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A tres años de las jornadas revolucionarias del 2001

Por qué luchamos este 20 de diciembre

10 de diciembre 2004

Este nuevo aniversario de la rebelión popular de diciembre del 2001 tiene un rasgo distintivo: el surgimiento de luchas obreras con ocupaciones y piquetes, provocando enormes repercusiones en la vida política nacional. Estas luchas son los primeros pasos de la clase social que no pudo expresarse con sus métodos y organización en las jornadas del 2001, porque fue contenida por el peronismo y la burocracia sindical: la clase obrera. Esta comienza a mostrar todo su potencial, a pesar que estas enormes luchas sean reivindicativas y todavía no sean de enfrentamiento político al gobierno.

Debemos tomar nota de este rasgo distintivo. A pesar de que el neoliberalismo se batió en retirada ideológica desde el 2001, en el gobierno de Kirchner siguen poniendo su impronta los que se beneficiaron en los 90, al igual que el empresariado “nacional” favorecido con la devaluación y la pesificación, todo en detrimento de nuestros salarios, los ahorros y las fuentes de empleo de los trabajadores y el pueblo pobre.

A tres años de la rebelión popular del 2001, se nos presenta un desafió para la izquierda que nos reclamamos obrera y socialista. Debemos intervenir decididamente en estos procesos para ayudar a que triunfen sus reclamos, se unifiquen y generalicen; pero también para que la fuerza social que muestran los huelguistas telefónicos, los de subterráneos y ferroviarios, las seccionales opositoras del sindicato docente (SUTEBA) junto a todas las organizaciones obreras que han sido recuperadas de las manos de la burocracia sindical, se transformen en fuerza política independiente.

Este es el nuevo desafío y el sentido por el cual el PTS marchará el 20 a Plaza de Mayo: unir a la izquierda obrera y socialista para impulsar un frente político de los trabajadores.

Pero, a pesar que toda la izquierda firmó la declaración convocante, en la Plaza de Mayo habrá proyectos enfrentados. 

¿ Con los banqueros del corralito ? 

A contramarcha de la situación, Izquierda Unida, hegemonizada por la política del Partido Comunista, llama a formar un “frente amplio” con quienes fueron enemigos de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre. No exageramos.

El PC, con la presencia de su Secretario General Patricio Echegaray y el dirigente piquetero Carlos Chile del MTL, acaba de participar de un hecho curioso que sucedió semanas atrás en Rosario.

Provenientes de las más variadas vertientes del llamado “progresismo” nacional, unas 600 personas llegaron a esa ciudad para reunirse bajo el ambicioso nombre de “Encuentro Nacional por un nuevo Proyecto de Nación”. Con los oficios de Monseñor Pagura de la Iglesia Metodista se abrió el encuentro que votó una declaración que reza: “Las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 expresaron el fin de un ciclo histórico”, pero faltó una fuerza política “capaz de transformar la energía social desplegada por vastos sectores por una solución nacional, popular y democrática de la crisis que existía.” ¿Y a quiénes les propone el PC construirla?

No pasó desapercibida la presencia de la diputada Margarita Stolbizer de la UCR. ¿Habrá ido como representante de los “cacerolazos” contra su correligionario De la Rúa, o como portavoz del “que se vayan todos” que se cantaba por esos días?

Otro de los insignes participantes fue el ex intendente rosarino Hermes Binner del PS, y el “Encuentro” también contó con el auspicio del actual intendente Miguel Lifschitz, también del PS, partido que gobierna Rosario desde hace casi dos décadas logrando, como saben todos los trabajadores rosarinos, una verdadera “distribución del ingreso”... Y a propósito de “lo que faltó” el 19 y 20, ¿no es curioso que lo digan estos “socialistas” que gobernaban la ciudad con 9 muertos en la represión de esos días?

La “vocación de poder” del Encuentro estuvo demostrada en que allí estaba un hombre que tiene “banca”: Carlos Heller que, como todo banquero de ley, en las jornadas del 2001, aplicó el corralito y hace poco apoyó la pesificación que consumó la estafa a los ahorristas.

A “los sectarios” y “ortodoxos” que no saben apreciar esta “unidad en la diversidad” queremos contarles que también estaba el “progresismo sindical”, bien representado por las máximas autoridades de la CTA.

Ahora bien, ¿no es curioso que Víctor De Gennaro haya dicho en el Encuentro que “otra Argentina es posible” si se construye una unidad amplia junto el banquero Carlos Heller que pretende dar lecciones de “alternativa al neoliberalismo”?

Echegaray del PC llamó a todos los presentes a “construir una representación política para los sectores de las clases que están sufriendo”, para rematarla con que “estamos siguiendo el ejemplo del Che: nos estamos rebelando contra nuestros dogmas, los del sectarismo. Desde aquí construyamos la fuerza que el país necesita para hacer los cambios”.

Entre tanto disparate, hay algo previsible: sin duda que un frente de este tipo, si le tocase gobernar la Argentina no haría otra cosa que seguir los pasos de Lula en Brasil, aliado a los banqueros y aplicando los planes del FMI.

Los trabajadores telefónicos y los de subterráneos han dado apenas una muestra de la única fuerza que puede doblegar a los grupos económicos privatizadores que se quedaron con los servicios públicos en los 90.

Si los trabajadores pusieran bajo su control y el de los usuarios la comunicación y el transporte de millones, no en base a las sed de ganancias de Telecom, Telefónica, TBA, Metropolitano o Metrovías, sino para las necesidades de la mayoría de la población, podrían esbozar que la única “otra Argentina posible” a la actual, es la Argentina de los trabajadores. 

El PO mira para otro lado

Si esa perspectiva no está aún en el horizonte de amplias masas, es porque el peronismo y la burocracia sindical contienen la acción independiente de los trabajadores. Ese es el servicio que le ha brindado el partido peronista al capitalismo argentino.

Si bien la política “es el arte de lo posible”, nos resulta incomprensible, que el Partido Obrero, cuando empiezan a tallar las luchas obreras, limiten su política a lanzar la candidatura de Néstor Pitrola para elecciones que se harán dentro 10 meses (!!!), y encima con la autoproclamación estéril de creer ser “alternativa obrera y socialista”.

Lo que verdaderamente se necesita es, en primer lugar, empezar por unir fuerzas como le venimos proponiendo para ser un polo clasista en las luchas uniendo a quienes estamos en contra de las agachadas de los dirigentes que quieren imponer una “paz social” como a los telefónicos para “que no haya desbordes” como dijo Moyano.

Por ello, al revés de los intentos del PC de recrear un nuevo engendro de centroizquierda, no puede haber tarea más importante para la izquierda que impulsar la independencia política de las masas trabajadoras con respecto al PJ, lo que incluye barrer de los sindicatos a su burocracia sindical para reemplazarla por nuevos dirigentes. Las actuales luchas obreras en curso empiezan a ser una oportunidad para desplegar esfuerzos en esta tarea primordial.

Volvemos a insistir en nuestro llamado a los compañeros del PO y a la izquierda que se reivindica clasista: tenemos que unirnos para ser un polo en las luchas actuales, para superar a la burocracia sindical y luchar por un frente político de los trabajadores que se transforme en una fuerza política capaz de terminar con el hambre, la desocupación y los privilegios de unos pocos de la Argentina capitalista.

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