo el sistema ferroviario y su puesta bajo administración obrera echando a las empresas privatizadas que se robaron todo dejando al ferrocarril en una situación calamitosa, expropiándoles los bienes a todos los empresarios hasta pagar todos los daños que causaron.