El miércoles 7 las y los obreros de Kraft hicimos un contundente paro en defensa de nuestra salud. Dijimos basta y paramos toda la producción, incluida la salida de camiones, en respuesta a la negligencia y prepotencia del departamento médico que enviaba a trabajar a los enfermos para garantizar la producción. Nos cansamos del chantaje. Si no decíamos lo que sus médicos truchos decían no nos pagaban los días de enfermedad, o pagaban los que sólo ellos consideraban, poniendo en riesgo nuestra salud.

El paro empezó a la noche con una asamblea masiva. La patronal lo quiso impedir “ofreciendo” retirarse a los trabajadores enfermos. Pero ya era tarde. La planta se paraba y se reclamaban cambios en serio en el servicio médico.

A las 5:30 la asamblea votó continuar la medida. La Verde y sus congresales y amigos quisieron carnerearla pero se ganaron el repudio de la base.

Durante toda la mañana no voló una mosca. Al mediodía otra asamblea votó que el paro se hiciera en los tres turnos, hasta las 22. La Verde se sumó a la tarde, tras una reunión con la empresa donde no ofrecieron nada, pero a las 18 ya quería levantar todo. Pese a ellos el paro fue un parazo y la patronal le pidió intervención al Ministerio.
El jueves, luego de ocho horas de negociación en Trabajo, la empresa debió retroceder. De ahora en más los trabajadores enfermos que tengan certificado con “reposo” no tendrán que ir al Control Médido de la planta. Cuando llamen al 0800 para avisar, la empresa enviará un médico al domicilio donde esté el trabajador. Si no lo hace, se le justificará el día.

Un pequeño freno a la prepotencia de la patronal. Un gran paso adelante. Así lo sintieron los trabajadores cuando se anunció en las asambleas al día siguiente.
El comunicado de la Comisión Interna decía: “Ya no debemos viajar hasta la fábrica con el riesgo de enfermarnos más así cuidamos nuestra salud y le ponemos el freno a la empresa que priorizaba su producción pasando por encima los días de reposo y nuestra enfermedad, mandándonos desde departamento médico a la línea”.

Las negociaciones siguieron el martes 13. Tras seis horas de “debate” la empresa se comprometió a respetar el acuerdo de 2010, firmado luego de la muerte de la obrera Marcela Ortega por negligencia patronal. Allí se establece que deben respetarse los certificados particulares. Si nuestro médico nos da quince días y el médico de la empresa justifica diez, los otros cinco deben pagarse igual mientras se discute la “divergencia”. Y es la empresa quien debe demostrar su disconformidad con el diagnóstico y el reposo dado por nuestro médico. Esta conquista del 2010 era burlada por la empresa que nunca cumple con lo que pueda ir en favor de los trabajadores. Esta vez su prepotencia fue respondida contundentemente.

Es un gran paso adelante en beneficio de la salud de los trabajadores. Los “servicios médicos” son mercernarios al servicio de la ganancia empresaria que ponen en riesgo nuestra vida y nuestra salud. Hay que terminar con ellos.

En quince días siguen las negociaciones en el Ministerio, donde reclamaremos por los puntos que restan del petitorio presentado a la empresa. Como explicamos en los comedores el miércoles 14, buscaremos garantías legales para que Kraft no pueda incumplir los compromisos firmados. Pero nuestra mayor garantía es la firmeza, la unidad y la predisposición de lucha demostradas en el parazo que hicimos por nuestra salud.