El frigorífico Finexcor es el segundo exportador de carne de Argentina y emplea alrededor de 1500 trabajadores. Sus carnes llegan a países de cuatro continentes, en especial a EE.UU. e Israel generando multimillonarias ganancias. Los trabajadores venían reclamando la aplicación del decreto 392 del año 2003 sobre el convenio del año 1995, ya que se aplicaba sobre el del año 1992. Ante la negativa patronal, los trabajadores inician la toma del frigorífico con paro de actividades. 
La medida se inició el 23 de febrero en el turno mañana y fue sostenida desde afuera por trabajadores del turno tarde, otros que estaban de vacaciones, familiares, amigos y vecinos. Durante el primer día de huelga, el ánimo se mantenía firme y decidido, pese a no llegar a un acuerdo en las negociaciones con la patronal.
Al día siguiente el ánimo obrero seguía firme, a la espera de los representantes del sindicato que estaban negociando en el Ministerio de Trabajo. Cuando llegan, a las 16:00 hs, informan que la patronal no negocia hasta que se levante la toma. Contra esto, los trabajadores plantearon paro nacional del gremio de la carne, exigiendo la convocatoria a una asamblea extraordinaria de todos los delegados de la zona sur del Gran Buenos Aires.
Esta larga discusión entre las bases y sus dirigentes, más las inclemencias del tiempo, generaron que sectores que tenían dudas con respecto a ambas posiciones, comenzaran a abandonar la huelga. Más tarde, ante la falta de un acuerdo, los delegados hablaron con el Secretario General del Sindicato y arreglaron que la negociación continuara por sector, levantando así la medida de lucha, a pesar de la negativa del sector más combativo. Así terminó la toma, histórica en el gremio, de uno de los sectores más castigados por patronales que ganan millones a costillas de los trabajadores. A partir de entonces el conflicto entró en un impasse hasta el jueves 3. Los trabajadores deben prepararse para una nueva etapa en su lucha en la que deben recuperar y profundizar la unidad de toda la planta.
Durante estos últimos meses, se incrementaron las exportaciones de carne y estos grandes capitalistas aumentaron sus ganancias, mientras los salarios se devaluaron a niveles miserables. ¿A dónde va la plata? Derecho al bolsillo del capitalista. Por eso los trabajadores deben exigir la apertura de los libros contables de la empresa. Por otra parte, en esta nueva instancia y como lo demostró la lucha de subte, es fundamental que todos los sectores del frigorífico, y fundamentalmente los más combativos, formen una comisión de lucha con delegados con derecho a intervenir en todas las negociaciones.