La noticia sacudió a los porteños el 5 de julio pasado. Unas 500 personas habían ingresado en edificios a punto de terminar en el Bajo Flores, construidos por el FONAVI. Ante la aparición de la policía, algunos ocuparon las viviendas y otros las saquearon. Luego de tensas negociaciones los ocupantes terminaron desalojando los departamentos.
Según La Nación del 10/07/06, en los últimos 5 años se triplicó el número de villas de emergencia; pasaron de 385 a 1.000, la mayoría en el conurbano bonaerense y los vecinos de las villas de la Ciudad de Buenos Aires informan que aumenta el número de habitantes de las mismas.
Según el Página/12 del 09/07/06, en esta ciudad, sobre un déficit estimado de 100.000 viviendas el Gobierno de la Ciudad sólo construyó 3.000 en los últimos 4 años.
Estos números contrastan con el crecimiento de la construcción que, según el INDEC, fue de 23,9% en mayo con respecto al mismo mes del año pasado y en lo que va del 2006 lleva un alza acumulada del 20,3%. Si comparamos mayo contra abril la suba fue de 7,9%. Según el organismo la actividad crece por las obras públicas y la construcción impulsada por el sector privado, en viviendas y emprendimientos industriales y turísticos.
Dentro del sector viviendas se destacan las viviendas de lujo, según el Clarín del 18/06/06, se están construyendo lo que llama “Torres country” que si bien se edifican en Puerto Madero y Palermo también llegan a barrios como Colegiales, Nuñez y Barrio Norte.
Como vemos, algo bastante alejado del presupuesto de un trabajador. A su vez, la escasez de viviendas impulsó hacia arriba los precios de los alquileres: en los barrios de Capital, un departamento de dos ambientes tiene un piso de $500, mas impuestos y expensas. Basta comparar con el sueldo promedio que hoy está en unos $600, para ver que son inalcanzables para la mayoría de los trabajadores.
Por otra parte, aún con un buen sueldo, es imposible obtener un crédito hipotecario como lo reconoce el presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina, en el Clarín del 18/06/06.
Este es otro ejemplo que en la Argentina de Kirchner, la desigualdad está a la orden del día, mientras el dinero fluye hacia los negociados con las grandes compañías constructoras mediante las obras públicas, y las viviendas de lujo para los ricos, que aprovechan para invertir sus ganancias en estos emprendimientos. Muchos trabajadores se ven obligados a vivir hacinados en villas o viviendas miserables. La paradoja es que los trabajadores que construyen rutas, caminos y viviendas se ven imposibilitados de tener su hogar.
La única alternativa es llevando adelante una reforma urbana que comience por expropiar las propiedades de los grandes capitalistas y las reparta entre quienes las necesiten, y continúen por un plan de viviendas elaborado y discutido por los trabajadores y los habitantes de barrios y villas para satisfacer las necesidades de todos.